Esta Semana Santa, los conductores deberán afrontar, además de los peligros más o menos habituales -tráfico pesado, posibilidad de lluvias, cansancio al volante€- otro€ contra el que no pueden luchar: el mal estado de nuestras carreteras. La Asociación Española de la Carretera (AEC) denuncia, a raíz de su última auditoría Estudio sobre Necesidades de Inversión en Conservación -realizada en septiembre del año pasado- un «deterioro sin precedentes» del estado de nuestra red viaria.
El asfalto, lo peor
El deterioro aparece en cualquier aspecto analizado. Pero la AEC estima que el mayor problema aparece en el estado del asfalto. Tanto es así que, a la hora de establecer un índice sobre su conservación -200 sería la cifra necesaria para lograr un ´aprobado raspado´-, ya desde 2011, tanto las carreteras cuyo mantenimiento corresponde al Estado como el de aquellas dependientes de las Comunidades Autónomas€ suspenden pero, lo que es peor, ofrecen una nota peor que la lograda en 1985, el primer año que se auditó el estado de nuestras carreteras.
Y es que, hoy día, tres de cada cuatro kilómetros de pavimento -el 72% de la red- presentan grietas y uno de cada tres -el 38%- muestra grietas, desintegraciones, deformaciones y baches.
Esto se traduce, según la AEC, en que sólo el asfaltado requeriría un 94% los de 6.200 millones de euros estimados como inversión necesaria: 5.828 millones de euros; de los que 1.883 millones serían necesarios para reasfaltar la Red de Carreteras del Estado frente a los 3.945 millones requeridos para reacondicionar la red autonómica. ¿Las mejores carreteras regionales? Las del País Vasco y Extremadura, que únicamente logran la calificación de «aprobado», ¿las peores? Las que transcurren por La Rioja y Aragon, que obtienen un «muy deficiente».
Pero no es el único problema…
Otro significativo, y que las carreteras españolas llevan arrastrando desde hace años, es la señalización vertical de las mismas. AEC indica en su auditoría que deberían sustituirse, en toda España, un total de 330.000 señales verticales –supondría 52 mill. de euros de inversión-, ya que han superado los siete años de vida útil, el periodo por el que los fabricantes garantizan la retrorreflectancia de las mismas. 83.000 de ellas deberían sustituirse en la red estatal€ y otras 247.000 en las carreteras autonómicas; y es que sólo las señales situadas en Cataluña logran el «aprobado».
En cuanto a la señalización horizontal, la AEC alerta de que, si bien la nota media de estas indicaciones alcanza el «aceptable», todavía sería necesario repintar las marcas viales de 52.000 km de carreteras. Lo que, segmentado por la titularidad de las carreteras, significa que deberían repintarse 28 km de cada 100 kilómetros de carreteras en la red estatal, y 49 de cada 100 kilómetros en las vías regionales. Todo ello requeriría una inversión de 103 millones de euros. Por regiones, la señalización horizontal obtiene la mejor nota en Galicia, Comunidad Valenciana y Cataluña, mientras que comunidades como Murcia, Castilla-La Mancha, Andalucía y Extremadura suspenden en este apartado.
Las barreras metálicas, más conocidas como quitamiedos, son otro aspecto más del problema de la mala conservación de nuestra red viaria. Su mantenimiento es calificado como «suspenso» tanto en la red nacional como en la autonómica –destacando la grave situación al respecto de las vías de Murcia y Andalucía-, algo que podría solucionarse con una aportación total de 189 millones de euros.
Por último, también hay que destacar –para mal-, el estado y capacidad de la iluminación vial. Según la AEC, el 82% de las luminarias situadas en las carreteras iluminan de forma inadecuada –el 66% por debajo de lo requerido, y el 16%, por exceso-, lo que genera zonas de oscuridad y claroscuros en la red viaría e incrementa el riesgo al que se ven expuestos los conductores.
En total, la AEC alerta de que, para devolver la red viaria a un estado aceptable, sería necesaria una inversión de 6.200 millones –la cantidad necesaria ha aumentado más de un 100% entre las estimaciones de 2011 y las de 2013- pero, además, también advierte de que, si no se hace ahora, la cantidad de dinero requerida en los próximos años será mucho mayor. Y es que, por ej., cada euro no invertido a tiempo en el refuerzo del asfalto, se convierte en cinco pasados tres años sin actuaciones€ y en 25 euros si no se invierte antes de cinco años.
Ante esta situación, «tan sólo un golpe de timón en los Presupuestos 2015 evitaría la debacle del patrimonio viario», asegura Juan Francisco Lazcano, el presidente de la AEC; para quien la solución «pasa por implementar un Plan PIVE para las carreteras españolas».