
La misma potencia
La propulsión corre a cargo del mismo motor de 6.0 litros y 12 cilindros en W con doble turbocompresor, que eroga los mismos caballos que en la versión cerrada: 630 CV a 6.000 rpm (10 CV más que todo un Ferrari 599 GTB Fiorano). El par se mantiene en unos descomunales 800 Nm entre las 2.000 y las 4.500 rpm. Esta fuerza se transmite a todas las ruedas mediante una caja de cambios automática que permite cambiar de marcha de manera más rápida. Esto es especialmente interesante en caso de adelantamiento, ya que con la función Quickshift se puede bajar dos velocidades de manera rápida y precisa para ganar potencia.
Las prestaciones bajan un poco
Cuando hablamos de coches que superan con creces los 300 km/h y que aceleran de 0 a 100 km/h en torno a 4 segundos, quizá no echemos demasiado en falta una pérdida mínima de prestaciones (el 99,9% de los mortales ni notarán la diferencia). Si la versión coupé es capaz de alcanzar los 329 km/h de velocidad punta, esta cifra se reduce hasta los 325 km/h en el descapotable, que también cede un poco en aceleración: alcanza los 100 km/h desde parado en 4,2 segundos, frente a los 3,9 del coupé (necesita 9,5 segundos para llegar a 160 km/h).
Al igual que su hermano de gama, puede funcionar con gasolina, con etanol o con una combinación de ambos combustibles.
Algo más ligero
Por fuera, el Continental Supersports Convertible presenta una imagen muy parecida a la del coupé. Mide exactamente lo mismo (4,80 metros), mantiene las grandes entradas de aire, el color, los grupos ópticos, la parrilla, etcétera. Sin embargo, la marca británica ha trabajado a conciencia para reducir un poco el peso de la versión abierta. En concreto, las nuevas llantas de aleación de 20 pulgadas eliminan 10 kg, mientras que en general, la reducción llega hasta los 90 kg (esto es realmente interesante si tenemos en cuenta que el coupé es biplaza y éste mantiene los cuatro asientos). A pesar de la dieta a la que ha sido sometido, el Convertible aún mira con recelo a la báscula con sus 2.395 kg.
Para frenar se ha optado por discos de freno cerámicos, con un diámetro de 420 mm delante y 356 mm detrás.
Lujo a raudales
Como no podía ser de otra forma, el interior del Bentley Continental Supersports Convertible es un escaparate de nuevas tecnologías, materiales de calidad y refinamiento. El cuero, el aluminio y la fibra de carbono son tres materiales básicos en el habitáculo; los deportivos asientos delanteros, por ejemplo, están realizados en fibra de carbono y recubiertos de cuero. Por lo demás, lujo en cada rincón y dispositivos tecnológicos de mayor nivel: asientos con masaje, cámara trasera, control de crucero, conexiones para todo tipo de dispositivos portátiles, etc.