Conducir sobre hielo y nieve - Cuando aprieta el frío

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En condiciones normales, la nieve tiene unas características similares al barro, pero una gran nevada puede convertirse en una barrera sencillamente infranqueable.

Y cuando a las dificultades naturales del terreno se suma el frío intenso, es preciso que extremes las precauciones, actúes con calma y no asumas ningún riesgo innecesario. Si haces las cosas bien, puede convertirse en una experiencia que recordarás con una sonrisa.
En general, aplicar el sentido común debe bastar para superar con éxito cualquier eventualidad, pero cada obstáculo requiere ser estudiado detenidamente para prever posibles complicaciones.

Siempre bien calzados

El tipo de neumático es determinante sobre nieve no demasiado profunda, donde las típicas ruedas para barro, con dibujo de grandes canales y tacos, son muy adecuadas. La capacidad de deformación de su carcasa permite evacuar la nieve y mantener siempre un buen agarre.

Conviene que sean estrechos, de perfil alto, con gran diámetro y estructura flexible; los anchos y rígidos son más propensos a embozarse y patinar.

Las cadenas para nieve ayudan notablemente a mejorar la tracción. Debes instalarlas en ambos ejes y, si sólo tienes un juego, ponlas en el delantero (siempre circula en 4×4). Además, debes cuidar el montaje y revisar periódicamente su ajuste.

Otra opción son los neumáticos de clavos (poco difundidos en nuestro país y reservados a otras latitudes) y los de invierno, cuyo compuesto, más blando, les permite conservar sus propiedades dinámicas a bajas temperaturas, por lo que resultan especialmente indicados para circular sobre hielo o nieve compactada. Inlcuso cuando ésta se mezcla con barro, estos neumáticos muestran un alto grado de tracción.

1.- Antes de meterte

Sé previsor y prudente

Infórmate acerca de los partes meteorólogicos, te ayudará a prever el estado del terreno. Ten en cuenta que en la madrugada, al anochecer o en zonas de umbría, es bastante probable que encuentres hielo.

En zonas complicadas es obligatorio que circules acompañado para garantizar el rescate en caso de que algún vehículo se atasque. El todoterreno mejor equipado (imprescindible que lleve cabrestante) esperará mientras pasan los demás.

Comprueba todos los elementos del vehículo y el equipamiento, así como si llevas suficiente combustible, anticongelante o una correcta presión de los neumáticos.

2.-Una vez dentro

Las maniobras debes hacerlas con suavidad

Circula en 4×4, esto es, con la tracción total engranada, el diferencial central bloqueado (si lo hubiera) y en caso de rodar por carretera, aumenta la distancia de seguridad.

Sobre el terreno debes reconocer la zona que vas a afrontar. La nieve puede esconder agujeros, piedras o riachuelos.

Al volante conviene que tengas presente lo siguiente:

– La arrancadas debes hacerlas de forma suave

para ir acelerando progresivamente y sin subir el régimen de giro del motor en exceso.

– Usa los frenos lo menos posible, casi acariciándolos. Las ruedas se bloquean con facilidad y se convierten en auténticos patines, por lo que es mejor que aproveches la capacidad de retención del motor.

– Mueve el volante con suavidad, para efectuar los virajes sin perder la trayectoria.

– Con inclinación lateral, conduce con las ruedas rectas para evitar que el coche «culee» y patine hacia el lado inferior. Si las roderas se hielan, puede ser mejor avanzar sobre nieve virgen. Sin embargo, cuando la pista es estrecha y al lado hay un barranco, estas roderas pueden ayudarte a encarrrilar el vehículo.

– Al iniciar la marcha en pendiente, puede que el coche patine al compactarse la nieve bajo las ruedas. En ese caso, retrocede, busca mejor firme e inténtalo con un poco de inercia. Puedes retirar el hielo con la pala y mejorar la adherencia con ramas, planchas o incluso las alfombrillas.

– En los descensos muy pronunciados conviene que asegures el coche por detrás con el winch e ir soltándolo poco a poco.

– En ocasiones deberás dar pequeños embates a la nieve para abrir paso, como un rompehielos. Siempre tras explorar el terreno y haciéndolo con suavidad, ya que si te lanzas con demasiada fuerza puedes quedarte colgado con las ruedas en el aire.

Ante un atasco reacciona con calma…Levanta el coche con el gato, saca la nieve, limpia los bajos y despeja el camino a seguir. Una vez levantado el vehículo, coloca las planchas y trata de arrancar suavemente (en segunda corta los diésel y primera corta los gasolina).

Como es probable que debas repetir la operación varias veces, es importante que controles el material, ya que es fácil perderlo enterrado en la nieve y más tarde puedes ser imprescindible para continuar.

Lo que debes llevar

En el coche….Al material tradicional (pala de mango largo, eslingas, cabrestante, planchas, Hi-Lift, etc.), añade las cadenas de nieve. También es de vital importancia que tengas combustible de sobra y los niveles óptimos de anticongelante.

Para ti… El equipo personal para trabajar sobre la nieve debe incluir un buen calzado aislante e impermeable, pero no demasiado rígido, para permitir el juego del pie al conducir. Lleva ropa de abrigo desde los calcetines hasta la cabeza, si es tejido técnico, mejor, y viste por capas fácilmente mudables.

Primero las más finas, y las de más abrigo, al exterior. Completa el equipo con guantes y gafas de sol para protegerte de la excesiva luminosidad de la nieve.

Tu seguridad

La manipulación de accesorios y herramientas debes hacerla con el máximo cuidado y con guantes. No te metas debajo del coche cuando esté sustentado por el gato. En caso de quedarte aislado, mantén el coche en marcha periódicamente para que funcione la calefacción. Tampoco te debe faltar el teléfono móvil, así como alimentos ricos en calorías y una manta térmica.

Qué le puede pasar a tu coche

El frío y la humedad pueden causar estragos en cualquier todoterreno

Circuito refrigeración…La congelación del circuito de refrigeración puede dar lugar a averías de gran importancia que afecten a la culata y al bloque motor, amén de reventar manguitos, conducciones varias y, por supuesto, el radiador.

Mayor desgaste …Hasta que el motor no adquiere temperatura, el lubricante no ofrece todas sus propiedades, de modo que a los elementos mecánicos les cuesta más trabajar y el desgaste de dichos elementos es más acusado.

Descarga de batería…A bajas temperaturas, la operación de arranque exige más esfuerzo a la batería, lo que a la larga termina castigándola. Además el aceite frío opone más resistencia al arranque, lo cual hace más difícil el proceso.

Combustible y aceite…La congelación de estos fluidos deteriora conductos, retenes, bomba, etc. En el caso del lubricante, la pérdida de sus propiedades y la dificultad para vehicularlo acelera los desgastes.

Corrosión por la sal…Cuando la nieve se deposita sobre la calzada, se suele echar sal para evitar su congelación. Pero la prolongada exposición de los vehículos a la sal de la carretera termina acelerando la corrosión en los bajos.

Condensación…Cuando la temperatura exterior es muy baja, en el interior del escape aumenta la condensación del vapor, con lo que se deposita agua que puede acelerar el proceso de corrosión de dicho elemento.

En caso de avería

En pocos casos es más recomendable ir en grupo que en terrenos nevados fuera del asfalto, ya que en muchas ocasiones será complicado que la asistencia acuda al rescate. Las averías convencionales no serán cubiertas por ninguna garantía, pero si eres asiduo de las carreteras nevadas, puede que tengas que refrescar las condiciones de la garantía anticorrosión que ofrecen los fabricantes.