Cuando un modelo como el Mégane lleva el apellido Renault Sport no puede ser un coche ‘corriente’. Simplemente, por el hecho de que así se denomina el equipo encargado del desarrollo del Fórmula 1 de Fernando Alonso.
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Por dentro y por fuera 1.- Las butacas delanteras cuentan con el sistema Easy Entry -los abate completamente con un sólo movimiento-.
1.- Los faros de xenón y los antiniebla son de serie e iluminan a la perfección.
Clio Sport, o por las excelentes Michelin Pilot Sport del Clio V6.
Renault Megane RS
Nuestra unidad de pruebas no nos dió ningún problema. Lo único reseñable es que, a partir de 140 km/h, se producía un molesto ruido aerodinámico en forma de silbido que procedía de la zona del limpiaparabrisas derecho. Sin embargo, en otras unidades de este modelo no detectamos esta incidencia. Durante la prueba se empleó gasolina de 98 octanos.
CONDICIONES-DE-LA-PRUEBA Y DEL VEHÍCULO Kilómetros al inicio: 1.660 km Temperatura ambiente: 14 Cº Presión atmosférica: 945 mbar Peso en báscula: 1.355 kg. aprox. Reparto Del/ Tras: 52/48% neumáticos: Continental Sport Contact 2 (225/40-18) Presión del./tras.: 2,4/2,3 bar.
Curva de potencia: Si algo llama la atención es la progresividad con la que el motor entrega su potencia. Entre 4.500 y 6.000 rpm está desarrollando más de 200 CV, por lo que es la zona en la que ofrece las mejores prestaciones. Por encima de ese último régimen, el empuje decae de forma notable. Curva de par: Entre 2.500 y 4.000 rpm, ofrece unos valores excelentes, y superiores a los anunciados por Renault. Esto le permite ofrecer una muy buena respuesta a bajo y medio régimen, lo cual repercute en unas recuperaciones muy buenas.
Medidas
Bien, pero… Todas las cotas del interior son muy correctas, destacando, sobre todo, la anchura tanto delante como detrás. También está muy bien resuelto el acceso a las plazas traseras. Sin embargo, los 330 litros que ofrece su maletero están por debajo de los 340 litros de un Seat León o los 350 de un Ford Focus. |
AceleraciónBrillante…Bajar de los siete segundos en la aceleración de 0 a 100 km/h ya da una idea del elevado potencial de este modelo.-También ayuda el buen escalonamiento de las primeras marchas, así como la buena capacidad de tracción del modelo.
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ConsumoBien… si vas despacio…El consumo a ritmo tranquilo es contenido, pero se dispara cuando circulamos ‘a fondo’.De hecho, rodando en un puerto en 2ª y 3ª velocidad llegó a gastar una media de 28 l/100 km. Al menos, cuenta con un buen depósito.
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AdelantamientoCosa del turbo…La buena respuesta a bajo y medio régimen del motor del Mégane Sport permite que realizar un adelantamiento sea algo sencillo… y fulgurante. Por poner un ejemplo, sus valores son comparables a los del BMW M3 CSL de 360 CV que probamos el número pasado. En sexta velocidad, el registro de 80 a 120 km/h no es malo: 10,2 seg.
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SonoridadNo se hace notar…El Sport es bastante silencioso para ser un coche tan rácing; de hecho, sus registros son parecidos a los cualquier otro Mégane. Esto le permite cubrir largas distancias sin que el sonido del motor moleste a los pasajeros. Por contra, en nuestra unidad los ruidos aerodinámicos se hacían notar con claridad a partir de 140 km/h.
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Frenada¡Lástima de ABS!….Las cifras de detención son muy buenas, gracias a sus discos delanteros de 312 mm delante y 300 traseros. Sin embargo, tanto el ABS como el SAFE -Sistema de Ayuda a la Frenada de Emergencia- entran en acción demasiado. Por contra, no hay pegas que poner a la resistencia: el Sport aguanta bien los esfuerzos contínuos.
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Qué debes saber de…Ángel Burgueño
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Quién es…Tras participar durante las dos últimas temporadas en las World Series, este madrileño de 30 años disputará esta temporada el Campeonato de España de GT, formando equipo con Miguel Ángel de Castro, al volante de un Seat Cupra GT del equipo Meycom patrocinado por Repsol y X-Box.
