Este Alfa se incorpora a una de las categorías más deseadas por el público joven: la de los “súper GTI”, en la que están los Audi A3 3.2, Ford Focus RS, Honda Civic Type-R,Seat León Cupra R y Volkswagen Golf R32.
Todos ellos tienen varios puntos en común: superan de largo los 200 CV -en este aspecto, con sus 250 CV, el 147 se coloca junto al Audi como la referencia, tienen un comportamiento muy deportivo y su apariencia externa ya deja entrever lo que ocultan en sus entrañas… y este Alfa explota muy bien este último apartado: si ya el 147 ‘normal’ es muy atractivo, el GTA, con sus llantas de 17 pulgadas, las aletas ensanchadas, el alerón trasero… exhibe una imagen exterior realmente espectacular y muy rácing; y, a pesar de ello, además conserva la clase y distinción que caracteriza a todos los modelos de esta marca italiana.
Por dentro y por fuera
El spoiler trasero tiene unas medidas adecuadas y aporta estabilidad al eje trasero. La doble cola de escape es muy bonita… y, en parte, responsable del impresionante sonido del 3.2 V6. Las manetas cromadas son tan llamativas como atractivas. El GTA sólo se ofrece con tres puertas.
Los pasos de rueda están ensanchados. El depósito se abre con llave. Las ópticas delanteras son más oscuras que las del 147 normal.
El interior es bastante cómodo para ser un deportivo, aunque las plazas traseras son algo justas y el maletero sólo tiene 280 litros de maletero. El navegador Connect es opcional: cuesta 1.695e.
Los pedales de aluminio tienen una goma para evitar que resbalen. En el motor, llaman la atención los colectores de escape cromados. La instrumentación es justa… aunque se complementa con el ordenador de a bordo. Los mandos del equipo de audio en el volante son de serie.
El equipo de pruebas opina
Cuando uno se pone en marcha a los mandos de este ’súper GTI’, se ve sorprendido por lo fácil que es conducirlo. Y es que, a bajas vueltas y a ritmos tranquilos, en este sentido, está al alcance de cualquier conductor.
No llega a ser incómodo de suspensión, no resulta nada brusco y tampoco es demasiado ruidoso. Pero esto no significa que al GTA le falte carácter, pues basta con pisar con decisión el acelerador para sentir sus 250 CV y comprobar cómo su excelente comportamiento permite rodar a un ritmo altísimo… y, de nuevo, sin necesidad de ser un piloto profesional.
En estas circunstancias, la cómoda suspensión se torna ahora muy eficaz, mientras que el sonido de su motor sigue sin ser molesto… y se convierte en una auténtica sinfonía conforme sube la aguja del cuentarrevoluciones. En definitiva: todo un Doctor Jekill y Mr. Hyde.
Qué debes saber de Balba González Camino
Quién es… Balba González-Camino es una de las pilotos más rápidas y experimentadas que compite en los circuitos españoles. Este año comparte coche -un Seat Córdoba Silueta- y equipo con Miguel Ángel de Castro, en el Campeonato de España de GT.
Por dentro, el salpicadero no difiere mucho del de cualquier 147, y el puesto deconducción es, en una palabra, perfecto, como si sus creadores hubieran copiado la postura de conducción de un coche de competición.
Para empezar, los asientos sólo pueden recibir halagos, porque son muy cómodos y consiguen que te sientas a guato al volante.
Además, todos los mandos se encuentran muy próximos y accesibles al conductor y el volante, que es de cuero, ofrece un tacto y un grosor propios de un modelo ‘de carreras’.
Los pedales, que son de aluminio e incluyen unas pequeñas gomas para evitar que el zapato resbale al pisarlos, facilitan todo tipo de maniobras; su tacto es muy bueno, y lo único criticable es que el embrague tiene un recorrido un poco largo.
Por otro lado, el tacto de la palanca de cambios parece, al principio, un poco impreciso; pero todo cambia cuando arrancas el coche y empiezas a manejarla con rapidez: sus seis velocidades se engranan con sencillez y aunque los recorridos son un poco largos para un modelo de sus características, a cambio esto le hace ser más cómodo para una conducción ‘normal’.
Por otra parte, las marchas están perfectamente escalonadas, y permiten extraer todo el potencial a su motor, sin duda el ‘alma’ de este compacto deportivo.
Se trata de un impresionante 3.2 litros atmosférico con seis cilindros, una configuración muy diferente a la de muchos de sus rivales, que se conforman con un cuatro cilindros asistido por un turbo.
Su sonido ‘bronco’ es una delicia, sin resultar molesto, y su respuesta me parece impresionante… ¡hay que ver lo que empuja a cualquier régimen!
