CNAE apoya el impulso a la conducción autónoma en la prueba de circulación

La conducción autónoma consiste en que el examinador no ordena todas y cada una de las maniobras del aspirante, sino que se limita a indicar el punto de destino, dejando en libertad a éste para elegir el itinerario, algo que ya venía aplicándose en los diferentes puntos de examen del país con carácter esporádico y […]


La conducción autónoma consiste en que el examinador no ordena todas y cada una de las maniobras del aspirante, sino que se limita a indicar el punto de destino, dejando en libertad a éste para elegir el itinerario, algo que ya venía aplicándose en los diferentes puntos de examen del país con carácter esporádico y experimental.

-El examinador le pregunta al alumno al principio del examen si sabe llegar a un sitio concreto, por ejemplo un estadio, y luego valora si el alumno es observador y se orienta bien a la hora de seleccionar los carriles guiándose por la señalización existente», afirma Rubén Castro, secretario General de la Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE). -Una ventaja de la conducción autónoma es que se produce un pequeño diálogo entre el examinador y el aspirante, con lo cual se consigue que éste se tranquilice y haga mejor el resto de la prueba, ya que durante los primeros minutos es cuando los alumnos suelen estar más nerviosos-, comenta José Miguel Báez, presidente de CNAE.

El examinador también puede pedir al aspirante realizar comprobaciones previas, como la verificación de los sistemas de seguridad, de los elementos básicos del vehículo y de la documentación, que no estaban especificadas en el anterior sistema de examen. Por ejemplo, el funcionario puede indicar al aspirante que abra el capó y mida los niveles de aceite de líquido de frenos o preguntarle el tamaño de las ruedas. Sin embargo, dichas comprobaciones no computan a efectos de la duración mínima de la prueba, por lo que los exámenes son más largos. «Duran unos 25 minutos, aunque al final es el examinador el que decide según su criterio-, explica José Miguel Báez.

La conducción autónoma resulta de la aplicación de la directiva comunitaria 2006/126 sobre carnés de conducir, cuyo límite máximo de transposición en los Estados miembros es 2013 y que persigue -mejorar la calidad de los exámenes-. Los expertos sostienen que este tipo de prueba de circulación relaja la tensión previa al examen y es beneficiosa para el aspirante.

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