1.- Existen dos versiones del Speedster: el turbo de nuestra prueba y, por debajo, un 2.2 de 147 CV, que cuesta 35.730 euros. Ambas llevan una espectacular doble salida de escape vertical en posición central.
2.- La luneta trasera no es térmica y está colocada en posición vertical. Las tomas de aire ayudan a refrigerar la mecánica… y dejan que la lluvia caiga sobre el motor. La antena es fácil de robar, y la tercera luz de freno, en el techo, se ve bastante.
3.- Sólo el logo Turbo, el diseño de las llantas y el alerón trasero diferencian a este Speedster del atmosférico de 147 CV.
4.- Los retrovisores se regulan a mano; orientar bien el derecho exige la ayuda del copiloto.
5.- Las tomas de aire delanteras son sólo decorativas.
6.- El depósito se abre con llave; la tapa es de aluminio pulido.
7.- Las tomas de aire laterales son fundamentales para introducir aire en el motor.
Qué lleva el Speedster
De serie incluye: ABS, airbag conductor, llantas de aleación de 17 pulgadas, estribos laterales, asientos deportivos, volante de cuero.
Algunas opciones: Radio -desde 481e-, reposapiés (96), pintura metalizada (desde 637), faros antiniebla (319).
Un `artefacto´ muy efectivo… y súper divertido
Las llantas de aleación son unas Braid de 13″-con neumáticos más estrecho delante-. El alerón trasero, de fibra, es regulable y muy eficaz en zonas rápidas.
Para Burgueño, el MRC “es muy eficaz y divertido de pilotar. En un circuito tan lento como el de los Santos de la Humosa, se va un poco de delante -subvira-, pero eso se soluciona variando los reglajes del eje delantero .
Con todo, el coche se agarra muchísimo y tiene una velocidad de paso por curva impresionante. Cuesta hacerlo derrapar pero, cuando lo hace , es de forma progresiva.
El motor ‘empuja’ sobre todo desde 6.000 hasta… ¡12.000 rpm!, en medio de un espectacular sonido. Por su parte, el cambio secuencial mecánico de seis marchas es muy rápido y puede accionarse… sin pisar el embrague.
Los pedales de aluminio están perfectamente ubicados. Los elevalunas son manuales: la manivela presenta holguras. Este es uno de los pocos huecos que hay en el interior -a la izquierda del volante-. Se completa con unas redes laterales.
El pomo del cambio está fabricado en aluminio pulido, lo que evita que se caliente si le da el sol en verano. Cada unidad del Speedster está numerada. La chapa de identificación está a la derecha del salpicadero.
Así es el Speed Car MRC de nuestra prueba
1.- Este display indica la velocidad en la que se circula.
2.- Esta es la palanca de marcha atrás.
3.- Pedalier rácing.
4.- Se arranca conectando la bomba de gasolina -interruptor- y pulsando el botón.
José Lombardía es el dueño de este Speed Car de competición. “En total me ha costado unos 15.000€… y muchas horas de trabajo.
Por 5.000€ le compré un chasis con carrocería, la caja de dirección y unos trapecios de suspensión a un fabricante catalán -Delfín Lahoz-.
A partir de ahí, para montar este MRC conté con la ayuda de Motostión, Demac y algunos amigos -uno de ellos me hizo el interior de fibra de carbono-; también adquirí piezas de desgüace -los frenos de un VW Golf GTI, el radiador de un Opel Kadett, las estabilizadoras de un Citroën ZX…- y el motor de una Suzuki GSX-R 1.000.
Pero entremos en materia, ya se sabe que el Speedster no es un cúmulo de virtudes.
Para empezar, ¿por qué a pesar de su ‘afilado’ diseño tiene una aerodinámica tan sólo discreta -su Cx es de 0,41-: porque necesita múltiples tomas de aire para refrigerar su mecánica, lo que le impide ser mejor en este apartado.
No menos peculiar -y complicado- es el acceso al interior: hay que hacer verdaderos ejercicios de contorsionismo para llegar hasta el asiento, debido a que las puertas son pequeñas, la altura de la carrocería es muy escasa y, encima, hay que sortear las barras de seguridad que están ocultas bajo unas tapas de plástico situadas en los umbrales de las puertas.
Una vez ‘acomodados’ -por cierto, en una posición extremadamente baja-, se perciben varias sensaciones.
Por un lado, que vamos encajonados y contamos muy poco espacio para las piernas, que deben ir completamente estiradas; por otro, que todo está muy cerca de la mano, especialmente la palanca del cambio.
También notamos que los asientos nos proporcionan una excelente sujeción, que los pedales de aluminio están muy bien ubicados, que el volante es muy pequeño…
Por lo demás, no esperes encontrar lujo a raudales, porque esa no es la filosofía de este deportivo.
De hecho, no hay nada que sea supérfluo: además de una instrumentación clara pero muy simple, sólo encontramos los mandos de los intermitentes, las luces, ellimpiaprabrisas y el sistema de calefacción.
En cuanto al equipamiento, este Opel no puede llevar aire acondicionado, elevalunas eléctricos, cierre centralizado… -la razón es que supondrían un incremento de peso-.
El único ‘lujo’ que podemos instalar es una radio que cuesta 481e.
Por lo demás, el resto del espartano habitáculo está recubierto de aluminio y unos plásticos duros, que no transmiten mucha sensación de calidad… pero sí bastante robustez.
Al arrancar, echo en falta otro dispositivo de equipamiento… ¡no hay dirección asistida!
Eso, unido al pequeño tamaño del volante, hace que maniobrar en parado llegue a resultar fatigoso. Tampoco hace falta recorrer muchos metros para darse cuenta de lo ‘especial’ que resulta en este apartado el Speedster.
