Citroën DS5 Hybrid4: diesel y electricidad, ¿la combinación perfecta?

El plan de los dos días de prueba es sencillo: un viaje de ida y vuelta entre Madrid y Navafría, en Segovia. Un recorrido que, si tenemos en cuenta los distintos trayectos que realizaremos una vez en nuestro lugar de destino, suman un total de 300 km. Sin duda, una buena forma de poner a […]


ds5 front

El plan de los dos días de prueba es sencillo: un viaje de ida y vuelta entre Madrid y Navafría, en Segovia. Un recorrido que, si tenemos en cuenta los distintos trayectos que realizaremos una vez en nuestro lugar de destino, suman un total de 300 km. Sin duda, una buena forma de poner a punto el que puede ser considerado el modelo más avanzado de la actual gama Citroën.

Lo de avanzado no es gratuito; de hecho, que este DS5 incorpore tecnología híbrida es tan sólo una de sus características más relevantes. Por diseño y equipamiento, estamos ante uno de los coches más sofisticados de cuantos se pueden comprar en nuestro país. Y, a diferencia de otros coches que ofrecen algo parecido, este Citroën no es especialmente caro. Disponible en tres niveles de acabado, el DS5 Hybrid 4 parte de los 34.950 euros del acabado Design, sigue en los 37.650 euros del intermedio Style y culmina en los 41.650 euros del Sport. Precisamente, las unidades que pudimos probar corresponden a esta última terminación.

ds5 trasera

Empenzando por el diseño exterior, el DS5 es una original mezcla de conceptos. Con sus 4,53 m de largo se emplaza entre los compactos y berlinas… y le permite ser un modelo bastante manejable para el día a día; por otro lado, sus considerables 185 cm de anchura y el agresivo frontal tienen un aspecto muy deportivo… pero, al mismo tiempo, el metro y medio de alto y su silueta vista de perfil recuerdan a la de un monovolumen. Lo cierto es que es uno de los coches que más llaman la atención de los que hemos conducido últimamente; no sólo por lo original del concepto, sino por multitud de detalles como las grandes salidas de escape trasera integradas en el paragolpes posterior, los detalles cromados… y, en esta unidad concreta de pruebas, el exclusivo tono blanco nacarado -que supone 731 euros- o las llantas de 19″ -por 577 euros-.

El interior es también un sitio que, para contemplarlo al detalle, exige su tiempo. Al principio llaman la atención los numerosos mandos repartidos por todas partes: salpicadero, entre los asientos, en el techo… Según la marca se ha optado por la fórmula de «un botón, una función», en lugar de la cada vez más habitual tendencia a agrupar funciones en un conjunto de mandos. El salpicadero es completamente asimétrico y está orientado hacia el conductor; la calidad que desprende el interior es… excelente, similar a la de cualquier marca premium. En esta impresión tiene mucho que ver el excelente nivel de los plásticos utilizados o en el cuero de los asientos -de serie en el Sport-. La postura de conducción es cómoda, sencilla de alcanzar, el asiento es cómodo y sujeta de sobra… Frente al conductor, una bonita instrumentación con un completo ordenador de a bordo… y sin cuentarrevoluciones, que es reemplazado por un indicador que avisa de cuándo estamos recargando las baterías, cuando se está empleando toda la fuerza del motor, cuando se está practicando una conducción ecológica… El único aspecto mejorable es la visibilidad trasera, muy reducida -y si llueve, además, el limpiaparabrisas posterior es muy pequeño-.

ds5 interior

Lo siguiente que nos queda… es ponernos en marcha, pero antes hay que explicar algo de teoría sobre la parte mecánica de esta variante. El Hybrid5 es un vehículo híbrido que combina un propulsor diesel, el conocido 2.0 HDI de 163 CV que está disponible en otros modelos de la gama Citroën y que va acoplado al eje delantero, con otro eléctrico capaz de desarrollar 37 CV y que envía su fuerza al eje trasero; esto quiere decir que la potencia conjunta del coche es de 200 CV y que cuando ambos actuan, puede disponer de tracción a las cuatro ruedas, ofreciendo un extra de agarre y adherencia sobre superficies deslizantes. Gracias a su tecnología híbrida, y a pesar de que hablamos de un modelo de 1.735 kg, este modelo es capaz de alcanzar 211 km/h y acelerar de 0 a 100 en 8,5 segundos… con un sorprendente consumo medio oficial de 4,1 litros -en el caso de esta versión Sport, que equipa los neumáticos más anchos de la gama; si optamos por el acabado de acceso Design, la cifra se reduce a 3,8 litros-.

Este híbrido, que se vende en exclusiva con una caja automática de seis velocidades, permite elegir entre cuatro modos de conducción -que se seleccionan desde un mando giratorio situado entre los asientos-:

El modo auto es el modo ‘inteligente’: combina el motor eléctrico y el térmico de la mejor forma posible para obtener el mejor equilibrio entre prestaciones y consumos. Por ejemplo, en maniobras a baja velocidad actuará normalmente sólo con el motor eléctrico; incluso si empezamos a circular acelerando con suavidad y no sobrepasamos los 70 km/h, en función de la carga de las baterías, este DS5 puede moverse exclusivamente con electricidad. En modo auto, tanto la respuesta del acelerador como los cambios de marcha se realizarán de forma que favorezcan al máximo el consumo. En este modo, la potencia máxima del coche es de 163 CV.

El modo sport aprovecha la máxima potencia que pueden ofrecer los motores del DS5; la respuesta del acelerador se vuelve más ‘afilada’, la caja de cambio apura más las marchas y los 200 CV del coche están disponibles. Este es el modo que debemos llevar seleccionado si buscamos las máximas prestaciones del coche.

