El director de Seat, James Muir, anunció que pretende vincular los aumentos de salario de los trabajadores a los resultados de la empresa divididos de la siguiente manera: un 30% por los resultados de ventas, un 40% por la calidad de la producción y el 30% restante por la productividad de la factoría española. De tal manera, cada trabajador podría recibir hasta un máximo de 500 euros siempre y cuando la producción de la fábrica obtenga beneficios.
Matías Carnero (UGT), el presidente del comité de empresa, ha declarado que las negociaciones están aparcadas y que lo que buscan es mayor generosidad por parte de la empresa y, sobre todo, garantías de cobro. Los sindicatos amenazan con incluso parar la producción durante lapsos de tiempo aún sin determinar como protesta por las decisiones de la marca. Esto podría afectar muy negativamente a la producción del último modelo de Audi, el Q3 que se fabrica en exclusividad en la factoría de Martorell, y también a la imagen de la firma española.
Carnero defiende que la posición de los sindicatos es defensiva y que procurarán llegar a un acuerdo lo antes posible para evitar tener que tomar medidas tan drásticas, pero no a cualquier precio.