- Barras portaequipaje: Se conocen comúnmente como ‘baca’ y es la opción más económica y universal. Además, ocupan muy poco espacio. No obstante, también cuenta con puntos negativos: es necesario un minucioso montaje y sujeción de la carga, eleva el consumo, genera ruidos aerodinámicos y el equipaje está expuesto a las inclemencias del tiempo.
- Cofres de techo rígidos: Sin llegar a ser buenos para la aerodinámica del vehículo, suponen un mal menor comparados con las barras portaequipaje. Igualmente, tienen una capacidad muy superior a éstas y son más seguras, cómodas y protegen mejor el equipaje. Eso sí, tendrás que tener un lugar amplio para guardarlos cuando no los estés utilizando.
- Cofres de techo textiles: Son similares a los cofres rígidos pero pueden plegarse para facilitar su almacenamiento. Sus principales inconvenientes son el sufrir un mayor deterioro frente a los anteriores y la exposición a robos cuando permanecen instalados. Son impermeables, más ligeros y su instalación es sencilla, aunque generan más ruido aerodinámico que los rígidos.
- Cofres para gancho de remolque: No afectan a la aerodinámica o al consumo de combustible y aumentan notablemente la capacidad de carga del coche. Se anclan al gancho del remolque, por lo que van ubicados en la parte trasera. La carga y descarga se realiza cómodamente -al no estar situados sobre el techo- y su instalación es fácil. Necesitarás tener un gancho de remolque.
- Remolques: Como la opción anterior, también es indispensable tener instalado el gancho de remolque. Son los mejores por capacidad y los hay de diferentes tamaños. Aun así, limita la velocidad de marcha, es la alternativa más cara, modifica el comportamiento dinámico del vehículo -dificultando también las maniobras-, incrementa el consumo de combustible y es necesario un gran espacio para poder almacenarlo.