En los últimos meses, Europa había planteado una serie de medidas que anticipaban obstáculos para la entrada de vehículos chinos en el Viejo Continente, con la intención de proteger a los fabricantes europeos. Sin embargo, Turquía ha decidido tomar cartas en el asunto de manera decisiva, poniendo fin a esta situación que ha afectado significativamente a la industria automotriz europea.
Turquía, al decir «basta», ha optado por no esperar decisiones conjuntas con Europa y ha establecido su propia normativa en un intento por regular la entrada de vehículos extranjeros, específicamente aquellos de fabricación china. En una primera instancia, el país impuso aranceles de entrada del 40 %, pero al parecer, esta medida no ha resultado suficiente para sus objetivos. Como respuesta, las autoridades turcas han decidido implementar leyes más estrictas, especialmente dirigidas a los fabricantes de coches eléctricos que deseen operar en territorio turco.
Nuevas restricciones de Turquía
La información proporcionada por Automobile Propre revela que el Ministerio de Comercio turco ha establecido requisitos notables para las empresas que importan vehículos eléctricos a Turquía. Entre estos requisitos, destaca la obligación de contar con al menos 140 sucursales autorizadas en todo el país y la apertura de un centro de llamadas dedicado para cada marca. Estas condiciones representan un desafío significativo para los fabricantes extranjeros, especialmente aquellos que no están establecidos en la Unión Europea o en países con acuerdos comerciales específicos con Turquía.

Aunque la normativa en sí no menciona explícitamente a China como el objetivo de estas medidas, se percibe claramente que la intención es frenar la llegada masiva de vehículos chinos al mercado turco.
La entrada en vigor de estas nuevas leyes se espera para el año 2024, lo que impone un plazo para que las empresas afectadas se ajusten a los requisitos establecidos. En este contexto, BYD, uno de los principales fabricantes de vehículos eléctricos a nivel mundial durante el año 2023, podría ser una de las marcas más impactadas. Ismail Ergun, director general de BYD en Turquía, expresó su preocupación al señalar que «si se aplica la norma, es posible que nuestros vehículos tengan que esperar en la frontera durante varios meses».
Pese a todo los coches chinos eléctricos continuarán emergiendo como protagonistas destacados en la revolución de la movilidad eléctrica si no se les ponen trabas. Y es que los fabricantes de automóviles chinos han logrado conquistar una parte significativa del mercado global de vehículos eléctricos, causando grandes perjuicios al resto de fabricantes el mundo.