A pesar de ser un descapotable, no es un coche ‘para pasear’, debido a que la suspensión, dura, seca y de recorridos cortos, transmite todas y cada una de las irregularidades del terreno.
Si a esto le unimos un ruido muy elevado a más de 120 km/h, tanto mecánico como, sobre todo, aerodinámico -en nuestra unidad el techo no ajustaba del todo bien-, el resultado es que no es de los más indicados para realizar un viaje largo.
Entonces, ¿dónde se desenvuelve bien el Speedster?
En principio, los trayectos cortos por carreteras reviradas; en este terreno, la mencionada firmeza de la suspensión y un chasis rígido incrementan la agilidad del vehículo. Sin embargo, en cuanto forzamos el ritmo, el Speedster muestra otra cara.
Para empezar, frena poco y la resistencia a los esfuerzos prolongados es mejorable, por lo que después de varias frenadas los discos se calientan mucho y las distancias de detención se alargan.
Por otro lado, en los giros más cerrados el eje trasero tiende a deslizar al comienzo del viraje eso sí, basta con contravolantear ligeramente para recuperar la trayectoria… aunque, entonces, empieza a irse de delante -subvira- notablemente, lo que reduce su agilidad.
Esto se debe a que equipa unos neumáticos delanteros muy estrechos -sólo miden175/55, mientras que los traseros son de 225/45– y a un eje delantero no del todo bien puesto a punto.
Claro que es cierto todo lo anterior pero… qué divertido resulta de conducir y qué distinto te sientes a sus mandos: el motor turbo -el mismo que lleva el Opel Astra 2.0T– ofrece una respuesta constante y muy poderosa entre 3.000 y 6.000; además, gracias al reducido peso del coche las aceleraciones que consigue son excepcionales, a la altura de un Porsche Boxster.
A ello contribuye el cambio manual de cinco velocidades, con unos acertados desarrollos y con una palanca de manejo rápido y preciso.
Por otra parte, el consumo es razonable: cuesta pasar de 15 l/100 km y es fácil moverse en torno a nueve l/100 km -eso sí, los 36 litros de depósito limitan mucho la autonomía-.
En cuanto al precio, 40.540€ puede parecer una cifra elevada… pero no lo es tanto si tenemos en cuenta su exclusividad -sólo se vendieron 14 unidades en España durante 2004-, o si lo comparamos con su principal rival, el Lotus Elise 111 “S”, que cuesta 49.426e.
El veredicto…Ángel Burgueño
El Speedster Turbo es muy radical y transmite unas sensaciones únicas en carretera de montaña… siempre que no intentemos acercarnos a sus límites, pues entonces se vuelve muy delicado de pilotar. Tampoco es el más adecuado para viajar por autopista -por ruido, escasa autonomía, suspensión dura-, ni para moverse por ciudad -por visibilidad y acceso al interior-. Eso sí: este coche es tan exclusivo y minoritario -por precio y ventas- que terminará convirtiéndose en un clásico.
¿Qué es un Speed Car? … Un monoplaza con carrocería de fibra de vidrio y motor de motocicleta -de 1.000 o más cc- que compite en Subidas de Montaña. Debido a su excelente relación peso/potencia -tienen 160 CV y sólo pesa 450 kg-, se considera a los Speed Car los vehículos más rápidos de esta categoría. Si quieres adquirir uno, visita la web www.bangoracingcars.com o www.speed-car.com; una unidad ya fabricada cuesta entre 27.000 y 33.000€; si lo prefieres, por 5.000€ puedes adquirir sólo el chasis y la carrocería. Recuerda, en cualquier caso, que este vehículo sólo puede circular en carreteras cerradas al tráfico o en circuitos.
¿Qué es el Speedster? … Es un biplaza descapotable derivado del Lotus Elise con propulsión a las ruedas posteriores y motor en posición central-trasera. Se presentó como prototipo en el Salón de Ginebra de 1999, pero se puso a la venta en 2000. ¿Su objetivo? Aumentar la imagen deportiva de la marca y llegar a un público que busca, ante todo, sensaciones de conducción.
Qué debes saber de…Ángel Burgueño
Quién es…Este madrileño de 30 años es uno de los pilotos españoles más rápidos en circuito. Comenzó en el kárting, continuó con los monoplazas… y ahora compite en el Campeonato Nacional de GT.
Su palmarés…Ha participado en diferentes Copas como la Fórmula Renault nacional y la europea, o las World Series, de la que fue subcampeón -1998-. En 2004, también fue subcampeón de España de GT.
Curioso… Tiene su propia pista de karts para entrenar. Está junto a su restaurante Los Nuevos Hornos, en Pedrezuela -Madrid-. Allí también se alquilan karts.
CONDICIONES DE LA PRUEBA Y DEL VEHÍCULO Kilómetros al inicio: 6.129 km Temperatura ambiente: 15 Cº Presión atmosférica: 920 mbar Peso en báscula: 1.080 kg. aprox. Reparto del./ tras.: 50/50% Neumáticos: Bridgestone Potenza RE 040 (175/55-17 y 225/45-17) Presión del./tras.: 1,6/1,8 bar.
Curva de potencia: En la parte ‘alta’ hay pequeñas irregularidades, pero es muy progresivo. Curva de par: Ofrece un importante ‘pico’ en torno a 2.500 rpm. A partir de ahí, es constante. Medidas
¡Qué agobio!…El Speedster posee un habitáculo angosto y estrecho: piloto y copiloto están demasiado juntos. El maletero tiene 206 litros, lo cual no está mal…. pero sólo se puede ‘cargar’ con 100 kg porque su suelo se podría romper… y el comportamiento dinámico puede empeorar por el cambio del reparto de pesos.
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