Cómo conducir en invierno

La mayoría de accidentes de tráfico que se producen en España, tienen lugar en carreteras secundarias. En el 32% de los casos, los accidentes se producen por salidas de vía, mientras que en el 26% se deben a impactos frontales contra otros vehículos. Además, este tipo de percances aumenta considerablemente cuando las condiciones climatológicas empeoran. Por este motivo, te aconsejamos cómo adaptar tu conducción en función del tiempo y te explicamos cómo reaccionar en caso de imprevisto.


Con hielo

¡Ojo! Las placas de hielo suelen aparecer por debajo de los 3º C y, sobre todo, de noche y de madrugada

Sé precavido

El hielo suele aparecer en forma de placas que provocan que, de repente, las ruedas pierdan toda su capacidad de agarre. Normalmente, las placas de hielo abarcan unos metros y se alternan con zonas donde hay asfalto que sí ofrecen agarre.

Evita imprevistos

  • Ve más despacio. Es muy importante conducir a una velocidad moderada. De esta forma, no tendrás que frenar con brusquedad en caso de que te sorprenda una placa de hielo.

  • En la placa. Si estás sobre una placa, no frenes ni intentes girar la dirección, pues si lo haces el coche se dirigirá, sin control, hacia donde le lleve su propia inercia: ten sangre fría, no toques los pedales, sujeta el volante y espera a que pase la placa.

  • No te fíes… Aunque el día sea soleado, las placas de hielo se mantienen en las zonas sombrías. Evita las cuestas pronunciadas si hay hielo, pues es muy fácil perder el control en ellas. Cuidado también con la sal; el asfalto patinará un poco más de lo habitual.

Qué debes hacer si…

  • Si se te va el coche de morro en una curva No frenes sobre la placa de hielo y no gires más la dirección, pues no te obedecerá. Simplemente, levanta el pie del acelerador y mantén el giro del volante hasta que el coche, poco a poco, recupere la trayectoria.

  • Y si se te ‘va de culo’… No frenes, pues perderás el control por completo. Tendrás que contravolantear, es decir, girar la dirección hacia el lado hacia la salida de la curva. Cuando notes que el tren trasero deja de deslizar, empieza a enderezar la dirección con relativa progresividad para evitar posibles bandazos. Normalmente, no necesitarás dar más de media vuelta de contravolante pues, de lo contrario, cuando el tren trasero vuelva a recuperar el agarre el coche provocará una fuerte sacudida muy compleja de controlar.

Con nieve

No te fíes por llevar cadenas: cuando circulamos sobre nieve, la distancia de frenada, aún con ellas puestas, llega a triplicarse

Sé precavido

Lo más importante es reducir la velocidad y colocar las cadenas tan pronto como veas que la nieve está cuajando.

  • ¿Y las roderas? Normalmente, es recomendable conducir sobre las roderas de otros coches para tener mejor agarre. Sin embargo, si ha empezado a nevar hace poco y no hay más de un dedo de nieve, la capacidad de agarre de la rueda es mayor sobre la nieve virgen: en las roderas la nieve está machacada y se forma una pasta de agua y nieve que patina mucho y que, además, se congela rápidamente.

  • Ojo al radiador. Vigila la temperatura del motor. Si ves que sube por encima de su valor normal, es muy probable que la nieve haya taponado las tomas de aire del paragolpes. Detente y límpialas, pues de lo contrario quemarás el motor.

Evita imprevistos

  • Al arrancar, acelera con suavidad y, si el coche patina, arranca en segunda marcha. Intenta circular manteniendo el motor a unas 2.200 rpm en un diesel y entre 2.500 y 3.000 en un gasolina, pues así el coche tendrá fuerza suficiente para desplazarse -normalmente, te bastará con la segunda y la tercera velocidad- y no patinará por exceso de potencia.

  • En las curvas, anticípate a la curva y empieza a girar con suavidad un poco antes de llegar a ella para asegurarte de que el coche te responde. Si tienes que frenar, hazlo con las ruedas en línea recta -si no, es fácil que el coche derrape-.

  • En cuestas, intenta no conducir por cuestas pronunciadas ni meterte demasiado en la cuneta si, por ejemplo, te apartas para poner las cadenas. Si la pendiente es pronunciada es muy probable que luego no puedas sacar el coche.

Qué debes hacer si…

  • Si se te va en una curva… Ocurre lo mismo que si sucede en hielo, la diferencia es que, en nieve, el coche empieza a deslizar, normalmente, con más progresividad y durante más metros. Por eso, si notas que empieza a perder agarre, no frenes: suelta el acelerador y trata de dirigir la dirección con mucha suavidad hacia donde quieras ir. Reduce de marcha y sigue así hasta que notes que el vehículo recupera el agarre.

  • Si te quedas atascado en la nieve… Nunca intentes salir acelerando a fondo, pues sólo conseguirás que el coche se hunda más todavía. Intenta retroceder unos metros y busca otra trazada que tenga menos nieve; si no, utiliza ese espacio que has ganado para ‘tomar carrerilla’ -arranca en segunda velocidad- y, sin detenerte y acelerando con cierta suavidad, trata de avanzar por ese mismo sitio hasta llegar a un sitio donde haya menos nieve.

