Carmen Jordá prueba el Porsche 911 GT2

Carmen Jordá
Quién es	Esta valenciana de 20 años es una de las chicas con lás posibilidades de convertirse en la primera mujer-piloto de F1.
Su palmarés	Debutó en kárting en el 2000, disciplina en la que se mantuvo hasta 2005, año en el que se pasó a la Fórmula Máster junior. Allí, finalizó séptima esa temporada y la siguiente; desde 2007 participa en F3, donde por ahora es la séptima clasificada.
Algo curioso de	Es amiga del campeón de MotoGP Valentino Rossi. Junto a él, en 2006, probó en Hockenheim -Alemania- un Mercedes Clase C del campeonato DTM -una especie de F1 carrozado-.

En marcha

Mundaka es una preciosa playa vasca situada muy cerquita de Bilbao. Es, sin duda alguna, un templo sagrado para todos los surfistas del mundo. Por sus impresionantes olas, incluso muchos de ellos aseguran que es el mejor sitio de Europa para practicar surf… Pero, ¿qué relación tiene Mundaka con ese precioso Porsche 911 GT2 blanco que voy a probar?

Una línea que parece inspirada en olas

Podría decir que, simplemente, el diseño de su gran alerón posterior ya me recuerda a la más perfecta de las olas de Mundaka; sin embargo, esto es un 911 GT2, y que lleve ese apellido significa que, bajo el citado alerón, de sus preciosas llantas de 19 pulgadas, de su paragolpes delantero de diseño específico -similar al del 911 Turbo- y de su infinidad de branquias y ensanchamientos, se encuentra el 911 más rápido y radical de la historia -y la de este modelo es larga: casi medio siglo-.

Pero, ¿en qué es en lo que más me recuerda este 911 a Mundaka? Pues, que cuando pisas su acelerador hasta el fondo y los dos turbos de geometría variable de su motor empiezan a aullar, tu pulso se acelera, tu respiración se entrecorta, el vello de tus brazos se pone de punta, tu cuerpo intenta luchar contra las leyes físicas de la naturaleza -en este caso, se trata de la inercia que tiende a empotrar todo tu cuerpo contra el respaldo del asiento- y, cuando consigues controlar todas las sensaciones, te crees un héroe. Es algo indescriptible, que sólo puede sentir el que lo conduce. Lo mismo que ocurre con las olas de Mundaka. Pero no adelantemos acontecimientos…

¿Y por dentro?

Si por fuera el GT2 es un 911 -a lo bestia-, por dentro es un 911… casi de carreras, con sus dos bacquets de fibra de carbono -que sólo se pueden regular longitudinalmente y que, cada uno, apenas pesa seis kilos-, su volante de piel vuelta…

La postura de conducción es perfecta. Voy muy erguida, con los hombros muy bien apoyados y siento una sujeción absoluta de mi cuerpo; eso sí, como estés -rellenito-, es probable que tengas algún problema para acomodarte en este asiento tan estrecho…

El resto es idéntico a lo que podemos encontrar en cualquier otro 911, incluido ese tacto duro de todos sus mandos, desde los pedales -¡hay que ver lo que cansa conducir en un atasco con ese embrague que parece de piedra!- hasta la dirección o la palanca de cambios manual… aunque enseguida te das cuenta de que es la única manera de que todos ellos puedan transmitir una precisión similar -quizá superior- a la del mejor reloj suizo.

Con este motor… ¡agárrate fuerte, muy fuerte!

Este GT2 se arranca con la llave, como la mayoría de los coches de calle, pero con la particularidad de que, como buen Porsche, la llave se inserta a la izquierda del volante -Porsche mantiene esta tradición desde los años 60, cuando competían en Le Mans; decidieron ponerlo ahí porque, de esa forma, cuando el piloto se subía al coche, podía arrancar con la mano izquierda mientras que con la derecha insertaba la primera marcha, ganando así unas décimas de segundo-.

Al motor de seis cilindros bóxer parece que le cuesta -desperezarse- un poquito pero, tras escuchar el primer bramido que expulsan los dos gigantescos tubos de escape, descubres que el GT2 va a ser tan bestial como imaginas…

Clack-clack. Ese es el ruido que emite el cambio manual de seis velocidades cada vez que accionas su palanca para insertar una marcha; es cierto que sus recorridos son algo largos y que su manejo exige más fuerza que en cualquier coche; pero, a cambio, se -enclavan- con tal robustez que jamás dudarás sobre cuál has insertado.

En cuestión de segundos el 911 se transforma en un torrente de sensaciones: «empieza la ola-

La suspensión adaptativa de serie, pese a que su dureza se puede regular desde el interior*, resulta muy dura siempre. De hecho, la posición más firme es inutilizable en carretera, y sólo podrás sacarle «jugo» en un circuito. En carretera, y cuando va en dicha posición, cualquier bache hace que las ruedas tiendan a rebotar y a -despegarse- del suelo, restando mucha eficacia al comportamiento del coche.

Sin embargo, la posición más blanda no es tan extrema y también te permite sentir a la perfección hasta la más pequeña irregularidad del terreno por el que circulas sin que el 911 se balancee lo más mínimo, y ello, cuando vas deprisa de verdad, te permite conocer en cada momento cómo -se las apaña- cada una de las ruedas, cuánto están agarrando… y cómo de cerca estás  a el límite de un deportivo que, con 530 CV, es capaz de alcanzar los 329 km/h.

