No obstante, aunque hasta ahora no haya funcionado a pleno rendimiento, su consejero delegado, Phil Murtaugh, recuerda que «Coda lleva bastante tiempo trabajando, desde que hace siete años, nuestro fundador, Miles Rubin, creara la compañía». Murtaugh se muestra optimista sobre el futuro de los eléctricos en California: «Los pronósticos independientes están de acuerdo en que hay mercado para unas 50.000 o 60.000 unidades al año». Murtaugh recordó que las ventas del Nissan Leaf en su primer año fueron el doble de las que en su día consiguió Toyota Prius.
Este pequeño fabricante ha puesto especial cuidado en contrarrestar las pegas que se suelen poner a los eléctricos. Por ejemplo, la batería cuenta con una garantía de 10 años o 100.000 kilómetros, y Coda ha desarrollado un sistema de gestión térmica que mantiene la temperatura a la que mejor rinde con independencia del estilo de conducción.
Para conseguir una autonomía de 80 kilómetros, basta con cargar el Coda durante dos horas en un enchufe de 220V. Su autonomía máxima de 200 kilómetros se consigue con una carga de seis horas. En cuanto al resto de datos técnicos, su velocidad máxima es de 137 km/h, su potencia es de 134 CV y la batería consume una energía equivalente a 31 kW/h.
Con los incentivos que el estado de California otorga a la compra de eléctricos, un Coda cuesta allí 29.750 dólares (22.575 -). Como anécdota, la marca cuenta que su nombre está basado en el vocablo musical que designa a los últimos compases de una pieza; pretenden hacer una analogía con el final de los vehículos de combustión.
