
El invento, ya pensado por marcas como BMW, consiste en colocar placas inductoras en plazas de aparcamiento. Cada placa inductora cuenta con una bobina que suministra electricidad a la que monta el propio coche, mediante la creación de un campo magnético. La bobina del coche redirige este campo magnético hacia la alimentación de las baterías. Una vez cargadas, la recarga termina automáticamente. Ambas bobinas serán fabricadas por la compañía estadounidense WiTricity Corporation. El jefe de Audi Electronics Venture, Björn Elias, explica: «Utilizamos el principio de inducción, ya conocido en distintos ámbitos, desde los cepillos de dientes eléctricos hasta las placas de cocina de inducción. Ahora podemos utilizar también este principio para recargar la batería de nuestros coches eléctricos».
Elias considera además que este tipo de recarga es la que mejor se ajusta a los modelos e-tron de la firma: «Es un sistema de recarga acorde con un vehículo premium, ya que es fácil de usar, totalmente automático y sin conexiones mecánicas«.
El cometido de Audi Electronics Venture es identificar aquellas ideas que puedan implantarse en un futuro, estudiar su viabilidad y determinar cómo se pueden llevar a la producción en serie. Audi espera poder colocar estas placas algún día en los aparcamientos de centros comerciales y oficinas.