Una investigación de la Universidad de Córdoba ha conseguido crear, a partir de cáscaras de almendra, una batería con un 60% más de capacidad. Una creación que tiene como objetivo reducir el impacto ambiental que supone la producción de baterías para los coches eléctricos.
Sí, estás leyendo bien. Unas cuantas cáscaras de almendra bastan para crear un buen número de baterías. La investigación, publicada en la revista Materials, ha sido llevada a cabo por científicos de la Universidad de Córdoba. En ella, han logrado fabricar una batería a partir de los residuos vegetales derivados de las cáscaras de almendra, lo que concede al vehículo eléctrico hasta un 60% más de autonomía.
«Molemos cáscaras de almendras y, con su polvo quemado, obtenemos carbón», relatan a La Sexta Marcos González y Almudena Benítez, investigadores de la Universidad de Córdoba. No solo son más eficientes, también más seguras. Y es que ante el aumento de casos en los que baterías convencionales estallan o se hinchan, las baterías producidas con cáscaras de almendra eliminan estos riesgos.
Esta nueva tecnología se basa en baterías de azufre-litio y reemplaza al grafito por el carbono que se extrae de la cáscara de la almendra. Asimismo, estas baterías tendrían un proceso de carga mucho más rápido. Así lo afirma Álvaro Caballero, profesor de la Universidad de Córdoba. «Nuestro objetivo es llegar a cargas no superiores a 10 o 15 minutos».
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