No pasa un solo número de Autofácil en el que no debamos rehacer casi por completo la Guía de Precios, calcular de nuevo lo que cuesta de media llenar un depósito de combustible, descubrir en qué Comunidades es más barato pasar la ITV, qué diferencia de precios existen entre recambios oficiales y ´blancos´. Y cuando estamos satisfechos y a punto de entrar en la rotativa con nuestro nuevo y actualizado número del mes, algo ocurre que se lleva al traste todo el esfuerzo y nos obliga poco menos que a empezar desde cero. He aquí dos ejemplos de ese dinamismo de mercado que nos trae por el camino de la amargura. Cuando teníamos los precios de 14.850 modelos actualizados con el nuevo 21% de IVA, resulta que una docena de fabricantes se desmarcan ´redondeando´ a su gusto los precios de sus coches. Algunas, afortunadamente, cierran a la baja, como Mini, Mazda, Peugeot y Subaru. Otras ignoran la subida del IVA y mantienen sus mismos precios hasta el 30 de septiembre; tal es el caso de Fiat, Jeep, Lexus, Alfa Romeo, Kia y Lancia; mientras que otras, como la exclusiva Infiniti, ha decidido no complicarse la vida calculando la diferencia entre el anterior 18% y el nuevo 21%, y suma a sus coches una cantidad tan redonda como son 1.000 euros. Algo parecido ocurre con los carburantes, no pasa un día en el que no varíen de precio; a lo largo del verano hemos sufrido subidas tan históricas como injustificadas, y ahora que dejamos de viajar y desciende el consumo, también bajan los precios pero mucho más lentamente. Aunque sobre este tema es mejor mantenerse prudentes y no removerlo en exceso para no dar ideas. Me explico: los españoles estamos -junto con chipriotas, búlgaros…- entre los europeos que menos impuestos pagan por cada litro de gasolina, ´sólo´ en torno un 48% -según el Boletín Petrolero de la Unión Europea-, mientras que los británicos pagan nada menos que el 58%. Visto lo visto, igual hasta tenemos suerte de pagar la gasolina al mismo precio que el aceite de oliva. ¡Virgencita, que me quede como estoy!