Los amortiguadores deben ponerse al día. De hecho, día a día vemos como muchas partes mecánicas que creíamos ya establecidas, son modificadas para los tiempos que corren, como llantas que acogen motores eléctricos o techos con paneles solares con los que recoger energía, pues bien, ahora le llega el turno a los amortiguadores.
Este componente mecánico se irá adaptando a los tiempos futuros con la posibilidad de recuperar la energía producida cada vez que cojamos un bache o se traza una curva en la que estos deban trabajar fuertemente. Esa energía puede ser utilizada para recargar la batería del vehículo o para cualquier otro tipo de uso electrógeno de nuestro coche.
La labor en I+D+i de los fabricantes para esta parte, se centra en este aspecto, así como en que los amortiguadores sean capaces de adaptarse automáticamente y de manera rápida a las condiciones particulares de cada vía, ofreciendo un mayor confort y seguridad para sus ocupantes. Este esfuerzo de ingeniería se está llevando a cabo a través de la iniciativa denominada «Elige calidad, elige confianza» (ECEC).
Desde esta iniciativa deportan que el avance tecnológico no puede realizarse únicamente a través de un componente, sino más bien deben de ser un conjunto de todos. Por esto, muchas compañías orientan sus labores en la combinación de componentes como los amortiguadores y el sistema del chasis.
Muchas personas no son conscientes de la importancia de unos amortiguadores en buen estado, esto incide directamente en una frenada eficaz. Junto a los neumáticos, son los responsables de mantener el feedback entre el trazado y el conductor. Estos pueden ser lo que diferencie una frenada segura y efectiva de un posible accidente.
Un amortiguador desgastado puede aumentar la distancia de frenado hasta 2 metros. Esto es debido a que, en el momento de la frenada, la inercia por la velocidad y el peso del vehículo, no se estabilizarían correctamente, perdiendo el contacto efectivo del neumático con la calzada, causando una tracción menos controlada y perdiendo inmediatez en la acción. Esto se traduce en una distancia extra de 6 metros en velocidades de hasta 80 kilómetros por hora.
Estas posibilidades de conducción de riesgo se ve incrementada durante días con climatología adversa. Unos amortiguadores en mal estado harán que el vehículo rebote en cada bache, acentuando la pérdida de control y generando una interposición del agua con el neumático, lo que se traduce en el efecto aquaplaning. ¿Cómo puedo comprobar si mis amortiguadores están en mal estado?, si se perciben oscilaciones mientras se conduce, manchas de aceite tras las ruedas, que el volante vibre aunque la calzada esté en buen estado, señales de desgaste irregular en los neumáticos o si al frenar, el vehículo se desvía hacia alguno de los lados. Son algunos de los síntomas. Aún así, es recomendable realizarle una revisión cada 20.000 kilómetros y cambiarlos a partir de los 80.000 kilómetros.
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