Si te vas de procesión, toma nota:

5 situaciones al volante que deberíamos saber controlar

Autofácil
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Nadie nace enseñado. Incluso en la autoescuela se dejan temas sobre conducción que deben conocerse para reaccionar con seguridad. Si este año te vas "de procesión" con el coche, Tallerator aconseja tener muy en cuenta estas cinco claves prácticas enfocadas al manejo del coche.


El mantenimiento del coche es, ante todo, lo primero que debemos tener en cuenta para los planes de Semana Santa, festividad en la cual se prevén unos 15 millones de desplazamientos, según la DGT.

Además de esta cifra, tema clave serán los desplazamos en trayectos cortos, en donde el conductor suele confiarse más. Por ello, y una vez que estamos al volante, el comparador de neumáticos y precios en talleres mecánicos Tallerator difunde una serie de consejos muy útiles, en cinco bloques, que van más allá de las típicas revisiones del automóvil.

1- Sol de primavera: no te deslumbres

Este año, nos vamos «de procesión» en pleno abril, con la primavera bien entrada. Con ella ha llegado el esperado sol, pero también algunas circunstancias especiales que son molestas al volante.

En concreto, hablamos del amanecer y el atardecer. En esas determinadas horas del día, los rayos inciden en la luna del coche de forma más paralela a la carretera, por lo que nos puede dar directamente en los ojos.

gafasdesol 1Para evitar este inconveniente hay que tener en cuenta la duración del trayecto y en qué franja horario se va a realizar. Si sabemos que nos vamos a desplazar en estas horas críticas, podremos tomar algunas medidas preventivas: comprobar la visibilidad de todas ventanillas del vehículo y el estado de la luces. Además, es obligatorio llevar encendidas las luces de posición (diurnas o nocturnas).

Una vez en marcha, evitaremos esos molestos rayos con los parasoles, y llevando siempre en la guantera unas gafas de sol de calidad. Deben estar homologadas por la Comunidad Europea, tener sello de la categoría con el dato de protección y debemos conocer el nivel del filtro (van del 0 al 4 según la cantidad de luz que dejan pasar).

2- Trucos para mantener la distancia de seguridad

Si se llama «de seguridad», ¡es por algo! Ir demasiado pegados al vehículo que nos precede es toda una temeridad, al igual que nos pone de los nervios que se nos acerquen mucho por detrás.

Al respecto, hemos leído o nos han contado mil y un trucos para saber si circulamos a buena distancia, y no todos correctos. ¿Cuál nos puede servir de verdad?

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Aquí tienen nuestra recomendación sencilla y fiable: el truco del «medio metro». Se basa en multiplicar por 0,5 por cada km/h al que vayamos. Esta sencilla operación nos dará una referencia segura en metros. Veámoslo en un ejemplo: si rodamos a 100 km/h, multiplicamos por 0,5, y nos da 50: estos son los 50 metros que debemos mantener aproximadamente.

3- ¡Ha habido un accidente!

Calma. Ante todo, mucha calma. Con tantos desplazamientos, y más en carreteras secundarias, es posible que nos topemos con un accidente vial, y debemos, por ley, socorrer en la medida de lo posible. Debemos olvidar los nervios. Fácil de recomendar, sí, pero imprescindible en todo momento. Y es que los primeros minutos, cuando las autoridades aún no han llegado, son esenciales.

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Esto es lo que debemos hacer: detener el coche a más de 100 metros del lugar del siniestro, si es posible fuera de la calzada, con las luces de warning (de emergencia) encendidas. Nos pondremos el chaleco reflectante para después colocar los triángulos de emergencia. Estos deben estar a unos 50 metros del siniestro, como mínimo, para que sean visibles a 100 metros por los coches que se aproximen. En los cambios de rasante, los triángulos se colocan a 100 metros de distancia.

Una vez que hemos cumplido con estas acciones, es el momento de solicitar ayuda al teléfono 112, Policía o Guardia Civil. Durante la llamada debemos ser claros a la hora de informarles de dónde estamos y cuál es la situación de los implicados.

4- Si nos pilla lluvia

Las procesiones se fastidian en cuanto llueve. Pero el hombre del tiempo ha comentado, de momento, que este año no serán muy generalizadas. Ahora bien, en caso de toparnos con una de esas molestas nubes negras cargadas de agua, recordemos que vamos a perder visibilidad y adherencia con el asfalto.

Por lo tanto, el elemento más importante en este punto son las ruedas. El comparador de neumáticos Tallerator recuerda con especial encarecimiento que los neumáticos del coche deben estar en perfectas condiciones, con 1,6 milímetros mínimos de profundidad de la banda de rodadura de la goma.

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Durante el trayecto, la siguiente clave es la velocidad. Debemos tener en cuenta que, dependiendo de la intensidad del agua que caiga, la distancia de frenado se duplica y hasta triplica con respecto al asfalto seco.

Por ejemplo, si circulamos a 120 km/h bajo la lluvia, recorreremos más de 120 metros hasta que se detenga completamente el coche, llevemos o no ABS. Podemos aconsejar una distancia de seguridad de 60 metros en caso de rodar a esta velocidad. En caso de viajar a 50 km/h, la distancia será de 30 metros aproximadamente.

5- Controlar el coche

Una curva mal tomada, un acelerón desafortunado? Sí, llegamos a las famosas palabrejas viraje y subviraje. Veámoslo de forma sencilla y cómo reaccionar. Si el coche se nos va de morro, la palabra es Subviraje. Pero lo que hay que saber es que, en caso de que no tengamos el control de la parte delantera del vehículo, hay que contrarrestar el imprevisto soltando progresivamente el acelerador mientras reducimos el ángulo de giro del volante.

Al mismo tiempo, hay que actuar con el freno con delicadeza para que actúe el ABS. Si no disponemos de él, iremos soltando el pie del acelerador poco a poco, y dar pequeños toques de freno (insistimos: pequeños).

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Por otro lado, si lo que parece que vamos a hacer es un trompo, es que se trata de sobreviraje: la trasera del vehículo se «desliza» hacia «fuera de la curva».

¿Qué hacer en este caso en el que se nos va la zaga? Pues un contravolante. Es decir, giraremos el volante en la misma dirección en la que se nos vaya el «culo» del coche. A la vez, tenemos que levantar el pie del acelerador, pero no del todo. Así es como intentaremos recuperar la trayectoria.

Después iremos reduciendo poco a poco el giro del volante para que quede centrado y podamos acelerar, sin brusquedad, en la última fase de la corrección. Con templanza y anotados todos los consejos, nos iremos a las procesiones con tranquilidad y disfrutando de la conducción.