La sanción, trascendida en las últimas horas a los medios de comunicación pero aprobada desde julio, obligará a Volkswagen no solo a pagar alrededor de 15.000 millones de dólares a los propietarios sino a establecer dos fondos para paliar los efectos de las emisiones nocivas de unos 475.000 vehículos.
Estos fondos estarían cifrados en algo más de 2.500 millones de dólares. En concreto, Volkswagen pagaría 2.700 millones de dólares a la Agencia de Protección Ambiental (EPA) en compensación por el daño medioambiental provocado por los vehículos trucados. A estas cifras se sumaría una contribución de 2.000 millones de dólares para que VW desarrolle proyectos de nuevos vehículos limpios.
En la sentencia, se especifica que 10.033 millones de dólares (9.216 millones de euros) serán destinados a compensar a los compradores de los vehículos Volswagen (VW Jetta, Golf, Passat, Beetle y Audi A3 de 2009 a 2015) con el motor de cuatro cilindros 2.0 TDI diésel al que Volkswagen instaló un software para manipular las emisiones. Mientras que los 4.700 millones de dólares (4.317 milones en euros) restantes son para compensar las emisiones extras e impulsar proyectos de cero emisión para la automoción.