Ya está aquí el verano y aunque los vehículos están diseñados para soportar temperaturas elevadas, hay ciertos componentes que pueden verse seriamente comprometidos si no se toman precauciones. Así que vamos a ver que partes del coche debemos cuidar.
La batería, en el punto de mira
Una de las grandes perjudicadas por el calor es la batería. Las temperaturas extremas aceleran la evaporación del ácido interno, y si esta ya está cerca del final de su vida útil, es fácil que acabe fallando. No es casualidad que muchos de los cambios de batería se realicen precisamente en los meses más calurosos.
Neumáticos: el asfalto caliente pasa factura
Circular con neumáticos desgastados o con una presión inadecuada puede resultar especialmente peligroso en verano. El pavimento alcanza temperaturas muy altas, lo que aumenta el riesgo de reventones o pinchazos. Por eso es fundamental revisar su estado y asegurarse de que no presentan grietas, cortes o bultos, además de comprobar que tienen la presión recomendada por el fabricante.
Refrigeración y líquidos: revisiones obligadas
Con el calor, los líquidos del coche se evaporan más rápido. Es esencial controlar el nivel del refrigerante, el aceite, el líquido de frenos e incluso el limpiaparabrisas. Un sistema de refrigeración en mal estado puede desembocar en una avería grave, mientras que una buena visibilidad es clave para la seguridad.
Frenos bajo presión
El sistema de frenado también puede resentirse con las altas temperaturas. Los componentes pueden sobrecalentarse, especialmente si se abusa de frenadas largas o repetidas. Si notas pérdida de eficacia, vibraciones o el pedal más blando o duro de lo normal, conviene acudir al taller.
Otros elementos sensibles al calor
El alternador, por ejemplo, es uno de los componentes que más visitas al taller genera en esta época. El exceso de temperatura puede sobrecalentarlo y provocar daños internos, fácilmente identificables por un olor a goma quemada. También los sistemas electrónicos del coche, como pantallas o navegadores, pueden sufrir si se exponen de forma directa al sol durante mucho tiempo. Y no hay que olvidarse de elementos como las escobillas, juntas, ópticas o el salpicadero, que también envejecen más rápido con el calor.
Consejos para proteger tu coche del calor
Estas son algunas medidas eficaces para reducir el impacto de las altas temperaturas en el vehículo:
- Evita dejar el coche al sol durante las horas centrales del día. Siempre que sea posible, aparca en un garaje o en zonas con sombra.
- Utiliza parasoles y fundas para proteger el interior, especialmente los sistemas electrónicos y el salpicadero.
- No dejes el coche parado durante semanas. Arráncalo con frecuencia y hazlo circular para que todos los sistemas sigan en funcionamiento.
- Revisa el estado general del vehículo antes de iniciar las vacaciones: batería, neumáticos, niveles de líquidos y sistema de climatización.
- Cuidado con la humedad y el salitre, especialmente si vas a zonas de costa. Ambos pueden dañar el sistema eléctrico.
- Climatiza el coche de forma correcta. Usa el aire acondicionado antes de ponerte en marcha y ventila el habitáculo abriendo las puertas unos minutos.
- Realiza una puesta a punto completa si llevas tiempo sin revisar el coche. Anticiparte a los problemas puede ahorrarte una avería costosa.
Un mantenimiento adecuado y unas precauciones mínimas pueden marcar la diferencia entre disfrutar del verano o quedarte tirado en la carretera.