Sin embargo, es a partir de las 4.000 rpm cuando muestra toda su fuerza; para ir al límite hay que superar esa barrera, ya que a 4.800 vueltas es cuando desarrolla su par más elevado -nada menos que 30,6 kgm-, y a 6.500 entrega su potencia máxima: 250 CV.
El resultado: acelera de 0 a 100 en 6,3 segundos -menos que un Porsche Boxster!– y en sólo 26,1 segundos ya ha cubierto un kilómetro, partiendo desde parado.
Con semejante potencial, este deportivo es ideal para rodar en las autopistas alemanas, donde no existen límites de velocidad, manteniendo cruceros por encima de 180 km/hcon extremada facilidad, porque es capaz de alcanzar los 246 km/h de punta.
Eso sí, si ‘exprimimos’ el propulsor a ese ritmo durante muchos kilómetros, la aguja del indicador de combustible bajará tan rápido como subirán nuestras pulsaciones…
Muestra de ello es que, tras la prueba, la cifra de consumo medio marcada por el ordenador de a bordo se situaba en 16,4 litros cada 100 kilómetros; pero no se puede esperar un consumo inferior de un deportivo cuyo motor es todo temperamento.
A la hora de ‘enfrentarnos’ a una zona de curvas, descubrimos otro de los grandes secretos de este GTA: su chasis es excepcional.
Su esquema de suspensiones independientes en las cuatro ruedas, con sistema MacPherson en el eje posterior, hace que sea muy efectivo en cualquier circunstancia.
Tanto los muelles como los amortiguadores tienen el tarado más acertado, pues aseguran una dureza adecuada para ir a fondo… pero no llega a ser nada radical.
No puede ir más blando, porque si no la estabilidad se vería muy perjudicada, pero tampoco le hace falta una dureza superior. Por lo demás, el Alfa se muestra muy ágil, y todas las ayudas electrónicas -que son de serie- actúan sólo cuando se van a superar los elevados límites del vehículo.
En conjunto, no es tan neutro como su hermano mayor, el Alfa 156 GTA, debido seguramente a su menor distancia entre ejes, y también porque tiende a irse más ‘de morro’ en las curvas -no hay que olvidar que gran parte del peso recae en la parte delantera, a causa de la presencia del ‘pesado’ motor de seis cilindros-; pero el comportamiento, en términos globales, es muy bueno.
Un aspecto en el que me ha parecido sobresaliente es en su forma de detenerse… ¡frena una barbaridad! Es, sin duda, de lo mejor de este 147.
Y no es para menos, porque con unos discos ventilados de 305 milímetros delante y unos macizos de 276 detrás, lo extraño sería que la frenada no fuera tan eficaz.
Y, para rematar, el funcionamiento del ABS es ‘punto y aparte’, pues entra en funcionamiento en el momento justo, permitiendo extraer en una frenada al límite el máximo de capacidad de adherencia de los neumáticos.
La dirección es otro apartado que te recuerda que estás en un modelo de Alfa Romeo: en cualquiera de ellos encuentras que resulta siempre muy directa… y el 147 GTA no iba a ser una excepción; muestra de ello es que necesita poco más de dos vueltas para llevarla de un extremo a otro.
Esto se agradece mucho en carreteras de curvas pues, con apenas empezar a girar el volante, el coche ya está dentro del viraje… pero tiene una gran desventaja: a la hora de maniobrar, ‘tuerce’ muy poco porque tiene un diámetro de giro demasiado grande.
Y, finalmente, me queda hablar del precio.
Pagar 31.500e por un compacto que, además, no es particularmente amplio en sus plazas traseras y cuyo maletero es bastante justo, puede parecer un derroche, pero hay que analizar esa cifra en relación a sus competidores.
En este caso, su precio es prácticamente idéntico el del Ford Focus RS -que ’sólo’ ofrece215 CV- y 4.390 euros más asequible que el de un VW Golf R32, que también cuenta con seis cilindros, aunque es cierto que este último aporta como ‘aliciente’ la tracción total.
El veredicto
El Alfa 147 GTA es un magnífico representante dentro de la que podríamos denominar ‘generación súper-GTI’. Con este GTA, la marca italiana deja el pabellón bien alto, pues es como si hubieran sacado este coche directamente de los circuitos… pero para poder ser utilizado a diario. Bajo el capó, su mecánica esconde todo el espíritu de los Alfa más deportivos, pero esto no quiere decir, ni mucho menos, que sea un coche radical sólo manejable por unas manos muy expertas. Es más, se trata de un vehículo que puede conducir cualquiera… y a ritmos realmente elevados, sin aparente esfuerzo.
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