Un sencillo cambio de hábitos en nuestra conducción diaria puede ayudarnos a obtener un considerable ahorro de combustible, que puede llegar a ser muy importante si se recorren un elevado número de kilómetros anuales. Así lo indica Ángel Suárez, ingeniero del Centro Técnico de Seat, que destaca la necesidad de corregir errores muy habituales al volante. Por ejemplo, en ciudad conviene evitar las brusquedades con el acelerador y el freno; en el caso de que divisemos una señal que nos obligue a detenernos, como un semáforo en rojo o un stop, es aconsejable levantar el pie del acelerador y dejar actuar al freno motor.
En cuanto al ahorro en carretera, Suárez indica que lo recomendable es usar el motor entre 1.200 y 1.300 revoluciones por minuto, por lo que a partir de la segunda velocidad hay que intentar, siempre que se pueda, que el cambio de marchas sea lo más rápido posible. “Si al llegar a 1.500 revoluciones ya hemos puesto tercera, a 40 km/h podemos estar circulando en cuarta, a unas 1.200 revoluciones ponemos la quinta velocidad, y a 60 km/h la sexta”, concluye el experto de Seat.
Calentar el motor, ¿sí o no?
El momento del arranque es otro de los clásicos temas de discordia en lo referente al ahorro de combustible. Según Ángel Suárez, “No es necesario calentar el motor ni acelerar. Pisamos el embrague, giramos contacto y salimos en primera, pero cambiando rápidamente a segunda velocidad”. Se trata, por tanto, de una práctica innecesaria, especialmente en los vehículos modernos.
No obstante, hay otros factores que influyen en el consumo, como una presión incorrecta de los neumáticos o el hecho de que estén excesivamente gastados. Asimismo la distribución de la carga, sobre todo a la hora de emprender un viaje, resulta un factor a tener en cuenta: “Siempre debemos distribuir la carga correctamente en el maletero, y en el caso de que necesitemos llevar un cofre portaequipajes debemos ser conscientes que esto penalizará nuestro consumo”.
Por otra parte, son muchos los conductores que, en pos del ahorro, dejan el cambio en punto muerto cuando afrontan una bajada prolongada. El ingeniero de Seat desaconseja esta práctica: “Muchas veces nos encontramos con gente que coloca punto muerto ante una bajada. Este concepto es erróneo, ya que en ese momento el motor está desconectado de la caja de cambios y sí tenemos consumo. El procedimiento adecuado es utilizar el freno motor, es decir, con la marcha puesta, levantamos el pie del acelerador y, de esta manera, no habrá consumo”.
La ventanilla bajada, solo a velocidad reducida
Finalmente, las teorías sobre el ahorro siempre llevan asociada otra pregunta: ¿qué consume más, circular con la ventanilla bajada o con el aire acondicionado conectado? La respuesta es sencilla: lo más recomendable es llevar la ventanilla a bajas velocidades y, a partir de los 80 km/h, se ahorra más si se cierra y se conecta el aire acondicionado.