Desde
esa fecha el coche había tenido algunas
incidencias -tuve que cambiar los inyectores,
la bomba de inyección, el encendedor…-,
pero lo más grave sucedió en el mes
de junio cuando estaba de viaje y al salir de
una curva el vehículo perdió toda la potencia y comenzó a emitir un humo blanco por el tubo
de escape. Me detuve, mire el nivel de aceite y observé que había bajado, por lo que fui a una
gasolinera cercana para añadirle aceite hasta el nivel correcto; luego, arranqué de nuevo pero
como continuaba echando humo volví a parar y avise a una grúa para que llevase el coche a un
taller oficial a Barcelona. El conductor de la grúa me comentó que creía que el fallo era del
turbo y, efectivamente, en el servicio oficial me confirmaron esa avería y me dieron un presupuesto
de reparación de nada menos que 4.000 euros, ya que el BMW tiene cinco años de antigüedad
y la garantía había expirado. He leído en vuestra revista y en foros de Internet que este
turbocompresor ha dado muchos problemas, pero en el servicio de atención al cliente de la
marca insisten en que como el coche está fuera del periodo de garantía no pueden hacer nada.
He pasado todas las revisiones en talleres oficiales, realizo un mantenimiento exhaustivo del vehículo
y creo que con sólo 120.000 kilómetros no debería romperse un turbo y menos en una
marca del prestigio de BMW. ¿Podéis ayudarme?
El gabinete de prensa de BMW nos ha comentado que, tras estudiar el
caso, se ha determinado que bajo el punto de vista de garantías a David no le corresponde ninguna
atención comercial. No obstante, se le ha ofertado un 50% de atención comercial en el coste de
las piezas ya que siempre ha pasado las revisiones en un taller oficial.