Canal de Castilla a la segoviana: El tramo que quedó en los planos

Una ruta por esos pueblos que la ingeniería marco en un plano para hacer el ramal segoviano del Canal de Castilla siempre es un descubrimiento. Pocos lo conocen, pero el canal de Castilla a Segovia jamás realizado plantea al viajero curioso una ruta al margen de los cauces, pero esta vez fuera del turismo convencional […]

Una ruta por esos pueblos que la ingeniería marco en un plano para hacer el ramal segoviano del Canal de Castilla siempre es un descubrimiento.

Pocos lo conocen, pero el canal de Castilla a Segovia jamás realizado plantea al viajero curioso una ruta al margen de los cauces, pero esta vez fuera del turismo convencional y establecido. Buscamos localidades pintorescas de estas regiones vecinas, pero con identidad propia, porque ambas guardan la llave del conocimiento de una serie de secretos gastronómicos y culturales que se apoyan en el fuerte legado de varias culturas que se han sucedido en sus tierras a lo largo de los siglos.

Dicen los planos que el inicio estaba en Villanueva de Duero (Valladolid) que es un perfecto resumen de todos los encantos castellanoleoneses. A menos de 20 kilómetros de Valladolid y ubicado sobre un promontorio perfecto para dominar el valle del Duero, estamos ante una tranquila población de orígenes romanos y amplio legado medieval.

Un pueblo, una plaza, y una iglesia, en este caso la de Nuestra de la Señora de la Visitación, tres naves mudéjares con retablos barrocos en su interior que sirven de perfecto adelanto a otras construcciones góticas como la ermita del Humilladero. En Villanueva de Duero, con sus poco más de mil habitantes, se come bien porque aprovechan lo mejor posible de la oveja.

Cerca de Olmedo encontramos otra construcción que invita al recogimiento. Por la CL-610 hasta la VA-405, a menos de 30 kilómetros encontraremos el monasterio gótico de La Mejorada, fundado en el siglo XV, jugó un importante papel en la época de los Reyes Católicos, incluso Colón redactó aquí su Memorial de 1497. Es el hogar del complejo de Bodegas y Viñedos La Mejorada, quizá el perfecto matiz, que no contrapunto, a la seriedad religiosa expuesta hasta ahora.

En realidad, se trata de un antiguo monasterio Jerónimo rehabilitado por el arquitecto Rafael Moneo, no por casualidad dueño de las bodegas. Se trata de un capítulo más, e igual de interesante, de un monasterio que tras la Guerra de la Independencia y la Desamortización cambió varias veces de rumbo hasta convertirse en una explotación agrícola en los ochenta y, en 2007, propiedad de Moneo. Los excelentes vinos tintos con IGP Vinos de la Tierra de Castilla y León son un buen reclamo. Y muy cerca tenemos Matapozuelos con los excelentes platos que podemos degustar en La Botica.

Buscamos la CL-602. Estamos a un tiro de piedra de Olmedo, un lugar que nos pide una estancia más reposada y que evoca sensaciones teatrales debido a su famoso “caballero de Olmedo” de Lope de Vega. Solo así podremos impregnarnos de los aires mudéjares de sus edificios, incluyendo su Museo de las Villas Romanas, que incluye la visita al yacimiento romano de Almenara.

Sus murallas mudéjares del siglo XI ya nos dan a entender por qué Olmedo es conocido como la Villa de los Siete Sietes, por sus siete puertas de acceso. Después del paseo por la fachada de sus casas señoriales hay que sentarse a la mesa, y aquí la D.O. de Vino de Rueda que radica en los alrededores nos dará varias alegrías, como también los restaurantes de su casco histórico. Además de la visita a las bodegas La Mejorada tenemos otras variadas opciones, como su relajante Balneario Castilla Termal en el que se encuentra el Convento Santi Spiritus del medievo.

Esta visita rural a los alrededores de Valladolid no es lo mismo si no nos internamos de verdad en el campo. Llano de Olmedo se encuentra en un promontorio y es el paradigma de pueblo tranquilo y silencioso de Castilla y León. Su Iglesia de San Pedro Apóstol preside la vida en un lugar donde el tiempo parece pasar más despacio, o al menos a un ritmo distinto.

Lo mismo sucede en Coca, ya en Segovia, una población marcada por el fluir de los ríos Eresma y Voltoya y por la larga historia romana y medieval traducida en un conjunto artístico románico y gótico de primera categoría. El castillo gótico mudéjar (y realizado en ladrillo) de la localidad se erige majestuoso tras un foso que nos recuerda la finalidad militar y defensiva de esta obra de la familia Fonseca. La muralla medieval de Coca subraya esa impresión y enmarca y limita una localidad trufada de iglesias y ermitas interesantes, pero también restos romanos (el de Cinco Caños) y muestras de casas señoriales como el hospital de Nuestra Señora de la Merced típicas de este entorno.

A apenas 20 kilómetros por la SG-P-3432 y la SG-V-3413, justo en la frontera con Ávila, llegamos a Bernardos, municipio segoviano rodeado de pinares y encinares y con un importante patrimonio artístico de ermitas e iglesias, destacando la románica dedicada a San Pedro Apóstol o la de Nuestra Señora del Castillo, construida tras encontrar una imagen de la Virgen en el siglo XVIII. Tiene también una muralla romana y árabe a apenas unos tres kilómetros pertenecientes a un asentamiento ocupado por visigodos, árabes y romanos, declarado Bien de Interés Cultural. Los yacimientos abundan por doquier, como también interesantes pinares ideales para merendar o dejar correr a nuestra mascota. También se conservan restos de un molino del siglo XV. El canal no se hizo pero los paisajes perviven para recorrerlos en coche…

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