Con lluvia

Suele resultar más peligrosa justo cuando empieza a llover: el barro que se forma con la suciedad de la carretera patina muchísimo

Sé precavido

  • Aumenta la distancia de seguridad con el vehículo que te precede: si vas muy cerca, la estela de agua que proyectará te dejará sin visión… y, sobre todo, en caso de frenada brusca necesitarás más espacio para detenerte. Maneja con suavidad la dirección, el freno y el acelerador, e intenta circular, de media, con el motor entre 2.000 y 2.500 rpm en los diesel y entre 2.000 y 3.500 en los gasolina.

Evita imprevistos

  • Esquiva los charcos y, si tienes que pisar uno, hazlo a una velocidad baja y, si es posible, pasa sobre él con las cuatro ruedas -el coche podría cruzarse si sólo lo haces con las de un lado-. Si no, puedes sufrir aquaplaning -las ruedas no pueden evacuar todo el agua que se acumula y eso provoca que ‘floten’ hasta perder el contacto con el suelo-.

Fíjate en el estado de la carretera y el tipo de asfalto. En un asfalto bacheado, es más probable que te encuentres con más charcos. Además, si el suelo es tan liso que puedes ver el reflejo del vehículo que te precede, su capacidad para evacuar el agua será peor que en uno más poroso, por lo que el agarre del neumático disminuye.

Qué debes hacer si…

  • Si sufres aquaplaning, notarás que el coche no tiene agarre. Sujeta con fuerza el volante, no toques los pedales y mantén la dirección recta hasta que las ruedas recuperen la adherencia.

Con viento

Sé especialmente precavido cuando circules a alta velocidad y vayas a adelantar a un camión, por ejemplo

Sé precavido

  • Cuando el viento sopla con fuerza en carretera, hay dos situaciones en las que resulta especialmente peligroso. La primera es al adelantar a otro vehículo voluminoso, como un camión; la otra, al salir de un túnel o al pasar de una zona resguardada del viento -por zonas arboladas o edificios- a otra abierta.

Qué debes hacer si…

  • Si hay mucho viento y te golpea lateralmente con fuerza puedes perder el control del vehículo. Para evitarlo, sujeta el volante con fuerza -tendrás que girar un poco la dirección hacia el lado por donde te golpea el viento- y corrige las desviaciones que se produzcan con la máxima suavidad posible. Además, es importante acelerar ligeramente, pues así el coche tenderá a ‘sacarte’ hacia adelante, y te será más fácil mantener el control.

Con niebla

Cuidado en con las curvas ciegas: en zonas montañas, es posible encontrarse con un denso banco de niebla de golpe justo detrás de ellas

Sé precavido

  • Reduce la velocidad y, sobre todo, aumenta la distancia de seguridad respecto al coche que te precede. Asegúrate de que todas las luces del coche funcionan bien, pero no utilices las largas, pues ese exceso de luz se reflejará en la niebla… y verás aún peor.

Evita imprevistos

  • Si la visibilidad es muy baja, circula por el carril derecho y toma como referencia la línea blanca del arcén, las del medio de la carretera o los catadióptricos de los guardarraíles o de los hitos kilométricos.

POR 45€, LLEVA UN KIT DE SUPERVIVENCIA EN TU COCHE

Antes de viajar, os proponemos adquirir un pequeño kit de supervivencia formado por:

  • Bolsa o nevera flexible para guardar el kit. Desde 6€en Lidl.
  • Cables de batería. Desde 28€ en Carrefour.
  • Una rasqueta para el hielo. Desde 1€ en bazares.
  • Cargador para los móviles. Desde 6€ en MediaMarkt.
  • Linterna. 9€ aprox. en Decathlon.
  • Luces químicas de emergencia. En Decathlon, desde 3€.
  • Pala plegable. Desde 7€ en Coronel Tapioca.
  • Cerillas o encendedor. Desde 0,20€.
  • Manta térmica. Desde 1€.
  • Conjunto de gorro ‘termico’, chaleco y guantes. Desde 12€ en Decathlon.
¿A QUÉ VELOCIDAD DEBES CIRCULAR?
La DGT ha publicado una simulación en la que se calcula la velocidad a la que puedes pasar con un mismo coche por una misma curva en función de las condiciones meteorológicas. Esta simulación corresponde a un vehículo de 1.190 kilos, 4,17 metros de largo y tracción delantera -un compacto como el Seat León-, y la carretera es una de doble sentido con nueve metros de ancho. Esta teórica curva es lo suficientemente cerrada como para que el vehículo pueda pasarla a un máximo de 90 km/h con total seguridad. Según el informe de la DGT, en mojado ese coche no podrá a pasar esa curva a más de 75 km/h -un 18% menos- manteniendo el mismo nivel de seguridad; con nieve, la velocidad baja hasta los 53 km/h -un 41%-,mientras que si hay hielo la velocidad se reducirá hasta 28 km/h -un 69% menos-.
¿CUÁLES SON LAS MEJORES APLICACIONES PARA TU MÓVIL?
En la actualidad, hay tres aplicaciones especialmente recomendables apra viajar en coche: la de la DGT -con información en tiempo real sobre el estado del tráfico y de las carreteras-, la del RACC -se llama RACC Infotransit, e informa sobre incidencias, las gasolineras más cercanas con el precio del carburante…- y la del RACE -que, incluso, incluye prácticos vídeos donde se explica cómo cambiar una rueda-. Todas ellas son gratuitas y están disponibles tanto para iPhone como para Android.

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