Conduce seguro con Volvo

La cita era a las nueve de la mañana en el circuito del Jarama. Lo primero era dar el consabido repaso a la actualidad de la compañía -cuyas ventas han crecido un 20% en 2011 (con un 54% en mercados como China y de un 32% en EE.UU.) gracias al lanzamiento de modelos como el […]


Jornadas Volvo: Circuito del Jarama

La cita era a las nueve de la mañana en el circuito del Jarama. Lo primero era dar el consabido repaso a la actualidad de la compañía -cuyas ventas han crecido un 20% en 2011 (con un 54% en mercados como China y de un 32% en EE.UU.) gracias al lanzamiento de modelos como el S60 o el XC60 y que ha mejorado su cuota de mercado en España un 12% (del 0,95% al 1,07%)-, y a sus próximos modelos como el V40 o sus dos coches eléctricos: el C30 eléctrico, cuyas primeras 250 unidades ya ruedan desde finales del año pasado en países como Suecia, Bélgica, Francia, Alemania, Austría, China y Países Bajos, y el V60 Hibrid; del que pondrán a la venta 1.000 unidades en 2013; 3l 80% de las mismas a empresas.

Ya en el pit lane, nos esperaban un conjunto de S60 y V60. Tras dar varias vueltas al Jarama, era el momento de probar el primer sistema de seguridad de la mañana: el ACC o control de crucero inteligente que, como en otras marcas, si se encuentra un coche delante, adopta automáticamente la velocidad (y la distancia respecto) a este vehículo -cuando lo adelantamos o este coche se retira, nuestro vehículo retoma automáticamente la velocidad inicial-. Tuvimos la oportunidad de probarlo a bordo de un S80 que circulaba tras un S60. El sistema, que permite configurar velocidades a partir de 30 km/h, permite regular la distancia mínima -la mide en segundos; de 1 a 2,5- y frena el coche suavente -aplicando aprox. el 30% de la potencia de frenada- o incluso lo llega a detener… si el vehículo precedente lo hace también. Eso sí, todo sucede sin que el conductor tenga que tocar en ningún momento los pedales. Si, en algún caso, nuestro Volvo detecta que aplicar ese 30% de frenada no es suficiente para evitar una colisión -por ej., si el coche precedente frena de golpe-, el sistema avisa mediante pitidos y la proyección, sobre el parabrisas, de cuatro rayas rojas a modo de alerta… para que el conductor realice una frenada más potente.

Abandonamos el trazado y nos dirigimos a la pista de maniobras adjunta. Allí se ha preparado, en primer lugar, un circuito de maniobras que incluye una frenada sobre suelo deslizante, aceleración sobre suelo mojado y giro sobre esta misma superficie y, para finalizar, una frenada a alta velocidad sobre superficie asimétrica (cuando las ruedas se apoyan sobre superficies de diferente agarre). El objetivo es probar, respectivamente, los sistemas ABS y ESP de la gama, para lo que la marca nos cedió un C70 y un S60.

Pero lo más interesante sucede tras este repaso a los sistemas de ayuda electrónica: Volvo ha preparado otra pista de pruebas -esta vez nos pone a los mandos de un XC60 y un S60- en el que ha situado dos obstáculos… y un muñeco que simula un peatón. ¿El motivo? Poner a prueba dos de los sistemas más llamativos de la marca, el City Safety y el sistema de detección de peatones con frenado automático. El primero recurre a un radar que, mediante infrarrojos, detecta y analiza la distancia a la que se encuentra el vehículo de delante… ya que reconoce los elementos reflectantes como la matrícula; si el sistema detecta que va a producirse una colisión, prepara los frenos -acerca las pastillas a los discos- y si, aun así, el conductor no reacciona: frena automáticamente para evitar o mitigar una colisión. El sistema se activa cuando la velocidad es más de 4 km/h y se desactiva automáticamente cuando el coche supera los 30 km/h… pero, según indica Volvo, el 75% de los accidentes por alcance tienen lugar a menos de esta velocidad -además, en el futuro V40, el próximo modelo de la marca, el umbral de uso del City Safety subirá hasta los 50 km/h-. Pero… ¿cómo fue la prueba? El sistema detuvo bruscamente -activa la frenada de emergencia- el coche por completo y evitó la colisión… en la mayoría de ocasiones, pero en alguna no frenó con suficiente antelación (concidió en las ocasiones en las que manteníamos el pie en el acelerador) y, durante la frenada impactó contra el obstáculo a baja velocidad.

Mientras tanto, el sistema de detección de peatones utiliza ese mismo radar y, además, una cámara que va recogiendo las imágenes que se suceden delante del coche… y las compara con una base de datos para ver si se trata de un peatón -eso sí, sólo reconoce a peatones de más de 80 cm de altura-. Funciona hasta los 35 km/h y, si detecta una persona delante del vehículo, avisa al conductor mediante pitidos y señales luminosas proyectadas sobre el parabrisas -como el ACC– y, si este no reacciona, frena bruscamente para evitar o mitigar la colisión. Durante la prueba se mostró bastante fiable pero, en alguna ocasión (también cuando se mantenía el pie sobre el acelerador) la frenada se retrasó ligeramente y el coche llegó a impactar contra el muñeco; eso sí, a muy baja velocidad.

La última prueba de la mañana tiene lugar en la pista de pruebas 4×4 del RACE, también adjunta al Jarama. En ella tenemos oportunidad de probar un XC90 y un XC60 en descensos de pendientes -con hasta un 45% de desnivel-, subidas prolongadas, tramos con pendiente lateral de hasta el 38% -para el XC90, por ej., la marca anuncia que este todo camino es capaz de circular con pendientes de hasta el 42%– y un tramo de cruces de puentes -también llamados dubbies- en el que, debido a sus irregularidades, alguna rueda de los coches se queda en el aire…pero la tracción total resuelve el problema y posibilita el avance.

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