Que el sentido común es el menos común de los sentidos es algo que todos sabemos. Y, al volante, más todavía. Sólo tienes que coger tu coche durante un rato para ver a gente que no utiliza los intermitentes, que no respetan la distancia de seguridad, que mandan whatsapps mientras conducen… Vamos, todo ello muy de sentido común, ¿verdad?
Con estos mimbres, nunca está de más recordar cosas para circunstancias especiales y en las que pueden darse graves situaciones de peligro, como ocurre cuando coinciden vehículos que se mueven a muy diferentes velocidades, como una bici y un coche.
Sí, se puede pisar la línea continua para adelantar a un ciclista
Para agilizar el tráfico, la DGT permite que, si vas en coche y alcanzas a un ciclista, puedas pisar la línea continua de la carretera para mantener una distancia lateral de al menos 1,5 metros con el ciclista. Hasta ahí, todo bien.

Pero, lógicamente, esto sólo se puede hacer si estamos seguros de que no viene nadie por el carril de sentido contrario. Si viene otro vehículo, se debe frenar y esperar detrás del ciclista hasta que podamos adelantarle con seguridad.
¿Y en curva? Pues exactamente lo mismo que en recta: puedes adelantar si tienes visibilidad suficiente como para completar el adelantamiento sin tan siquiera hacer levantar el pie del acelerador a un posible conductor que pueda venir de frente y por su carril.
Si, por el contrario, no tienes visibilidad suficiente, debes frenar, colocarte detrás del ciclista a una distancia prudencial y esperar a que se den unas condiciones de visibilidad suficientemente buenas como para poder adelantarle sin poner a nadie en peligro.
Y, ya sabes: cada vez que te encuentres a un ciclista…
Recuerda que, una vez completado el adelantamiento, debemos también volver a nuestro carril de forma progresiva y dejando cierta distancia con el ciclista. Al mismo tiempo, los ciclistas también deben recordar que deben circular por su derecha, evitando formar grupos en paralelo o ceñirse al interior de la curva para trazarla mejor.
Debemos recordar siempre que todos somos usuarios de la vía y que todos tenemos el mismo derecho a circular por ella, sea cual sea nuestro vehículo y nuestra velocidad. Con un poco de respeto y de sentido común, no se producirán situaciones de peligro… y apenas perderemos unos segundos que en realidad no van a ninguna parte.
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