El modo 4WD o de tracción permite un extra de adherencia y salir con buena tracción de situaciones complicadas, como carrereras deslizantes, con nieve, hielo… e, incluso, arrancar sin problemas sobre pendientes con un 25% de desnivel En este modo, el motor térmico está siempre activado para conseguir la máxima eficacia… e, incluso, es posible funcionar con tracción total llegado el caso de que las baterías del motor eléctrico se agotend. En este caso, el alternador-motor de arranque utilizado por el sistema Stop&Start toma el relevo y suministra hasta 8 kW de potencia, para mover las ruedas traseras y así permitir un desplazamiento constante en modo de cuatro ruedas motrices. La potencia máxima disponible en este modo de conducción es de 190 CV.

En modo de ‘cero emisiones’, el coche se desplaza utilizando únicamente electricidad. Con las baterías completamente cargadas, la autonomía puede llegar hasta cuatro km hasta una velocidad de 60 km/h -a partir de la cual el motor diesel se pone en marcha-. En cuanto las baterías se agoten, el coche pasará a modo auto, algo que también pasa si apretamos con fuerza el acelerador, si activamos la luneta térmica o el desempañado, si circulamos a una altitud superior a los 2.500 metros o si, al arrancar, la temperatura exterior es inferior a cero grados -en ese caso se prioriza conseguir una buena temperatura dentro del coche, activando al máximo el sistema de calefacción-.

Llega el momento de comenzar nuestra ruta. Nos ponemos en marcha -basta con pulsar un botón a la derecha del volante para ‘arrancar’ y con otro botón soltar el freno de estacionamiento- en modo auto… y como circulamos a baja velocidad callejeando por las calles de La Moraleja y las baterías tienen suficiente carga, nos desplazamos en completo silencio y sólo con electricidad; sin embargo, en cuanto superamos los 40 km/h y en llano entra en funcionamiento el propulsor principal. En estos primeros instantes comprobamos que la suspensión es bastante absorbente al sobrepasar los badenes, que los cambios de marcha son suaves pero un poquito lentos y que la dirección es bastante rápida.

Ya en carretera, cuando aceleramos con fuerza, el motor diesel cobra protagonismo; al menos durante una aceleración fuerte deja constancia con claridad de que es un diesel, aunque cuando alcanzamos la velocidad de crucero apenas se le escucha. El DS5 demuestra que es muy buen viajero, va completamente aplomado, balance poco en las curvas rápidas y resulta lo bastante cómodo; el navegador se muestra preciso, claro y sólo emite las indicaciones necesarias, mientras que el climatizador bizona funciona de manera bastante eficaz, ahora que el sol comienza a apretar.

Como vamos con la hora un poco justa, seleccionamos el modo Sport… para ver de qué es capaz el DS5; en cuanto girmos la rueda, ya notamos que la respuesta del acelerador se vuelve más inmediata, y que el empuje es más intenso gracias a que tenemos a ambos motores trabajando al unísino. Este modo deportivo se percibe muy útil, más que en autopista, en el tramo de carretera de doble sentido que viene a continuación, donde aporta como una especie de overboost que viene muy bien para adelantar con rapidez o recuperar rápidamente el ritmo después de haber llegado a una curva rápida. Además, el cambio responde con mayor rapidez y pemite revolucionar más el motor… pero sigue sin tener esa velocidad de una caja de doble embrague. Por cierto, que los frenos son contundentes y muy eficaces… seguramente también ayudados por los anchos neumáticos. En este primer viaje de ida no hemos sido nada cuidadosos con el acelerador… y el resultado es un consumo medio que ronda los 7,6 litros. No es lo que promete la marca… pero el viaje de vuelta, que lo realizamos con mucha más calma -que no despacio-, siendo cuidadosos con el acelerador y en modo auto, logramos nada menos que 4,3 litros… que es menos que cualquier turbodiesel de similar potencia.

ds5 cierre

En carreteras más lentas y con asfalto irregular comprobamos que la dirección, al pasar sobre baches, tiende a vibrar algo más de la cuenta; sin embargo, sigue llamando la atención lo bien que se maneja el coche en las curvas a pesar de su peso… y siempre que tengamos eso en cuenta puede moverse mucho más deprisa de los que pensaríamos que puede hacerlo un coche que no deja de llevar la etiqueta de ‘ecológico’. Ya en nuestro lugar de destino, seleccionamos de nuevo el modo auto para callejear por el pueblo, comprobamos en una rampa deslizante las virtudes de tener tracción total… y empezamos a elaborar las conclusiones que nos sugiere este Citroën.

Para empezar, y lo decíamos al principio, pensamos que los 41.650 euros que cuesta el coche están más que justificados; en primer lugar, porque es un diesel de 200 CV que viene con todo el equipamiento. En segundo, porque juega la baza de la exclusividad. Y, en tercero, porque no hay otro rival que ofrezca esta tecnología.

Por otro lado, es un coche razonable, utilizable y práctico… salvo por un detalle: el maletero. Debido a la presencia de las baterías y el motor eléctrico, el suelo del piso de carga está muy alto. Por eso, su capacidad es de unos escasos 325 litros. No es el mejor coche para viajar con el equipaje de cinco adultos -que pueden viajar razonablemente bien en el habitáculo-.

Por último, parece que de momento, tanto Citroën como Peugeot seguirán teniendo la exclusiva entre las marcas generalistas de la tecnología híbrida diesel-electricidad. Hace 15 años que otra marca fue la pionera en el segmento de los híbridos de gasolina… y por eso ha triunfado -hablamos, por supuesto, de Toyota y su Prius-, así que si el mercado acompaña, Citroën -que tiene previsto vender en un año 2.000 unidades del DS5, de las cuales el 15%, o sea unos 300 serán híbridas- seguro que triunfa con este modelo.

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