Alemania sigue con su guerra particular contra el diésel. Ciudades como Mainz, Hamburgo, Fráncfort o Berlín ya cuentan con normativas que restringen el tráfico a los vehículos diésel más contaminantes, una lista que pronto se verá incrementada con dos nuevas capitales.
Este pasado jueves, un tribunal dictaminó que las ciudades de Colonia y Bonn tendrán que prohibir los vehículos diésel más contaminantes en sus zonas más antiguas a partir de 2019. Una medida que llega para cumplir con los compromisos acordados con la UE en materia de calidad del aire. La medida fue impulsada tras la denuncia de la asociación ecologista alemana Deutsche Umwelthilfe (DUH).
Mejorar la calidad del aire en sus ciudades a través de la restricción de los vehículos más contaminantes es un tema recurrente en la política alemana. Y es que, según las mediciones, los habitantes de las ciudades germanas respiran altos niveles de dióxido de nitrógeno (NO2).
En 2017, hasta 66 ciudades alemanas superaron los límites de contaminación permitidos. Tras sumarse Colonia y Bonn, otras ciudades como Stuttgart o Múnich se estarían planteando adoptar medidas para restringir el tráfico a los vehículos diésel más contaminantes.
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