Aprendiendo a ser probador

El 28 y 29 de marzo llevaba tiempo señalado en mi agenda. Era el día elegido para asistir al primer Taller Práctico Probador de TT organizado por la Fundación LUIKE y el Equipo de Pruebas de la revista Fórmula TodoTerreno. En él íbamos a aprender a probar y a conducir un TT sobre cualquier terreno siendo capaces de transmitir las sensaciones percibidas sin correr ningún riesgo.


La Fundación LUIKE entre sus actividades pretende acercar el mundo de las pruebas de automóviles a sus alumnos. Y qué mejor manera que realizando una serie de cursos donde de primera mano se aprende, se prueba y se analiza todo lo relacionado con el mundo de los coches -desde el análisis exhaustivo de cada modelo, hasta la prueba por todo tipo de carreteras, toma de prestaciones, mediciones, etc-.

“Realizar el Curso de Probador TT me daba la oportunidad de aprender a probar un tipo de vehículos a los que no estoy acostumbrado a conducir y, encima, hacerlo de una manera segura sacándole el máximo partido a cada uno de ellos.

El primer día de curso -viernes por la tarde-, se dan las clases teóricas donde se explican todos los conceptos para realizar de manera óptima la prueba de este tipo de vehículos y su técnica de conducción todo terreno. Además, una de las actividades es la visita al banco de potencia de Demac, donde las revistas del motor de la Editorial Luike llevan sus coches para realizar las mediciones de potencia. También tuvimos la oportunidad de ver en directo una prueba de banco real -en este caso, de un BMW X5 M50d-. David Sanz, uno de los ingenieros de Demac, nos explica al detalle todo lo relacionado con la toma de datos y prestaciones en este tipo de ‘laboratorios técnicos’.

Al día siguiente, comenzamos la jornada realizando ‘la prueba en parado’, donde analizamos al detalle los seis coches que, posteriormente, probaremos. Estos son el SsangYong Korando D20T 4×4 Limited Automático, el Volkswagen Amarok 2.0 TDI 140 CV 4×4 Conectable, el Nissan Pathfinder LE 3.0 dCi V6, el Nissan Navara FE 2.5 dCi 144 CV, el Mercedes G 350 BlueTEC y el Land Rover Defender 110 SW. Una vez terminamos “la prueba en parado”, comenzamos el viaje hacia la pista de todo terreno del CPB -Centro de Perfeccionamiento de Bercimuel-, situada en Segovia, y donde realizaremos la prueba en circuito simulando todo tipo de obstáculos y sus técnicas para poder superarlos de una manera efectiva.

De camino al circuito pudimos conducir de manera alternativa los diferentes vehículos, para realizar un primer contacto en carretera donde sacamos las primeras impresiones de comportamiento de cada uno de ellos.

De entre todos los vehículos a probar, mis dudas recaían sobre la efectividad y comportamiento en carretera y campo de los dos pick up -Volkswagen Amarok y Nissan Navara-, ya que al tratarse de vehículos destinados al trabajo no daba un duro por ellos. Pero, sinceramente, me han sorprendido ya que en carretera se muestran cómodos y muy similares a un todo terreno. Además, en el caso del Volkswagen Amarok incluso gasta poco y su interior está bien hecho.

Una vez llegamos al circuito, los monitores nos explican ‘in situ’ las diversas pruebas que vamos a realizar, mientras uno de ellos las hace con uno de los coches. ¡Resulta impresionante ver por dónde pasa!

En cuanto acabamos el reconocimiento, nos dividen en grupos y nos subimos a los coches. Comenzamos a realizar en caravana todos los ejercicios, siempre con uno de los monitores como copiloto, el cual nos va explicando cómo superar de manera óptima todos los ejercicios. Durante el paso por las pruebas mantenemos siempre la distancia de seguridad. Recuerdo una de las frases que nos comentó uno de los monitores mientras realizábamos una de las pruebas, que decía algo así como: ‘la práctica del todo terreno es una cura de humildad diaria, ya que nunca sabes que te va a deparar el terreno por el que te mueves’; y sinceramente creo que tiene toda la razón del mundo, ya que a lo largo del día y según ibamos pasando con los diferentes coches nos dimos cuenta de que, aunque el terreno en apariencia era el mismo, siempre podriamos encontrarnos sorpresas.

