El primer coche de seguridad de la historia del automovilismo, y a su vez de las 500 Millas de Indianápolis, fue el Stoddard-Dayton 11A, un vehículo ensamblado en 1911 por la marca independiente Dayton Motor Car Company, fundada por una familia de empresarios agrícolas adinerados de Ohio, que se lanzó a la producción de automóviles de altas prestaciones entre 1904 y 1913.
Con un aspecto imponente y lujoso y una mecánica fiable, los Stoddard serían inicialmente equipados con motores de cuatro cilindros producidos por la Rutenber Motor Company (que también suministraba motores a la marca Auburn Automobile). A partir de 1912, los Stoddard pasarían a equipar un motor de seis cilindros Knight de 70 CV que encarecería su precio considerablemente. El eslogan de ventas que la marca estadounidense anunciaba en aquella época decía ‘‘Es tan bueno como parece’’.
A pesar de que un Stoddard consiguió la victoria en la primera carrera celebrada en el Indianapolis Motor Speedway en 1909, es su participación como Pace Car en la edición de 1911 lo que llevaría a esta marca a pasar a la historia. La unidad en cuestión que cumplió las labores de coche de seguridad fue un Stoddard-Dayton 11A, dotado con un motor de cuatro cilindros y 40 CV de potencia.
El día de la carrera, 30 de mayo de 1911, el Dayton 11A fue conducido por Carl G.Fisher, propietario del circuito de Indianápolis. Frente a más de 80.000 espectadores, un total de 40 pilotos participaron en esta edición. Uno de los requisitos para poder participar en la clasificación era que los vehículos alcanzasen los 121 km/h al final de la recta principal. Otro de los detalles más curiosos de esta carrera fue que la parrilla de salida se estableció según el orden de los coches inscritos en la competición.
El triunfo se lo llevó Ray Harroun, que corría a bordo de un Marmon Wasp equipado con un seis cilindros de 7.8 litros de cubicaje. El piloto de Pensilvania completó un total de 200 vueltas al trazado estadounidense durante 6 horas y 42 minutos.
Después de esta carrera, Stoddard volvería a participar de nuevo en el circuito de Indianápolis con el mismo coche de seguridad, durante las ediciones de 1913 y 1914. Desafortunadamente, poco después la compañía se declaró en quiebra tras ser adquirida por el magnate Benjamin Briscoe, uno de los grandes pioneros de la industria automovilística estadounidense. Actualmente, el Stoddard-Dayton 11A ocupa un puesto reconocido dentro de la colección privada del circuito de Indianápolis. En 2019, la compañía Bonhams subastó una unidad de este clásico por 78.400 dólares (69.345 euros al cambio).