Su palmarés…Con 16 años fue campeón de Madrid de Kárting. Un año después, ganó la Fórmula Fiat en España, siendo subcampeón de la Fórmula Ford y de la Renault en 1991 y 1993, respectivamente.También fue subcampeón del Open fortuna by Nissan -antiguas World Series- en 1998. Curiosidades… Es asesor del Repsol Racing for Spain, equipo de jóvenes promesas de la Federación Española de Automovilismo. |
De eso se encarga su agresivo faldón delantero -que ha aumentado de tamaño respecto a un Mégane normal para dar cabida a una gran abertura de aire que refrigera el motor-, las llantas de 18″, la doble salida de escape central -un detalle ‘heredado’ del Clio V6- y un discreto alerón que hay sobre la luna trasera.
En conjunto, se ha conseguido un coche de diseño exterior llamativo pero sin caer en lo exagerado. Por el contrario, al abrir la puerta, te desilusionas al ver que no hay cambios significativos respecto a un Mégane… de 80 CV: tan sólo unos asientos más deportivos, unos relojes con una grafía distinta… y ya está. Por tanto, el espacio interior tampoco varía respecto a versiones menos potentes -es decir, resulta correcto para cuatro adultos, aunque el volumen del maletero no destaca por su capacidad, unos discretos 330 litros-, la calidad de acabados es similar -sólo el tapizado mixto de tela y cuero de los asientos consiguen darle un aire algo más exclusivo-… y hasta conserva el arranque mediante un botón. Una vez en este punto, es lógico que nos preguntemos… ¿dónde radica, entonces, el ‘encanto’ de un Mégane que cuesta como un BMW ? Basta con arrancarlo para empezar a obtener algunas respuestas: lo primero que percibimos es el sonido ‘ronco’ y grave del escape. No hay duda de que suena a coche ‘poderoso’. A continuación, insertamos la primera velocidad, aceleramos con decisión… y se aclaran todas nuestras incógnitas: la contundente respuesta del propulsor nos indica que éste no es un simple Mégane. Y no es para menos, bajo el capó se esconde un propulsor que, sólo tiene cuatro cilindros y dos litros de cubicaje, pero desarrolla 225 CV gracias a la ‘magia’ del turbo. A pesar de la presencia de este elemento, su empuje no es tan brusco como el de un Seat León Cupra R -225 CV- y, sobre todo, el del Ford Focus RS -215 CV-; modelos que cuando aceleras ‘sin compasión’, te dejan literalmente pegado al respaldo del asiento. Pero esto no es casual, los ingenieros de Renault han ‘trabajado’ para que la entrega de potencia sea progresiva, uniforme y constante. En términos prácticos, lo cierto es que empuja con bastante fuerza desde las 2.000 rpm hasta cerca de las 6.000 -lo que permite una buena respuesta a bajas y medias vueltas-; a partir de este último régimen no merece la pena insistir, pues el empuje decae mucho. A pesar de ello, y como curiosidad, he observado que en primera y segunda velocidad, el corte de inyección se produce casi a 7.000 rpm, mientras que en el resto de las marchas lo hace a algo menos de 6.500.
¿La razón? Según Renault , así se aumenta la fiabilidad del motor en caso de que se efectuén bruscas reducciones. Queda claro, por tanto, que potencia no le falta a este compacto, pues tanto sus aceleraciones como sus recuperaciones son fulgurantes y eso le permite ‘dejar atrás’ a muchos coupés que presumen de deportivos.
La siguiente pregunta es… ¿estará su bastidor a la altura? Pues sí… y no. Es cierto que los técnicos de la marca francesa lo han modificado notablemente respecto a un Mégane con la mitad de potencia -ver recuadro en la última página-, pero hay aspectos claramente mejorables cuando se practica una conducción rácing. Para empezar, en carreteras de montaña, y si aceleramos a la salida de las curvas, el ‘morro’ tiende a deslizar -subvirar- y aunque esto es algo habitual en un vehículo de tracción delantera, que transmite toda su fuerza sólo al eje delantero, como contrapartida, supone una notable pérdida de agilidad. Eso sí, el control de tracción -de serie- funciona muy bien y ayuda a que ese subviraje no sea excesivo. En este tipo de terreno, el Mégane muestra un carácter menos deportivo que el de un Focus RS aunque, a cambio, resulta más sencillo de conducir y bastante más cómodo y silencioso en un largo viaje. La cosa se complica cuando se circula al límite: se trata de un coche que, por su poderoso motor, es capaz de mantener medias por encima de los 200 km/h… sin embargo, cuando nos movemos a este ritmo, el Renault no transmite una total confianza al conductor. Por ejemplo, la suspensión, aunque endurecida respecto al resto de los modelos de la gama, no consigue contener por completo los balanceos de la carrocería, sobre todo de la parte trasera. Por otra parte, aunque esta versión lleva control de estabilidad de serie, su ‘reglaje’ es diferente al de un Mégane normal.
