Cómo reciclar, paso a paso
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Recepción y verificación
Lo primero que debes hacer es entregar tu vehículo en un CAT -Centro Autorizado de Tratamiento; puedes consultar los más cercanos en www.sigrauto.com/donma.htm-. En ellos, podrás dar de baja tu vehículo sin pasar por Tráfico, siempre que seas el titular del mismo y que aportes además la siguiente documentación: la solicitud de baja -descárgala en dgt.es o en sigrauto.com-, la tarjeta de inspección técnica, el permiso de circulación y una fotocopia del DNI. A cambio, el CAT debe entregarte una copia del certificado de destrucción del coche. ¿Te darán dinero por tu vehículo? Según el CAT y el modelo de automóvil: por ej., por uno premium -cuyas piezas cuestan mucho- pueden darte hasta 500e, pero por un coche de más de 10 años y muy vendido, con suerte sacarás 100e. Lo mismo ocurre si tu vehículo no arranca y han de ir a por él: llama a varios CAT y negocia con aquel que acuda a recogerlo sin coste.
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La descontaminación también tiene lugar en el CAT. Consiste en la extracción de los materiales que contienen sustancias peligrosas y/o contaminantes. Aquí se extraen:
Líquidos: combustible, aceites de motor y caja de cambios, líquido refrigerante, de frenos o el gas refrigerante del sistema de aire acondicionado.
Sólidos: batería, catalizador, filtros de aceite y combustible, airbags y componentes eléctricos.
Estos residuos se almacenan en contenedores para su transporte a plantas de tratamiento y reciclaje.
¿En qué se transforma tu coche? El metal se reutiliza para fabricar otros vehículos, electrodomésticos, ventanas€ El metal de la carrocería y chasis sufre un proceso de fragmentación y clasificación y se separa en metales férricos -aquellos que incluyen hierro, como el propio hierro o el acero- y no férricos. Ambos tipos se transportan a una fundición donde se utilizan para crear nuevos metales que, a su vez, serán materia prima en la industria siderúrgica, automovilística, ferroviaría€ |
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En la fase de desguace se retiran y se verifican las piezas que puedan ser reutilizadas para la reparación de otros vehículos. Es el caso de los neumáticos, lunetas, paragolpes, distintos elementos eléctricos, propulsor -si está en buen estado-, caja de cambios, faros, piezas del interior€ Estas piezas quedan almacenadas en las instalaciones del CAT.
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La Compactación por último, los restos se transportan a plantas de fragmentación que los trituran y compactan.
En ellas, y por medio de imanes, aspiradoras y ventiladores, se van separando y clasificando los distintos materiales válidos como plásticos o metales férricos -hierro o acero- y no férricos -aluminio, cobre€-.
Lo que no resulta válido para su reutilización -cuando un producto se utiliza para el fin para el que fue concebido sin transformarlo- o reciclaje -cuando se transforma de cara a un nuevo proceso de fabricación- es lo que se lleva al vertedero.
Se trata, básicamente, de espumas, telas y guarnecidos, plásticos ligeros€ que suponen, hoy día, apenas un 12%** del peso del vehículo.
Neumáticos
Su caucho se convierte en asfalto, calzado o combustible industrial
Aproximadamente el 12% de los neumáticos procedentes de vehículos achatarrados se reutiliza o bien se recauchuta.
El resto se somete a trituración, donde se separan sus componentes -caucho, metal y tela-: el metal se recicla y la tela se utiliza como combustible; mientras que el caucho, desmenuzado, se vende a industrias como la del calzado -para realizar suelas-€ o la de los asfaltos -mezclan partículas de caucho con el asfalto, lo que sirve para reducir la contaminación acústica o mejorar su resistencia a la rodadura-.
Las partículas de caucho también se utilizan en la fabricación de pastillas de freno -para las de vehículos industriales-, como sustratos para diferentes suelos como pistas de tenis, campos de fútbol€, como materia prima para la realización de césped artificial o, mezcladas con cartón, incluso€ para la fabricación de muebles.
