– En el túnel do Sartego (Fene, A Coruña), en la Autopista del Atlántico, AP-9 (PK 29,935 al 31,137) sentido Ferrol. El tramo controlado es de 1.231 metros. Velocidad limitada a 90 km/h.
– En la circunvalación de Zaragoza: Z-40, PK 26,600 a 29,700. La longitud del tramo controlado es de 3.100 metros. Este tramo es a cielo abierto en su totalidad. Velocidad limitada a 120 km/h.
Estos tres radares se suman a los dos ya existentes desde diciembre de 2010, situados en el túnel II de Guadarrama (entre Madrid y Segovia) y en el túnel de Torrox (Málaga).
Estas cámaras graban a todos los vehículos que pasan por el tramo y registran el momento en que cada coche pasa por la primera y la última cámara, así como su matrícula. Con estos datos, un ordenador comprueba el tiempo que cada vehículo ha tardado en cruzar el tramo y calcula su velocidad media. Si la velocidad es superior a la fijada en el tramo, la fotografía del vehículo infractor se remite por fibra óptica al Centro de Tratamiento de Denuncias Automatizadas de León.
En este tipo de radares todos los sensores están interconectados, de modo que no sirve de nada cambiarse de carril, ni frenar justo antes de la cámara instalada al final del túnel, ya que lo que mide es la velocidad media a la que se circula por dicho tramo.
El incumplimiento de esta norma está tipificado como infracción grave o muy grave, que se sanciona con multas de 100 a 600 euros. Los pequeños excesos no conllevan la pérdida de puntos y para los excesos más graves el sistema de Permiso por Puntos contempla la pérdida entre 2 y 6 puntos por este tipo de infracción dependiendo del exceso de velocidad cometido.