A lo largo de los años el circuito de la Sarthe ha sufrido muchas modificaciones. Una de las más importantes ha tenido lugar en la larga recta des Hunaudières, de 5 kilómetros de longitud. En los años 80 era habitual ver a los bólidos rodando a casi 400 km/h por dicha recta, hasta la construcción de las dos actuales chicanes en 1990. En 1972 se hizo otra importante remodelación al sustituir un peligroso tramo entre edificios por la curva Porsche, y en 2002 se agregó una nueva chicane después de la curva Dunlop.
Con esta configuración, y a pesar de las nuevas chicanes que pretenden reducir la velocidad, el motor se encuentra al máximo de revoluciones el 85% del tiempo, por lo que acabar la carrera ya es todo un logro. Además, los frenos sufren temperaturas muy elevadas, al tener que pasar de más de 300 km/h a menos de 100 en algunas curvas.
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