Cerca de un 42% de los neumáticos, enteros o triturados, se utilizan como combustible, sobre todo en la industria cementera o siderúrgica.
Piezas usadas
Se desmontan y se comercializan como recambio
Pueden suponer entre el 5 y 10% del peso total del vehículo achatarrado. Los elementos más desmontados -y demandados- son aquellos más expuestos a daños por colisión… o desgaste: esto es, faros, puertas, paragolpes, cuadros de mandos, consolas interiores, asientos€ También se desmontan y se comercializan los motores y cajas de cambio, además de elementos eléctricos -módulos de climatización, alternadores€-€ pero siempre que se detecte que están en buen estado.
Los aceites usados
El catalizador, una joyaEste elemento es uno de los más valorados durante el desguace. ¿El motivo? Que contiene en su interior metales preciosos como el platino, el paladio y el rodio, que son los que filtran y transforman gran parte de las partículas contaminantes€ pero que, a su vez, resultan muy costosos -por ej., un catalizador nuevo puede alcanzar los 2.000e-. Por este motivo, todos los catalizadores de coches achatarrados son desmontados y, si están en buen estado, puestos a la venta como recambios; si no lo están, se reciclan sus materiales. |
Se convierten en combustible o se regeneran para crear nuevos lubricantes
La gran mayoría se refinan -se separan los aditivos, los metales pesados e impurezas que puedan contener- para extraer su base lubricante; ésta se usa para crear nuevos aceites -de hecho, cerca del 50% del aceite de automóvil vendido en España proviene de aceite reciclado-. Otro posible uso es el de combustible industrial o su aplicación en la fabricación de betún asfáltico, pinturas, tintas€
Baterías
Se recicla tanto el plomo como los plásticos€ para realizar nuevas baterías
Incluyen ácidos, plomo y plásticos; todos ellos reciclables. Los ácidos pueden ser reutilizados para disolver metales o, convertidos en sulfato de sodio, para la producción de detergentes o vidrios. El plomo, una vez ha sido purificado -proceso por el cual se eliminan los restos de ácidos-, se emplea en la industria siderúrgica, incluyendo la fabricación de nuevas baterías. Por último, el plástico se usa, por ejemplo, para realizar nuevas carcasas de batería.
Lunas y vidrios
Forman parte de nuevas botellas, láminas de ventanas, productos cerámicos…
Tras ser extraídas de los vehículos, las lunas que no pueden ser reutilizadas, son trituradas para separar los hilos térmicos -presentes en las lunetas traseras calefactables- o las membranas de plástico que evitan su fragmentación.
El vidrio se tritura hasta obtener el calcín -vidrio casi molido-, que se emplea tanto para la fabricación de productos de fibra de vidrio -aislantes térmicos para construción-, así como de botellas, elementos de vidrio o, incluso, productos cerámicos como jarrones.
Los aceites usados
Se convierten en combustible o se regeneran para crear nuevos lubricantes
La gran mayoría se refinan -se separan los aditivos, los metales pesados e impurezas que puedan contener- para extraer su base lubricante; ésta se usa para crear nuevos aceites -de hecho, cerca del 50% del aceite de automóvil vendido en España proviene de aceite reciclado-. Otro posible uso es el de combustible industrial o su aplicación en la fabricación de betún asfáltico, pinturas, tintas€
Otros líquidos
Refinados, sirven como base para los mismos productos
Ocurre con los líquidos refrigerantes, de transmisión, de dirección, de frenos… Una vez extraídos, se trasladan a plantas químicas especializadas donde, tras refinarlos -mediante, por ej., procesos de microfiltrado y destilación- y quedarse con su base química, les añaden aditivos para que puedan ser comercializados de nuevo. Los que no pueden ser reutilizados se usan como combustibles industriales.