Así vivió nuestro lector el GP de Abu Dahbi

«El vuelo lo hicimos de España hasta Dubai… y de ahí viajamos por carretera a Abu Dhabi. Tanto una como otra son dos ciudades increíbles, lugares sin historia pero con dinero, mucho dinero. Ambas ciudades están plagadas de rascacielos, todos distintos entre sí, con una personalidad propia que los  convierte en auténticos monumentos. Es, sin […]


«El vuelo lo hicimos de España hasta Dubai… y de ahí viajamos por carretera a Abu Dhabi. Tanto una como otra son dos ciudades increíbles, lugares sin historia pero con dinero, mucho dinero. Ambas ciudades están plagadas de rascacielos, todos distintos entre sí, con una personalidad propia que los  convierte en auténticos monumentos. Es, sin duda, un lugar de ensueño, pero sólo para carteras pudientes… Y no hablemos de coches. Aquí los amantes de las cuatro ruedas tienen un escaparate con algunos de los mejores vehículos del mercado. Sólo con deciros que los policías van con BMW Serie 5,  Mercedes Clase E, Nissan GT-R o Chevrolet Corvette, os podéis hacer una idea del nivel que hay por aquí. Es increíble.

Aquí la mezcla cultural es evidente: es sencillo ver a familias en centros comerciales de lujo en las que la madre viste con el burka, el padre con la kandura -una indumentaria larga, suelta y blanca-… mientras que los hijos muestran marcas occidentales, colores llamativos y minifaldas.

Y el circuito es increíble: precioso por dentro y por fuera, con todas las gradas cubiertas -menos mal, porque hacía un sol de justicia- y una iluminación nocturna impresionante. La pena es que no se podía visitar el hotel que hay en medio del circuito, porque tenía una pinta estupenda. Las instalaciones son, sin lugar a dudas, de las mejores del mundo, y los accesos impiden que haya atascos: hay autopistas de cuatro carriles por sentido, que llegan hasta ocho en Dubai. Una vez allí nos sentimos partícipes de algo histórico: se estaba dirimiendo uno de los Mundiales más reñidos de la historia y nadie se lo quería perder. Un ejemplo de esto es que un inglés me ofreció 300 libras por la entrada -unos 350 euros-, pero por supuesto no se la vendí.

Aunque al final Alonso no pudo conseguir el título, vengo impresionado por todo lo que he visto, así que sólo me queda agradecer por el regalo a Autofácil; he tenido mucha suerte. También quiero mencionar y agradecer a la persona encargada de organizar el viaje, Manuel Rodríguez, de MundoTour, que se mostró muy atento en todo momento y me trató de forma excelente. Además nos regaló unas camisetas de la peña de Alonso que él ha creado. De nuevo, gracias a todos».

José Luis Rodríguez

Scroll al inicio