Consejos para vehículos a motor…
Desde mayo de 2014, con la entrada en vigor de la actual Ley de Seguridad Vial, los vehículos a motor que adelanten a ciclistas o ciclomotores pueden invadir el carril contrario de forma parcial o total… incluso cuando exista una línea continua que lo prohíba. Eso sí, no podrás realizar esta maniobra «poniendo en peligro o entorpeciendo a ciclistas [u otros vehículos] que circulen en sentido contrario, incluso si los ciclistas circulan por el arcén». Si realizas el adelantamiento en esas circunstancias, además de los 200€, podrán sancionarte con la retirada de 4 puntos.
Si cuando vayas a adelantar, encuentras ciclistas o vehículos en el carril contrario, se recomienda desistir del adelantamiento y reducir la velocidad; incluso deteniéndote para quedarte tras el ciclista al que ibas a rebasar.
A la hora de adelantar, hazlo también dejando suficiente espacio longitudinal: empieza a adelantar desde aproximadamente unos 30 metros y vuelve al carril, una vez adelantado el ciclista, dejando suficiente espacio entre él y tu vehículo. ¿La razón? Así no crearás posibles golpes de aire o rebufos que podrían desestabilizar al ciclista.
… y para bicicletas
Si vas a adelantar a algún vehículo, también deberás guardar una distancia lateral de, al menos, 1,5 metros. Ojo, no se considera adelantamiento cuando rebasas a otro ciclista mientras se circula en grupo.
¿Qué dificultades existen al conducir junto a las bicis?
Para analizar este importante apartado hemos hablado con Eduardo Gómez-Pinto, profesor del máster de Seguridad Vial y Movilidad de IMF, quien nos ha explicado cómo afecta la velocidad a la que circulamos a aspectos como la distancia de frenado o nuestra propia capacidad de visión.
Las bicicletas circulan habitualmente a una velocidad muy inferior a la nuestra, tienen un peso menor que el nuestro -en caso de impacto, serán los mayores perjudicados-, y ocupan poco espacio en la carretera, por lo que son más difíciles de ver. A medida que aumenta la velocidad de un automóvil, se alarga la distancia necesaria para detener el vehículo.
Por ello, si un vehículo que sigue a una bicicleta -a una distancia de seguridad de 15 m- circula a 30 km/h, el conductor necesitará unos 13,5 m para detenerse… y podrá evitar un posible accidente. Pero si circulara a 50 km/h, la distancia necesaria para su detención sería de 28 m, por lo que habría acabado impactando con el ciclista.
Además, cabe indicar que a una velocidad de 30 km/h sólo el 5% de los ciclistas atropellados fallecerá por las lesiones, mientras que a 50 km/h el porcentaje se aproxima al 50%. ¿Por qué esta diferencia? Las consecuencias de un impacto son mucho más graves en los ciclistas. Así, un impacto a 40 km/h sobre un cicloturista es equivalente a una caída desde una altura de 6 m, pero un impacto a 70 km/h ya supone el equivalente a la caída desde un edificio de casi 20 metros.
Otro problema que afecta a los conductores respecto a los ciclistas es el llamado ´efecto túnel´ -ver imagen al final del texto-, que, a medida que aumenta la velocidad de un vehículo, reduce la capacidad de percepción y el campo de visión del conductor. Por ejemplo, a unos 30 km/h el campo de visión efectivo de un automovilista es de 104º, pero a unos 130 km/h, éste queda reducido a 30º. En estos casos, todo lo que queda fuera de ese ángulo -por ejemplo, un ciclista-, no será visto o detectado por el conductor, con el consiguiente riesgo de impacto para los usuarios de bicicletas.
Por todo lo anterior, cuando estemos al volante debemos recordar que:
- A mayor velocidad, menor será tu campo de visión. Debes extremar la atención y mirar mucho más lejos del frontal de tu coche.
- Conduciendo con el sol de frente, las áreas más sombrías se oscurecen aún más, por lo que la figura de un ciclista quedará difuminada en esas zonas.
- Aunque superes a un ciclista sin haberlo rozado, ten en cuenta que la velocidad de tu vehículo -especialmente en el caso de vehículos pesados- causa corrientes de aire, rebufos€ y un efecto succión que puede llegar a tirarlo al suelo.