Desde el primer momento he seguido el protocolo de mantenimiento establecido por el fabricante en un taller oficial. Sin embargo, en mayo de este año, cuando me dirigía al trabajo -el coche tenía 68.000 kilómetros-, se le encendieron varios testigos en la instrumentación, por lo que paré y llamé a una grúa. En el servicio oficial me comunicaron que la avería se debía a una rotura de la correa de distribución… y cuál fue mi sorpresa cuando compruebo que en el libro de revisiones, el fabricante no recomienda su sustitución hasta los 120.000 kilómetros. En atención al cliente me dijeron que lo llevara al distribuidor de Badajoz, ya que el de Cáceres había cerrado. Allí me cobraron 1.319,15 euros por la reparación. Yo no estoy de acuerdo, ¿podéis ayudarme?
Según el gabinete de prensa de Alfa, lamentándolo mucho, no se puede hacer nada porque el vehículo está fuera de garantía -cuenta con cuatro años de antigüedad-, y en ese período la correa puede haberse deteriorado por diversas causas ajenas a su normal funcionamiento.