La experiencia de Ana Belén Martín
«La experiencia dentro del BMW i3 ha sido muy positiva, ya que en ningún momento notas una gran diferencia de prestaciones respecto a las que puede ofrecer un coche impulsado por combustible.
Creo que, a día de hoy, la mayor limitación es su autonomía. Este tipo de coche es claramente urbano, por lo que cuando tienes que conducirlo fuera de ciudad (a medias distancias), te ves muy limitado por la duración y el consumo de sus baterías, lo que hace que no puedas sacar todas sus prestaciones.
Respecto a su equipamiento interior, pienso que no tienen nada que envidiar al resto de vehículos. Me sorprende que, en este sentido, este coche está muy por encima de la media de los demás.
Uno de los detalles que me ha sorprendido es cómo incide en el consumo cada uno de los distintos menús de configuración que ofrece, lo que se convierte en una muy buena alternativa para hacer un uso eficiente de la carga de sus baterías.
Sin duda, su estandarización dependerá del desarrollo de nuevos acumuladores de energía que sean capaces de alargar su autonomía y disminuir el tiempo total de carga, pero también de las infraestructuras necesarias para dar soporte a este tipo de vehículo, que a día de hoy son muy limitadas, y que condicionan mucho el itinerario. Esto te obliga a planificar cuidadosamente tus recorridos por anticipado».