Si eres lector habitual de Autofácil, seguro que ya sabes que la clave para que tu coche supere el invierno sin problemas es seguir el plan de mantenimiento indicado por tu marca y revisar los puntos vitales de tu coche, por eso, en este reportaje te explicamos algunos trucos para que salgas airoso de cualquier posible imprevisto que te ocurra este invierno.
1.- DESPUÉS DE UNA NOCHE AL RASO…
¡Se ha helado la luna!
La solución: Ni se te ocurra intentar eliminar el hielo accionando los limpiaparabrisas: lo único que conseguirás es destrozar la goma de las escobillas… y hasta puedes quemar el motor que las acciona. Puedes utilizar tu DNI o alguna tarjeta de puntos como las de gasolineras a modo de rasqueta: son muy eficaces… y al ser de plástico rígido no se dañarán.
2.- VAS A INTRODUCIR LA LLAVE EN LA CERRADURA
…¡y no puedes porque está congelada!
La solución: Tendrás que calentar la parte metálica de la llave con un mechero para que, al entrar en contacto con el hielo de la cerradura, lo vaya derritiendo poco a poco; después, podrás abrir. Lógicamente, no tendrás este problema si tu coche tiene cierre centralizado con mando a distancia.
3.- HACE MUCHO FRÍO, HAY NIEVE Y, CUANDO VAS A CIRCULAR…
¡las ruedas traseras no giran!
La solución: Puede deberse a que las zapatas o pastillas de los frenos traseros se han quedado pegadas por el hielo o a que un rodamiento de una rueda está en mal estado y, al helarse, la ha bloqueado. En cualquier caso, intenta circular en primera y a bajísima velocidad; si consigues que la rueda gire, ella misma romperá la capa de hielo que la ha trabado -debería solucionarse en no más de 15 metros-.
4.- ESTÁ NEVANDO …
¡y se te pincha una rueda!
La solución: Es complicado que ocurra… porque la propia nieve suele ‘proteger’ a las ruedas de las cosas que podrían provocar un pinchazo. Aún así, si se pincha una rueda,podrás circular sin problema y a baja velocidad mientras que haya mucha nieve. Eso sí, detente para sustituirla cuando encuentres una zona lisa, firme y sin nieve donde poder colocar el gato con seguridad.
5.- VAS A POR TU COCHE APARCADO…
¡y está enterrado bajo un metro de nieve!
La solución: No te quedará más remedio que ‘desenterrarlo’ -en función de la cantidad de nieve, necesitarás una pala primero… y deberás utilizar el brazo conforme llegues al coche para no rayarlo-; si no lo haces, la nieve se volverá hielo… y te costará mucho más retirarla. En principio, la acumulación de nieve no debería provocar problema alguno en tu coche, pero sí es posible que se quede sin batería si ésta no está muy nueva.
6.- TU COCHE SE HA QUEDADO EMPANZADO EN LA NIEVE…
y no puede avanzar
La solución: Lo primero que debes hacer es retirar la mayor cantidad de nieve que
puedas de los bajos del vehículo. Después, intenta apartar la que haya por delante
del coche y de las ruedas que tienen que traccionar -es decir, de las delanteras si
tiene tracción delantera, por ej.-, pues de lo contrario tampoco podrás avanzar. A partir
de ahí, trata de iniciar la marcha acelerando con mucha suavidad, arrancando en segunda velocidad en vez de en primera -evitarás que las ruedas patinen-.
7.- TE METES EN UN BARRIZAL…
¡y el coche no deja de patinar!
La solución: En primer lugar, debes tener en cuenta que el barro se meterá en el dibujo de la huella y el neumático se comportará como si fuera totalmente liso, así que no podrá traccionar. Por eso, si aceleras, sólo conseguirás enterrarte aún más en el barro -si es barro blando; si es duro, simplemente, no podrás avanzar-. Intenta dar marcha atrás unos metros -pueden bastar unos centímetros- para, después, aprovecharlos para coger carrerilla, algo que te permitirá avanzar. Una vez que el coche se mueva, introduce la segunda velocidad, no aceleres con fuerza y no frenes hasta que salgas del barrizal. Recuerda que si vas a meterte en un lodazal con roderas, debes procurar mantener las ruedas rectas e intentar no salirte de la propia rodera.
8.- EMPIEZA A LLOVER…
¡…y se te empañan los cristales!
La solución: Conecta el sistema de climatización -a ser posible, con el aire acondicionado: tiende a resecar el ambiente-, orienta las salidas de aire hacia las lunas y pulsa el botón de desempañado. Asegúrate de que no está conectado el sistema de recirculación del aire; si lo está, no se desempañará bien. Si no funcionara el sistema de climatización, baja las ventanillas para que el interior se ventile; desaparecerá el vaho.
9.- VAS CIRCULANDO
…¡y te encuentras una inundación!
La solución: Si ves una fuerte corriente de agua -más de 40 cm de profundidad- que cruza la calzada, no intentas atravesarla: es probable que arrastre el vehículo y, como poco, conseguirás que el agua entre en los conductos de aire del motor, algo que podría romper el propulsor -más de 2.000 euros de reparación-. Coloca tu coche en un lugar elevado para evitar que el agua se lo lleve -por ejemplo, la acera- y espera a que la situación se normalice.
1.- Si el coche se hunde: deberás mantener la calma, bajar un poco las ventanillas y esperar a que todo el coche se inunde. Sólo así podrás abrir la puerta para poder salir. Recuerda que no debes quitarte el cinturón de seguridad hasta que no vayas a salir del vehículo -si el agua está turbia, puedes perder la referencia de dónde estás… además, te costará mucho más abrir la puerta porque no estarás sujeto para hacer fuerza-.
2.- Si el agua arrastra al coche: No abandones el vehículo porque te llevaría a ti también. Espera a que el coche se quede parado en algún sitio y, entonces, intenta salir para subirte al techo y pedir auxilio o, si se inunda, actúa como en el punto anterior.
10.- VAS A SALIR DEL GARAJE…
…¡y la rampa está congelada!
La solución: Puedes optar por echar sal o un poco de anticongelante en la rampa. Si no, puedes romper el hielo dándole golpecitos con el borde de una pala y limpiarlo con un cepillo de barrendero.