Hace sólo unos días, antes de que empezase el Rally de Montecarlo, todos los aficionados teníamos las mismas dudas: ¿habrán conseguido los Hyundai ese poquito que les hace falta para luchar por el campeonato y no sólo por victorias aisladas? ¿Será Ott Tanak el revulsivo que llevará a la marca del óvalo de nuevo a pelear por el título? ¿Seguirá Toyota dominando a placer?
Pues bien, ha terminado ya el rally y las cosas se pueden resumir en una simple reflexión: había cuatro Toyota. El de Ogier ha ganado con un dominio absoluto; el de Rovanperä ha sido segundo sin que nadie le presionase en exceso. El de Evans estaba luchando por la victoria con Ogier hasta que pinchó, y ha terminado cuarto. Y el de Katsuta, con problemas en un tramo del viernes que le hicieron perder casi un minuto, ha estado en tiempos de sus compañeros de equipo y luchaba con Tanak por el quinto puesto hasta que, en el último tramo, tuvo un problema de suspensión; al final, acabó sexto. Y digo más: de 18 tramos, los Toyota han ganado 16. Los dos restantes han sido para el Hyundai de Neuville.
Así las cosas, el campeonato ha comenzado más o menos como fue la primera parte de la temporada 2022: con los Toyota como favoritos, pues están un paso por delante en fiabilidad y en rapidez. Da la sensación de que es mejor, sin más, y que la facilidad para poner a punto el chasis para cada rally es uno de los secretos del conjunto. Basta con ver las cámaras interiores de los pilotos de los Toyota GR Yaris Rally1 para ver que conducen sin sobresaltos, y que sus comentarios a final de tramo pocas veces hacen referencias a problemas en el set-up del coche.
Quizá sea ahí donde están gran parte de las diferencias, pues en el caso de Hyundai, la marca que acabó complicándole más las cosas a Toyota en 2022, parece que sigue habiendo pequeños problemas en ese campo. La fiabilidad del Hyundai i20 N Rally1 parece ya asegurada si la comparamos con los primeros rallyes de 2022, aunque es cierto que en este rally sus tres pilotos, Neuville, Lappi y Sordo, han tenido problemas con el sistema híbrido (que por otra parte, es el mismo para todos los equipos y lo suministra la empresa Compact Dynamics).
Más allá de esos problemas, que esperemos queden solucionados en breve, el gran quebradero de cabeza en los Hyundai parece precisamente de set-up, de puesta a punto. Como en 2022, y también con el anterior i20 WRC, es muy habitual ver a sus pilotos quejándose de falta de confianza. Sí, quejarse de problemas técnicos suele ser algo habitual en todos los pilotos cuando las cosas no salen bien, pero el hecho de que todo un Sebastien Loeb no consiguiese llevar deprisa nunca el i20 WRC y nada más pasarse al Ford volviese a ganar, o que Ott Tanak acabase desquiciado, o que en este Montecarlo los tres pilotos declarasen que no entendían por qué demonios no salían los tiempos (algo que también hemos visto en temporadas anteriores), hace pensar que, quizá, hay algo en la puesta a punto del coche que aún no han descubierto los ingenieros del equipo y que, al cabo de un rally, son muchos segundos perdidos. Es como si, a veces, hiciesen cambios en los reglajes y no se notasen y, de repente, pequeños cambios tuviesen consecuencias enormes.
Thierry Neuville ha terminado el rally tercero pero, sin los problemas de los Toyota de Evans, probablemente habría terminado fuera del podio. Lappi, en su primer rally con el Hyundai tras bajarse del Toyota GR Yaris Rally1, ponía auténtica cara de póker al acabar cada tramo, sin saber por qué no salían los tiempos. Su octavo puesto final, por detrás incluso de Dani Sordo, es un resultado muy discreto. Con el propio Dani Sordo, séptimo al final, también ocurre algo parecido, y eso que Dani no ha estado demasiado fino en este rally, según sus propias declaraciones. Y es que el cántabro no conseguía dar con la tecla y, si el viernes iba cómodo con el coche pero los tiempos no salían, los cambios realizados en el set-up para el sábado le hacían ir con menos confianza, sin encontrar una solución que aumentase su velocidad al volante del Hyundai. El domingo el set-up mejoró, pero volvió a fallar el sistema híbrido, y las cosas no son fáciles cuando llevas 100 CV menos que tus rivales. Sin duda el equipo que ahora dirige Cyril Abiteboul tiene bastante trabajo por delante, y poco tiempo de reacción antes del próximo rally de Suecia. Allí no estará Sordo, pues su asiento lo ocupará Craig Breen, pues ambos compartirán coche a lo largo del año.
