Una vez hayas localizado el coche que te interesa -recurre a portales como mobile.de o autoscout24.es-, tendrás que ir hasta Alemania para buscarlo -calcula aproximadamente 450 euros entre vuelo, dietas, noche de hotel y combustible para la vuelta-.
Si adquieres el vehículo a un particular, necesitarás un contrato de compraventa firmado por ambas partes, mientras que si lo compras en un concesionario o profesional, te bastará con la factura de compra. Además, necesitarás la documentación alemana del automóvil: el equivalente al permiso de circulación, el «Zulassungsbescheinigung teil ii» -Certificado de Registro-; y el certificado de conformidad Europeo -COC-, que es el documento, proporcionado por el fabricante, que especifica las características del vehículo y será necesario presentar en la ITV. Lo normal es que un coche alemán la tenga pero, en caso de que no, el fabricante te cobrará unos 150 euros por ella.
A la hora de traerte el coche a España, si lo compraste a un particular, pídele que mantenga el seguro unos días hasta que llegues a España -con él, podrás circular por la UE- y contrates uno a tu nombre; si fue a un profesional, lo normal es que el coche no tenga seguro: contrata allí uno provisional -desde 100 euros-
Una vez en España, tendrás que acudir a la ITV para pasar una revisión y que te hagan una ficha técnica -unos 170 euros-, y a Hacienda para abonar el impuesto de Transmisiones Patrimoniales, y el de Matriculación -no tendrás que abonarlo si el coche emite menos de 119 gr de C02/km-. Además, visita tu Ayuntamiento para liquidar el impuesto de Tracción Mecánica o de circulación.
Con esta documentación, acude a Tráfico a pagar la tasa de matriculación -99,77 euros-, para que puedas solicitar nuevas placas en un establecimiento especializado: te costarán aprox. 30 euros.
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