Aunque en la mañana amenazaba lluvia, el tiempo finalmente nos respetó y pudimos cumplir la jornada de forma satisfactoria. Una vez que terminamos la jornada de pruebas nos marchamos a reponer fuerzas a un pequeño pueblo de las inmediaciones, donde disfrutamos de un buen cocido. Durante la comida, pudimos seguir debatiendo sobre las experiencias y sensaciones vividas en la mañana, y donde aprovechamos para charlar de forma distendida con los instructores y probadores de las revistas Fórmula TodoTerreno, Autofácil y Car&Tecno.

Un vez acabada la comida, nos dividieron de nuevo en grupos para realizar una ruta TT. La idea era poner en práctica y por pistas reales todo lo aprendido en el circuito.

Las horas pasaban rápidamente y se acercaba el final de la jornada, aunque no quisimos regresar a Madrid sin antes realizar una breve parada en un paraje con vistas espectaculares para hacer una bonita foto de grupo, que quedará en nuestras retinas por mucho tiempo.

De la despedida mejor no hablar, ya que en este día y medio hemos hecho una buena amistad con los compañeros, a los que espero ver en un futuro, y sobre todo con los monitores, de los cuales sólo puedo alabar su profesionalidad, amabilidad, paciencia… y, sobre todo, sentido del humor.
¿Qué me llevo de este curso? Lo primero una gran satisfacción por haber compartido con mis compañeros y monitores un día y medio apasionante. La experiencia de la conducción todo terreno ha sido muy buena, habiendo interiorizado muchos conocimientos que me permitirían adentrarme en algún que otro camino o zona rota, sin miedo a quedarme tirado, porque siempre tendré en mente sus consejos y enseñanzas. Además, ya me siento capaz de poner a prueba este tipo de vehículos y poder transmitir las sensaciones de una manera profesional. Y por supuesto, algo muy importante, y es que pronto se realice otro curso, para satisfacer las ansias de más que se han quedado escondidas tras la despedida».

CURSO DE CONTROL DE DERRAPAJES DE LA FUNDACIÓN LUIKE – AUTOFÁCIL

La fundación LUIKE y sus cursos
«Ha sido un placer realizar este curso de la Fundación LUIKE. Se respira un ambiente de buen rollo y mucha proactividad y me parecen estupendos todos los cursos que realiza, especialmente estos dedicados a conducción y seguridad.
La expectativa ante este curso era mejorar mi sensación de seguridad al conducir y ejercitar la capacidad de reacción ante situaciones peligrosas frente a las que no sabemos cómo actuar y nos bloqueamos, aprender a reaccionar a tiempo para evitar un accidente.
Y no me ha decepcionado. Ahora mismo siento más seguridad al conducir, tanto con mi familia como en mi trabajo como probador de coches en el portal motorflash.com.
Independientemente de que el coche tenga pocos o muchos CV, la esencia es la misma y en la carretera ante todo debe prevalecer tanto la seguridad de uno mismo como la de los demás».

Los ejercicios y los instructores
«La clase de teoría nos aportó instrucciones muy claras e interesantes; y los ejercicios prácticos con los tres instructores, cada uno con su dificultad y objetivo preciso, estaban diseñados con mucho acierto. Al llegar al slalom con distancia ya habíamos practicado con el slalom corto y fue muy interesante conocer el comportamiento del coche en frenada con subviraje y luego el sobreviraje.
Los instructores son estupendos, muy capacitados y con una comunicación fácil para llegarte y enseñarte a identificar fallos en los que caemos rutinariamente. Es increíble todo lo que puedes corregir en tu modo de conducción.
He aprendido la gran importancia que tiene la posición de las manos en el volante para la experiencia de derrapaje y para la conducción en general, y la anticipación; aprender a mirar más allá de la curva y anticipar lo que debes hacer en las curvas y así evitar salirte».

La experiencia del derrapaje
«Ha sido realmente una pasada, increíble, como se puede hacer derrapar a los coches con tan sólo pisar el acelerador en su rango adecuado “sin pasarse de gas”, todo a su medida justa. Corrigiendo con el volante lo que podamos equivocarnos en los pies… pero si haces todo bien con los pies, el trabajo con el volante es casi automático por la misma inercia del coche.
Que pena, que no pude ser uno de los finalistas en el concurso final por un contratiempo que tuve con mi coche en la eliminatoria, pero todos vivimos con gran emoción el momento y el ganador se clasificó por muy poco margen.
Me encantaría volver a vivir esta experiencia, siento que aún puedo pulir muchos detalles en mi modo de conducción, vencer ciertos miedos al momento de actuar con el gas…

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