¿Y Ford? La formación de M-Sport se presentaba con dos coches, uno para Ott Tanak y otro para Pierre Louis Loubet. Bueno, también había un tercer Ford Puma Rally1 para Jourdan Serderidis, pero su condición de gentleman driver nos hace encuadrarle fuera del objetivo de la victoria y de los puntos. Por tanto, centrándonos en Loubet y en Tanak, la situación de Ford no ha sido mucho mejor que lo vivido durante 2022. El año pasado, el equipo de Malcolm Wilson logró aquí la victoria con Sebastien Loeb, y eso nos hacía soñar con que Tanak pudiese estar luchando por ganar este fin de semana. Pero no. Los tiempos de Tanak con el Ford no daban para complicarle la vida a los Toyota, y se mantenía en la pelea con el Hyundai de Neuville hasta el sábado pese a algunos problemas con el dichoso sistema híbrido. Sin embargo, el sábado la dirección asistida comenzó a fallar, y eso hae que estos coches se vuelvane ingobernables. En la jornada del domingo, sin ya opciones a nada, Tanak incluso se dormía en exceso en el penúltimo tramo, y llegaba a la última especial sólo una décima por delante del Toyota de Takamoto Katsuta. Los problemas en la suspensión trasera izquierda del Toyota de Taka nos dejaba sin ver esa posible lucha, y Ott, que aún así marcaba el segundo mejor tiempo del tramo tras el Toyota de Rovanperä, se quedaba con un quinto puesto que sabe a discreción.
En cuanto a Loubet, la mala suerte parecía viajar en alguna parte de su Ford Puma Rally1. Empezó bien, con calma, sin riesgos excesivos, pero el viernes perdía la dirección asistida por completo y, con un coche en el que no se podía girar sin tener unos brazos más fuertes que los M.A. Barracus, conseguía la machada de acabar la etapa por orgullo y tesón. En Ford deberían tomar nota de eso: Que en un fin de semana tus dos coches tengan el mismo problema puede ser casualidad; pero lo normal es que alguien no haya hecho bien su trabajo. El sábado, ya con el coche arreglado (este año, sólo hay una asistencia a principio del día y otra al final, y un cambio de neumáticos de etapa), salía de nuevo con el objetivo de rodar y marcar algún buen tiempo. Pero en la última curva del primer tramo, se encontraba una zona muy deslizante y terminaba contra un puente, abandonando a continuación con la suspensión trasera dañada. Hoy domingo volvía a salir, pero en el enlace hacia el tercer tamo, su Puma volvía a fallar y se quedaba fuera de carrera.
Con las cosas así, el parque cerrado de final de rally era una fiesta para Toyota con un Sebastien Ogier pletórico por conseguir su novena victoria en Montecarlo (hasta ahora, estaba empatado con Loeb, los dos con ocho) y un Kalle Rovanperä que, a sabiendas de que Ogier no seguirá el campeonato por completo, daba por muy válido su cómoda segunda posición. En Hyundai, pese al podio de Neuville, hay preocupación, como decía Abiteboul al acabar el rally. Solucionar los problemas híbridos es urgente y la solución parece depender no sólo de ellos, pero el tema de la puesta a punto y de la confianza de los pilotos es cosa completamente suya. Veremos dónde están en Suecia. En cuanto a Ford, a Tanak le hemos visto más tranquilo, confiado y sin malos rollos con su equipo, que no es poco. Y en Ford siguen esperenzados. Como dijo al acabar el último tramo: “al menos, hemos puntuado, algo que no habíamos conseguido los tres años anteriores (los tres con Hyundai)”. Tanak y Ford tienen trabajo por delante, pero quizá en Suecia les veamos dar pasos adelante.