¿Por qué? Para permitir un ligero deslizamiento en curva que aumente el carácter rácing del modelo; pero cuando ese deslizamiento se produce circulando muy rápido en zona de curvas, hay que prestar mucha atención para que no se convierta en derrapada. Por último, hay que añadir, además, un funcionamiento de la dirección mejorable: es cierto que resulta más firme que la de un Mégane normal y su tacto se va endureciendo conforme aumenta la velocidad… pero, a pesar de ello, está demasiado asistida y resulta imprecisa: no es la más adecuada para un deportivo de este tipo. ¿Quiere decir todo esto que el RS es un coche ‘delicado’? En absoluto: se puede conducir rápido de forma muy sencilla y con un nivel de confort elevado; sin embargo, no alcanza el aplomo de un rival como el León Cupra R, aunque sí resulta menos ‘exigente’ que un Civic Type R o un Focus RS. A cambio, la eficacia de los frenos -‘firmados’ por todo un especialista como Brembo- me ha impresionado. Son tremendamente potentes, aunque hay que acostumbrarse al tacto del pedal porque es demasiado sensible: basta con rozarlo para que el coche decelere bruscamente. Lo que sí es mejorable es el funcionamiento del ABS de serie, que actúa demasiado pronto al circular sobre una superficie bacheadas, lo cual no permite apurar la excelente capacidad de frenada del Mégane Sport. Por lo que respecta a la transmisión, esta versión cuenta con una caja manual de seis marchas cuyo selector es preciso de accionar, aunque tiene unos recorridos algo largos. Los desarrollos resultan acertados en las primeras cinco velocidades, siendo la sexta una marcha ‘de desahogo’, que permite viajar deprisa por autopista con el motor poco revolucionado, lo cual ayuda a contener el ruido y los consumos. Por cierto, que el gasto de combustible varía notablemente según la utilización que demos al RS: a ritmos constantes no es un modelo muy gastón, sin embargo, en un tramo de montaña, y ‘apurando’ las posibilidades del motor, las cifras de consumo medio llegan a duplicarse fácilmente. En cuanto a precio, este Mégane cuesta 28.800-, lo cual le sitúa entre sus dos competidores directos: el Ford Focus RS -31.787–, y el Seat León Cupra R -27.295–.¿Vale lo cuesta? Si tenemos en cuenta su amplio equipamiento y buenas prestaciones lo cierto es que sí. |
¿Cómo se llama de verdad?…El nombre oficial de este modelo es Mégane Renault Sport. ¿El motivo? Renault Sport es su ‘apellido’, y resultaría redundante denominarlo Renault Mégane Renault Sport. En Autofácil le llamaremos Renault Mégane Sport, porque consideramos que el nombre de la marca siempre precede al del modelo. |
El equipamiento del Mégane RS…De serie: Elevalunas eléctricos, cierre centralizado con tarjeta de apertura ‘manos libres’, dirección asistida eléctrica, ABS con EBV, ESP, ASR, SAFE, ocho airbags, anclajes Isofix, llantas de aleación de 18″, faros de xenón, faros antiniebla, lavafaros, retrovisores eléctricos, ordenador de a bordo, climatizador automático, radio 4×15 con cargador de seis CD´s y mandos en el volante. |
¿Cómo conseguir 60 CV más?…La mecánica del RenaultMégane Sport es una evolución del 2.0 de 165 CV, que actualmente emplean los modelos Laguna, Vel Satis y Espace.Para desarrollar hasta 225 CV -es decir, un 36% más de potencia-, este propulsor ha pasado por las manos de Renault Sport Tecnologies y por el departamento de motores de Renault , que rediseñaron el turbo y aumentaron su presión de soplado de 1,6 a 2,0 bares. Esto, unido a una nueva gestión electrónica del motor, al empleo de unos inyectores diferentes y a un bloque recubierto de grafito, le permiten ganar esos 60 CV… y mantener los mismos intervalos de revisiones -las pasa cada 30.000 kilómetros-. |
Los cambios ‘que no se ven’…El chasis del Mégane Sport es diferente al de cualquier otro Mégane. Para empezar, la suspensión delantera cuenta con unos amortiguadores y muelles más firmes, así como con una barra estabilizadora de diámetro más grande -mide 20 mm-. Por otra parte, la vía delantera aumenta siete mm -llega a 1.517 mm-. Además, la suspensión trasera sólo ha incrementado su rigidez en un 12%, mientras que el ancho de vía crece 15 mm -queda en 1.521 mm-. Finalmente, quien lo desee dispone de una versión de cinco puertas por 29.30 €. |
Por fuera
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