Lo mismo pasa con la dirección: es muy dura, pero es la única forma de que sea capaz de transmitirte cuánto están girando las ruedas delanteras… o cuándo, en circuito, empiezan a deslizar por haber entrado demasiado rápido en una curva.

¿Que si este 911 tiende -a irse- en algún momento?

La respuesta es que no porque, de serie, este GT2 equipa el fantástico control de estabilidad PSM de Porsche; sin embargo, sí es cierto que, cuando vas muy deprisa tienes que -conducirlo- mucho más que otros modelos de la marca. Hay que ser muy fino al acelerar, y no hacerlo hasta que notas que el morro ha empezado a girar y ya está -apoyado- en la curva; si te adelantas, el GT2 empezará a irse de delante y perderá agilidad. Si, por el contrario, aceleras con demasiada fuerza cuando está apoyado, mostrará una clara tendencia a irse de detrás… aunque el citado PSM lo cortará de forma tajante y no ocurrirá nada.

Los mejores frenos del mercado

Los frenos cerámicos, de serie, son impresionantes, tanto que no exagero si digo que son equiparables a los de mi Fórmula 3. Tienen tanta potencia y tal resistencia que no hay forma de fatigarlos ni siquiera un poquito. Pero… ¿son necesarios unos frenos así, sobre todo teniendo en cuenta que respecto a unos -convencionales- suponen encarecer el precio total del coche en unos 10.000 euros?

Pues, desde luego que sí. Creedme: llevar un «monstruo» de propulsión trasera con 530 CV, con una fuerza tan descomunal desde el mismo ralentí que, a 4.000 rpm, te hace plantearte si deberías seguir acelerando a tope hasta las 6.500 rpm, requiere contar con los mejores frenos posibles…

Demasiado para el día a día

Hasta aquí, puedes estar pensando que estoy al volante del 911 más brutal de la historia. Y, probablemente, este GT2 lo es. Sin embargo, eso no siempre es bueno: por casi 54.000 euros menos tienes un 911 Turbo de 480 CV -155.509 euros-, que además de ser insultantemente rápido y deportivo, es mucho más cómodo, sencillo de llevar y utilizable a diario que este radical 911 GT2, que sería un coche ideal si dispusieras de un circuito donde rodar con él habitualmente…

Por esto mismo, este Porsche es como la más brutal de las olas de Mundaka: cuando las conoces y te atreves a explorar sus límites, las sensaciones que experimentas te hacen sentir como el súper héroe que decía al principio…

Y, tras la tempestad, siempre llega la calma. Detengo el motor y observo en el ordenador de a bordo que el consumo en conducción deportiva es de unos 22 l/100 km. Creo que es lo mínimo que un deportivo así puede gastar… y resulta muy razonable que, yendo a un ritmo normal, la media sea de 12-13 l/100 km; además, con los 90 litros del depósito -el más grande de toda la gama- la autonomía no supone un problema grave -aunque como vayas a tope, es difícil que hagas más de 350 km…; si no, puedes acercarte a los 600-.

¿Vale lo que cuesta?

Otra cosa es el precio. No digo que no valga los 209.101 euros que cuesta, pero sí te aseguro que, a no ser que tengas tu propio circuito, es más probable que cualquier otro 911 -por ejemplo, el Turbo que comentaba antes cumpla todas tus expectativas… y, además, te saldrá mucho más barato.

Rivales
Sólo uno igual de radical

Ferrari 430 Scuderia. Este súperdeportivo biplaza cuenta con un propulsor de ocho cilindros que desarrolla 510 CV y está configurado para disfrutar de lo lindo con él en un circuito. Equipa baquets deportivos, suspensión y neumáticos especiales… Cuesta 228.595 euros

Ficha técnica

CUÁNTO CUESTA
Precio	209.104 euros
Seguro	7.358,48 euros
Garantía	Dos años -ampliable hasta nueve ó 200.000 km; un año sale 1.270 euros-.
CUÁNTO CORRE
De 0 a 100 km/hora	3,7 seg.
De 0 a 1000 m	20,7 seg.
Velocidad máxima	329 km/h
MECÁNICA
Motor	Seis cilindros opuestos, biturbo, 3.600 cc
Potencia	530 CV a 6.500 rpm
Par máximo	68,1 kgm de 2.200 a 4.500 rpm
Relación peso/potencia	2,85 kg/CV
Cambio	Manual de seis velocidades
Propulsión	Trasera
CONSUMO
Urbano	18,8 l/100 km
Extraurbano	8,9 l/100 km
Mixto	12,5 l/100 km

Veredicto del piloto

Con total seguridad, el Porsche 911 GT2 es uno de los mejores deportivos del mundo. Es increíble que un coche que puedes adquirir en un concesionario tenga un comportamiento tan… -de carreras- -tan sólo el Ferrari 430 Scuderia es comparable-. Su concepto de deportivo está elevado a la enésima potencia, y esa extrema deportividad -junto a su elevado precio- es la que hace que este 911 sea bastante irracional y muy poco recomendable para utilizar a diario. Eso sí, si tuviera un circuito en mi casa, ya sabes qué vehículo tendría para darme todos los días unas cuantas vueltas…

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