Suspensión

Cómo evitar que la suspensión te juegue una mala pasada

Por un mal uso La suspensión va tan dura que, al pasar sobre baches, las ruedas tienden a -despegarse- del suelo, provocando que pierdas el control del coche o te salgas de la carretera. Cómo reaccionar: Reduce la velocidad hasta que notes que el coche deja de rebotar y eres capaz de mantener el control. […]


Suspensión

Por un mal uso

La suspensión va tan dura que, al pasar sobre baches, las ruedas tienden a -despegarse- del suelo, provocando que pierdas el control del coche o te salgas de la carretera.

Cómo reaccionar: Reduce la velocidad hasta que notes que el coche deja de rebotar y eres capaz de mantener el control.

Por qué te ha pasado: Has instalado una suspensión tan dura en tu vehículo que, en lugar de absorber los baches, lo que provoca es que las ruedas, al pasar por ellos, reboten y tiendan a -despegarse- del suelo durante décimas de segundo.

Cómo evitarlo: Instala siempre unos amortiguadores y muelles con unos tarados similares a los que incluye tu coche de serie. Si optas por unos más -rígidos-, procura que no superen en más de un 25% la dureza de los amortiguadores originales.

Porque haya caducado

El coche balancea mucho en las curvas, se muestra rebotón y torpe, y te cuesta controlar sus reacciones.

Cómo reaccionar: Reduce la velocidad hasta que notes que puedes controlar las reacciones del coche sin grandes problemas. Maneja la dirección con movimientos suaves para conseguir que el vehículo balancee lo menos posible.

Por qué te ha pasado: Llevas los amortiguadores caducados. Sólo son eficaces al 100% durante los primeros 30.000 km; a partir de ahí, comienzan a perder rendimiento progresivamente, de manera que deberías sustituirlos cada 60.000 km de media -los cuatro rondan los 480 euros-. El resto de elementos -muelles, barras estabilizadoras…- deberían durar toda la vida del coche.

Si tienes que realizar una frenada de emergencia circulando a tan sólo 100 km/h, necesitarás hasta 15 metros más para detener el vehículo

Cómo reaccionar: Pisa el pedal del freno y el del embrague a fondo hasta que el coche se detenga.

Por qué te ha pasado: Si los amortiguadores están en mal estado, la capacidad de frenada se reduce hasta un 40%.

Cómo evitarlo: Cambia los amortiguadores, como mucho, cada 60.000 kilómetros.

Porque se haya averiado

Pierdes una rueda mientras circulas, sufriendo un grave accidente.

Cómo reaccionar: Será muy difícil que puedas controlar el coche; aún así, ten en cuenta que…
En recta: Si pierdes una rueda del eje trasero, pisa el pedal de freno cuanto antes y con suavidad: la transferencia de pesos hará que las dos ruedas delanteras se apoyen en el suelo, manteniéndose así hasta que te pares. Intenta detenerte cuanto antes y, mientras lo haces, gira la dirección lo justo para echarte a un lado de la calzada. Si pierdes una rueda delantera, no te queda más remedio que frenar a fondo: perderás el control del coche, pero te ayudará a detenerte lo antes posible.
En curva: En caso de ocurrir, se romperá una de las ruedas exteriores… y perderás el control del coche. Frena al máximo, pues lo mejor es que el coche se detenga cuanto antes o, si chocas, que sea a la mínima velocidad posible.

Por qué te ha pasado: La suspensión se ha roto, provocando que pierdas una rueda.

Cómo evitarlo: Pide en un taller que te revisen todo el sistema cada 30.000 km… o, puntualmente, si has dado un golpe seco a una rueda -por pisar una zanja, una piedra grande que hubiera en la carretera…-.

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