Por norma general, los aditivos para el motor son fluidos que pueden prometer todo tipo de ventajas para el motor. Desde una mejora en el rendimiento y las prestaciones, a un mejor consumo de carburante, eliminación de humos o incluso, prevención y reparación de averías.
La cuestión es que muchos de ellos cumplen con lo que prometen, pero ¿consiguen tanta mejora como para que resulte interesante comprarlos? ¿Cómo saber cuáles debo utilizar en mi coche y cuándo?
En primer lugar, hay que tener en cuenta que un motor ya viene preparado de serie para funcionar al 100% de todas sus capacidades, y basta con emplear el aceite y el carburante que diga el fabricante del coche para que esto sea así.
Por tanto, si nuestro coche es completamente nuevo, en principio un aditivo no debe generar beneficios especialmente jugosos. Eso sí, conforme van pasando los kilómetros, puede resultar interesante empelar algún aditivo de lo que se echan directamente al depósito de carburante de forma preventiva, como para limpiar por ejemplo el sistema de inyección.
Estos aditivos son recomendables, no demasiado caros (suelen estar los 10 y los 20 euros) y marcas reconocidas como Wynn’s o Liqui Moly cuentan con diferentes tipos de aditivos para cada tipo de motor.
Ahora bien, también encontraremos aditivos con otras funciones, y algunos de ellos incluso se deben mezclar con el aceite del motor para conseguir el efecto prometido. ¿Son recomendables? Pues pueden serlo, pero en este caso debemos acudir a un especialista, como puede ser un taller, para que nos confirmen si de verdad necesitamos utilizarlos y cómo hacerlo exactamente, además de indicarnos cuál es el que debemos emplear en nuestro motor.
Hay que tener en cuenta que, si mezclamos un aditivo con el aceite del motor, estaremos variando las propiedades de ese aceite. Y eso no tiene por qué significar que ese aceite aditivado va a ser mejor que el aceite original… Debemos tener en cuenta que las grandes petroleras desarrollan sus aceites ya con los aditivos que consideran que deben tener para su uso, por lo que salvo que un especialista nos indique lo contrario, no es recomendable alterar sus características. De lo contrario, puede ser peor el remedio que la supuesta enfermedad…
Por eso mismo, hay que tener especial cuidado con los aditivos que nos venden sobre todo por internet y que prometen soluciones milagrosas, pues en el mejor de los casos es muy probable que no consigamos absolutamente nada, más allá de perder un puñado de euros; en el peor de los supuestos, podemos provocar una grave avería en el motor. Por tanto, siempre es mejor pedir consejo a los profesionales.
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