Por dentro y por fuera
De serie lleva una caja automática-secuencial de seis marchas cuya palanca va ubicada detrás del volante. El cambio no es especialmente rápido de reacciones y sus desarrollos resultan bastante largos.
El Voyager estrena faros de xenón… y en toda la gama los lleva de serie. En la parte trasera ofrece de serie un cámara de ayuda al aparcamiento -ParkView-, que resulta casi imprescindible al estacionar.
Tanto la parrilla frontal como las carcasas de los retrovisores -que incluyen los intermitentes y una luz en su parte inferior, que sirve para iluminar el suelo por la noche- van cromadas. No es algo útil, pero le da cierto toque de elegancia.
A partir de ahora, este monovolumen sólo se ofrecerá con la carrocería alargada, conocida como -Grand-; el lugar del Voyager -corto- será ocupado por el Dodge Journey, un modelo de 4,88 m de largo, siete plazas y un motor 2.0 diesel de 140 CV.
El interior ha cambiado por completo, aunque en el salpicadero siguen predominando las formas cuadradas. También mejora el ajuste de todos los elementos, pero abusa de los plásticos duros.
El conductor dispone de buena visibilidad y de un asiento cómodo; la instrumentación es clara y los mandos están bien ubicados.
El Grand Voyager ofrece en opción un dispositivo multimedia con ¡tres pantallas! para reproducir DVD-s. También se ha cuidado mucho la iluminación interior: de noche, unos leds en el techo proporcionan una agradable luz ambiental.
Hay muchos y enormes huecos por el interior: una guantera doble frente al pasajero, un cajón portaobjetos entre los asientos delanteros, huecos en el techo y en el suelo para todos los pasajeros…
Cómo va
El Grand Voyager mantiene la plataforma del modelo anterior, aunque tanto el cambio como el motor CRD son de nueva factura, así como la suspensión trasera -que ya no emplea ballestas-.
Ruidoso aunque el propulsor 2.8 CRD dispone de los últimos avances -Inyección directa, common rail, turbo de geometría variable- sus 163 CV resultan sólo suficientes para viajar con siete pasajeros y todo su equipaje; además, los hay más silenciosos y económicos.
Es cómoda teniendo en cuenta su peso y tamaño, la estabilidad del Chrysler es más que buena… aunque no es un coche demasiado ágil. El nuevo eje trasero -bota- menos que en su antecesor y eso beneficia al confort, que es más que notable.
Cumple muy bien: hasta unos 100 km/h es bastante suave, y a mayor velocidad se endurece e incrementa su precisión. En cuanto a los frenos -con discos de 302 mm delante y 305 mm detrás- son suficientes… sólo para ir tranquilos.
Veredicto
Ficha técnica y gama 2008
CHRYSLER GRAND VOYAGER 2.8 CRD |
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Motor | Turbodiesel, cuatro cil. | Neumáticos | 225/65 R16 |
Cilindrada | 2.768 cc | Nº puertas | 5 |
Potencia | 163 CV (120 kW) a 3.800 rpm | Depósito | 76 litros |
Par | 36,7 kgm (360 Nm) a 3.000 rpm | Tamaño | 514 x 195 x 175 cm |
0 – 100 km/h | n.d. | Peso | 1.455 kg |
Tracción | Trasera | Maletero | de 638 a 3.296 litros |
Cambio | Autom., seis velocidades | Euro NCAP | – |
Consumo | 9,3 l/100 km | CO2 | 222 g/km |
De serie | ABS, ESP, dirección asistida, seis airbags, climatizador bizona, elevalunas eléctricos, siete plazas, equipo de audio… | Opciones | Techo solar, navegador, Swivel-n Go |
LA GAMA 2008 |
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3.8 V6 | 193 CV | 41.000- / 6.821.826 pta |
2.8 CRD | 163 CV | 39.000- / 6.489.054 pta |
Lo que otros no te cuentan
¡¡Y ya van cinco!! La primera generación del Voyager vió la luz en el mercado estadounidense en el año 1983, donde se vendió bajo las marcas Plymouth y Dodge -ambas pertenecientes al grupo Chrysler-. En nuestro país comenzó a venderse en 1992, la que por aquel entonces era la segunda generación.
-Ábrete Sésamo-Tanto el portón trasero como las puertas laterales corredizas se abren y cierran pulsando un botón desde el interior o a través del mando a distancia.
Rivales



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