En el interior nos encontramos con los materiales propios de la marca.
Paneles, plásticos, moquetas y guarnecidos superan el paso del tiempo sin apenas muestras de desgaste, como no sucede en otros vehículos, si bien es cierto que estos últimos suelen tener un precio significativamente inferior. También es de justicia decir que resulta difícil encontrar vehículos del caché del X5 que hayan pasado por manos duras y descuidadas.
Pero lo cierto es que, dentro de los límites de uso propios del vehículo, su longevidad está más que asegurada.
En el apartado mecánico, se trata de un vehículo muy bien resuelto y resistente al paso de los kilómetros. La suspensión McPherson del eje delantero se muestra siempre eficaz en asfalto, igual que el sistema multibrazo trasero.
En campo ofrecen lo justo: cómodas y progresivas, encuentran su límite en sus contenidos recorridos de suspensión.
Fuera del asfalto, tampoco acompaña el bajo perfil de sus gomas. En cualquier, caso la ausencia de problemas es la nota a destacar.
El propulsor, de seis cilindros en línea, sobresale por su poderío, su sonido y por los escasos diez litros que apenas consume… si mantenemos un ritmo tranquilo.
También es destacable su fiabilidad, aunque conviene mencionar que muy pocos conductores exploran su potencial y, por tanto, se amplía su vida útil.
La caja de cambios, manual en la unidad analizada, no plantea problemas con el paso del tiempo, pero se queda corta respecto a las posibilidades que ofrecen las modernas cajas automáticas o secuenciales.
El sistema de tracción total obra maravillas sobre firmes deslizantes, asfalto mojado, nieve e incluso barro sobre terreno duro, pero se trata de un sistema mejorado hoy en día. En cualquier caso, hay que tener buenas manos para poner en apuros al conjunto formado por carrocería y mecánica.
Del sistema de frenos, llama la atención la presencia de discos macizos en el eje trasero.
No es que no frene bien, pero con semejante potencial mecánico no estaría de más una mayor precaución para la posible fatiga propia de un uso intenso. Pocas quejas reciben los concesionarios con estos vehículos, aunque no están exentos de pequeños fallos relacionados con problemas en alguno de sus numerosos dispositivos electrónicos.
Hay que destacar dos puntos importantes de cara al uso de este rápido y bien acabado vehículo.
El primero es el precio del mantenimiento y de los recambios, mientras que el segundo se centra en el desgaste de los neumáticos si nos gusta rodar ligeros con frecuencia.
En el mercado de V.O. se pueden encontrar algunos en muy buen estado, a pesar de contar con un elevado kilometraje.
El uso racional, poco exigente y alejado del campo que reciben estos vehículos, así como su calidad general auguran muchos años rodando sin problemas. Sin embargo, la adquisición de un X5 debe ser la consecuencia de una reflexión en cuanto al uso que necesitamos de él y un análisis de lo que ofrece el mercado del vehículo nuevo por una cantidad similar.
Si nuestra opción pasa por adquirir uno de estos usados, no hay que conformarse con el primer precio de compra que nos den; el coche vale, sin duda, lo que nos piden, pero no es menos cierto que en el mercado cada vez hay más unidades de este tipo y ello conlleva distintas oportunidades a tener en cuenta.
Por dentro y por fuera
Por dentro
El maletero, con doble puerta horizontal, cumple las expectativas de las cinco plazas del vehículo.
Sobre unas atractivas llantas de aleación se montan, de serie, un neumáticos muy asfálticos.
El grupo trasero es el elemento más expuesto de la mecánica. BMW siempre ha ofrecido en sus productos acabados extraordinarios, característica que ha quedado patente a lo largo de los muchos kilómetros recorridos con este X5.
La ergonomía es uno de los puntos fuertes de todos los modelos de la marca.Las escasas posibilidades de este vehículo fuera del asfalto se basan en sus eficaces controles electrónicos (DSC, HDC, etc.).
Los asientos tanto delanteros como traseros son de tacto duro y, si bien pueden sorprender negativamente en un primer momento, a la larga resultan muy confortables.
Mejoras TT/Ruedas específicas
El X5 no es un vehículo de campo por más que su robustez y aspecto invite a salir del asfalto. Basta echar un vistazo a sus bajos y a sus neumáticos. Si nos gusta ir a pescar, montar en bici o caminar por el campo hay que proteger los bajos y prestar mucha atención en la conducción para evitar pinchazos y cortes en las gomas.
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Cómo va
Esta central hidráulica es la encargada de gobernar el sistema de tracción y frenado.La carrocería autoportante incorpora algunos tramos de refuerzo al estilo de un chasis.El motor lleva un sistema de precalentamiento de combustible que mejora su rendimiento.
El grupo trasero es el elemento más expuesto de la mecánica.Bien agrupada la mecánica en los bajos, necesita una sólida protección antes de salir al campo.Desde un punto de vista puramente todoterrenero, los recorridos de suspensión son lo más censurable del vehículo.
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Ficha técnica
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Por fuera
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