¿Has escuchado alguna vez la expresión ´tiene un corazón que no le cabe en el pecho´? Pues algo así les ocurre, literalmente, a estos dos modelos: sus pequeñas carrocerías miden menos de 4 metros de largo pero, bajo sus capós, ocultan la misma clase de motor turbodiesel de dos litros de cilindrada que suele propulsar a automóviles de un tamaño mucho mayor. Y de hecho, el propulsor del A1 2.0 TDI es el motor más vendido dentro de las gamas del Audi A6 o el Q5, mientras que, por la calle, resulta muy sencillo ver ejemplares de BMW Serie 5 o X3 propulsados por el mismo 2.0 diesel que anima a este Mini.
La encargada de dilucidar cuál de estos modelos es el mejor se llama Rebeca y, nada más verlos, decide entregarle el primer punto al A1. «En ningún caso puede decirse que el Mini no sea bonito, porque su atractivo es precisamente uno de sus mejores argumentos. No obstante, creo que su imagen está algo ´gastada´ debido a que se parece mucho a su antecesor, que data del año 2001. En cambio, el A1 tiene un aspecto más fresco… y me parece que los 26 cm de ventaja que le saca al Mini –3,95 m de largo frente a 3,69 m del británico– le favorecen».
«Además, esos centímetros se traducen en un habitáculo un poco más espacioso», apunta Rebeca cuando abre la puerta del A1 y accede a su interior. «Eso no quiere decir que el A1 sea amplio. Pero en sus plazas traseras podrían viajar dos adultos con un nivel de confort aceptable, mientras que el espacio para la piernas en las butacas traseras del Mini casi las reduce a plazas ´de emergencia´… una tónica que se repite en el maletero: el del A1, con 270 litros, es ´pequeñito´, pero el del Mini, de 160 litros, es más bien una taquilla», continúa. «Por otro lado, aunque el salpicadero del Mini cuenta con un diseño muy cuidado, es evidente que el Audi ofrece materiales de mejor calidad y unos ajustes impecables».
Antes de ponernos en marcha, Rebeca se percata de que la pequeña ´gran´ diferencia entre los dos aspirantes: «este duelo sería más justo si el Mini equipase una caja de cambio manual». Tiene razón. El cambio automático de nuestro Mini Cooper SD emplea un convertidor de par, y es carísimo: cuesta 2.646€. Por su parte, el par del motor del A1 impide que se pueda disfrutar en combinación con la caja S Tronic de siete velocidades que ofrecen otros integrantes de su gama. Y, aunque a priori el cambio automático debería penalizar al Mini, Rebeca aprecia grandes diferencias: «Me convence más el motor del Mini. El del Audi es igual de rápido y su respuesta es más agradable y progresiva, pero le falta el ´nervio´ del motor del británico que, aunque vibra y suena más, empuja con decisión desde las 1.800 rpm. En cuanto al cambio automático del Mini, me ha parecido bastante rápido y agradable; aunque emplea unas relaciones más cortas que el manual y eso penaliza el consumo: gasta 5,3 l/100 km frente a los 4,1 l/100 km del Audi», apunta.
Si hablamos de comportamiento, Rebeca opina que «el Mini me parece más ágil y divertido. Tiene una muy buena dirección, que transmite perfectamente lo que ocurre en las ruedas delanteras, y eso te inspira más confianza cuando recorres una carretera de curvas. Además, tiene una suspensión durita… que sería perfecta si fuera menos ´rebotona´. Por su parte, el A1 es un coche más aplomado y menos ´travieso´ que el Mini, y en la práctica tiene el tacto de un coche más grande. Eso sí, hay que tener en cuenta que esta unidad lleva instalado el paquete S Line –lo que supone 1.965€–, que incluye unos amortiguadores deportivos y unos muelles que rebajan la altura de la carrocería en 15 mm, por lo que, además, también resulta bastante eficaz cuando llegan las curvas. Asimismo, cuenta con una caja de cambio manual de tacto excelente».
«Además, esos centímetros se traducen en un habitáculo un poco más espacioso», apunta Rebeca cuando abre la puerta del A1 y accede a su interior. «Eso no quiere decir que el A1 sea amplio. Pero en sus plazas traseras podrían viajar dos adultos con un nivel de confort aceptable, mientras que el espacio para la piernas en las butacas traseras del Mini casi las reduce a plazas ´de emergencia´… una tónica que se repite en el maletero: el del A1, con 270 litros, es ´pequeñito´, pero el del Mini, de 160 litros, es más bien una taquilla», continúa. «Por otro lado, aunque el salpicadero del Mini cuenta con un diseño muy cuidado, es evidente que el Audi ofrece materiales de mejor calidad y unos ajustes impecables».
Antes de ponernos en marcha, Rebeca se percata de que la pequeña ´gran´ diferencia entre los dos aspirantes: «este duelo sería más justo si el Mini equipase una caja de cambio manual». Tiene razón. El cambio automático de nuestro Mini Cooper SD emplea un convertidor de par, y es carísimo: cuesta 2.646€. Por su parte, el par del motor del A1 impide que se pueda disfrutar en combinación con la caja S Tronic de siete velocidades que ofrecen otros integrantes de su gama. Y, aunque a priori el cambio automático debería penalizar al Mini, Rebeca aprecia grandes diferencias: «Me convence más el motor del Mini. El del Audi es igual de rápido y su respuesta es más agradable y progresiva, pero le falta el ´nervio´ del motor del británico que, aunque vibra y suena más, empuja con decisión desde las 1.800 rpm. En cuanto al cambio automático del Mini, me ha parecido bastante rápido y agradable; aunque emplea unas relaciones más cortas que el manual y eso penaliza el consumo: gasta 5,3 l/100 km frente a los 4,1 l/100 km del Audi», apunta.
Si hablamos de comportamiento, Rebeca opina que «el Mini me parece más ágil y divertido. Tiene una muy buena dirección, que transmite perfectamente lo que ocurre en las ruedas delanteras, y eso te inspira más confianza cuando recorres una carretera de curvas. Además, tiene una suspensión durita… que sería perfecta si fuera menos ´rebotona´. Por su parte, el A1 es un coche más aplomado y menos ´travieso´ que el Mini, y en la práctica tiene el tacto de un coche más grande. Eso sí, hay que tener en cuenta que esta unidad lleva instalado el paquete S Line –lo que supone 1.965€–, que incluye unos amortiguadores deportivos y unos muelles que rebajan la altura de la carrocería en 15 mm, por lo que, además, también resulta bastante eficaz cuando llegan las curvas. Asimismo, cuenta con una caja de cambio manual de tacto excelente».
El VEREDICTO DE REBECA PIZARRO | |||
|
|||
![]() superar». |