Un estudio de la empresa aseguradora AXA, con datos de todo el año 2013 es el que arroja estos datos. Más de 3.000 accidentes tienen relación con animales, de los cuales le 62% fue con animales de caza, un 37% animales domésticos y sólo un 1% contra aves. Y un 6% de estos accidentes causa lesiones a los ocupantes del vehículo.
Y es en las provincias del norte de España en las que estos accidentes son más frecuentes: Galicia, junto con Asturias, León y Zamora; Burgos y Soria, Alava; navarra, Huesca, Lérida Gerona y Barcelona tienen más accidentes contra animales. El 66% de los casos se dan en esas provincias. Y para mayor desgracia, desde la reforma de la ley de tráfico del pasado mes de mayo, es el conductor el responsable del siniestro, aunque no haya incumplido ninguna norma.
Por especies, es el jabalí el que causa más accidentes: un 33% de los siniestros contra animales. Le sigue el perro, con un 30% de los casos. Y después, ya con un 17,5%, corzos, ciervos (4,2%), zorros, caballos, gatos, vacas ovejas y cabras.El informe de AXA nos recuerda algunos consejos para evitar estos accidentes:
Los accidentes contra animales suelen producirse de noche, en tramos rectos y largos. En zonas donde puede haber animales no te confíes y baja la velocidad. Una conducción defensiva en estas zonas, atentos a movimientos en los laterales de la carretera puede ayudar mucho. Los conductores solemos prestar más atención al lado derecho generalmente: no te olvides que los animales también te pueden salir por la izquierda. Parabrisas limpio, limpias en buen estado y, por supuesto, frenos y cinturones de seguridad en perfecto estado. Y si ya ves animales en los bordes, mucha atención: su comportamiento es impredecible, por lo que debes circular a baja velocidad. Por supuesto, si vas atento, podrás evitar volantazos y movimientos bruscos del coche, razón por la que en muchos casos se pierde el control del coche. Y si la colisión es inevitable, mantén la vista hacia donde se quiera llevar el vehículo y no en el animal, pisa el freno y trata de chocar en ángulo, no frontalmente. Justo antes del impacto levanta el pie del freno para reducir las posibilidades de que el animal acabe estrellándose contra el parabrisas.