Prueba BMW Z4 M40i: ¿mejor que el Porsche Boxster?

Adam Towler
Adam Towler


Siempre me ha parecido extraño que una marca como BMW que tantas veces ha comercializado con éxito productos bajo el lema la máquina de conducción definitiva’, y con una gran tradición a la hora de transformar vehículos destinados al gran público en coches formidables bajo el emblema M, le cueste tanto hacer roadsters deportivos.

El Z1 debería haber sido algo extraordinario y, sin embargo, es más conocido por sus singulares puertas que por la experiencia de conducción que proporcionaba; y cuanto menos digamos del Z3, mejor. Eso deja el tema en el Z4: la primera generación no estuvo mal, pero siempre quedaba un paso por detrás del Porsche Boxster desde el punto de vista del disfrute al volante; y el segundo tampoco estuvo nunca entre nuestros preferidos. Sin embargo, este Z4 podría ser diferente.

BMW Z4 M40i

¿Por qué? La razón es que el equipo de ingenieros encargados de este roadster dicen que debería, y cito textualmente, «proporcionar una experiencia de conducción pura guiada por la pasión y la emoción»; y además lo han desarrollado en conjunto con Toyota –la marca japonesa buscaba una forma viable de sacar un nuevo Supra–.

El cambio más evidente es la supresión del techo metálico para emplear uno de tela más liviano, que ayuda a que el centro de gravedad se posicione más bajo y que la distribución del peso se quede en 50:50. Esta versión M40i cuenta con una serie de elementos dinámicos y tecnológicos que le permiten ser más rápido en Nürburgring que un M2; y si a esto añadimos que el 718 Boxster lleva un motor de sólo cuatro cilindros, el Z4 con propulsor de seis cilindros en línea turbo gana en atractivo.

BMW Z4 M40i

Habrá un par de Z4 con un motor 2 litros turbo, con 197 CV para el 20i y 258 CV para el 30i, aunque para esta prueba en EVO el más conveniente es el más deportivo, el M Performance M40i… asociado a una transmisión automática de ocho marchas. Con 340 CV y 500 Nm de par, el M40i pesa 1.535 kg y es capaz de pasar de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos.

A veces se puede decir mucho sobre un automóvil simplemente por su aspecto. En vivo, el nuevo Z4 se percibe ancho y bajito, con un morro que sobresale considerablemente. La razón de todo esto es que el coche es más largo, ancho y alto que el modelo precedente, con vías más anchas y una distancia entre ejes más corta –se queda en 2,47 metros, lo mismo que un Porsche 718 Boxster–.

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Debajo de la sugerente carrocería encontramos una nueva suspensión delantera y un esquema multibrazo en la trasera con amortiguadores de dureza variable, además de una dirección de desmultiplicación variable y un diferencial trasero autoblocante controlado electrónicamente. Pero, sobre todo, la marca hace hincapié en la rigidez del conjunto –ver Tecno–.

La postura de conducción es excelente, aunque el coche se percibe muy ancho y resulta complicado ver las esquinas. El interior, de calidad y bien rematado, no sugiere que estamos a los mandos de un vehículo deportivo; el amplio túnel central y las pantallas pegan más en un modelo como el Serie 5.

BMW M40i

Con el seis cilindros arrancado y emitiendo un gorgojeo bastante silencioso, engrano la D y afronto la ruta por algunas de las carreteras más tortuosas de Portugal. Lo primero que noto, y es una sensación que permanece constante, es que la estructura del coche es muy sólida.

Para ser un modelo descapotable, resulta ejemplar lo bien que es capaz de rodar incluso por las vías con el asfalto más deteriorado. Además, en modo Comfort –también cuenta con los habituales Sport y Sport+–, es un coche que no plantea ninguna exigencia al conductor, con un buen grado de comodidad que lo asemeja a un Serie 4 descapotable. El cambio de convertidor de par no te incita a emplear las levas para cambiar de marcha, y pronto me encuentro circulando a buen ritmo admirando el paisaje y pensando que, en este modo Confort, este Z4 no funciona nada mal.

Cuando cambio a los modos más deportivos, descubro una nueva banda sonora del motor 3 litros, más agresiva; además, la dirección adquiere cierta resistencia, pero de una manera muy artificial. Es una pena que este Z no llegue a conectar de una forma más íntima con el conductor, ya que cuando encuentras una carretera de curvas enlazadas y rápida, el coche demuestra tener una inherente agilidad, un buen nivel de tracción y un eje trasero que entra en juego lo justo y sólo cuando lo provocas..

BMW M40i

Cuando estás conduciendo a un ritmo rápido, la dirección es realmente el punto débil del coche, ya que no te permite sacar todo el partido que quisieras al chasis. Y esto, te puedes imaginar, es algo que se acentúa cuando rodamos en circuito. Por tanto, el coche nunca llega a colmar tus expectativas a nivel de emoción de conducción, lo cual es una verdadera pena dados los buenos mimbres para conseguirlo.

Por tanto, si buscas un descapotable que te permita circular a buen ritmo, el Z4 cumple de sobra. Pero si lo que quieres es pasión y emoción, como decíamos al principio de esta prueba, es probable que este Z4 no alcance el nivel esperado. Parece que el mercado manda, y dice que el tipo de cliente de estos coches busca más un planteamiento de GT que el de un deportivo sin techo. Una pena.