Con la llegada del verdadero frío invernal, llegan también las heladas y la escarcha que se acumula en los coches, especialmente en el parabrisas delantero. La DGT y Carglass, íder en reparación y sustitución de lunas de vehículos, avisan a los usuario de la importancia de mantener en buen estado el parabrisas, un elemento que tiene una relación directa con la seguridad de los ocupantes del vehículo y que requiere más atención en esta época del año.
El parabrisas ofrece hasta un 30% de la resistencia estructural del vehículo, actúa como soporte de cámaras y sensores de dispositivos de ayuda a la conducción, y es vital para el correcto funcionamiento del airbag.
Un parabrisas que presente un impacto o una rotura afecta a la resistencia del habitáculo del vehículo, especialmente en caso de accidente. Recordamos que este elemento, cuando está en perfectas condiciones, soporta hasta en un 30 por 100 la deformación de la estructura o el aplastamiento del techo, en caso de vuelco por ejemplo.
Desde el punto de vista del mantenimiento, si el parabrisas tiene un impacto, descongelarlo con agua hirviendo o muy caliente, o con el aire de la calefacción a temperatura elevada, puede dañarlo seriamente por el cambio brusco de temperatura, provocando su rotura. Se recomienda utilizar siempre una rasqueta de plástico, o rociar el cristal con alcohol, para eliminar el hielo. Además, un impacto en el parabrisas puede convertirse en una grieta irreparable y que este riesgo se intensifica con los cambios bruscos de temperatura.
En este sentido, es aconsejable renovar los limpiaparabrisas cada 6-12 meses. Usar un limpiaparabrisas en mal estado, además de no limpiar y eliminar el agua correctamente, puede rayar el parabrisas, lo que disminuye la visibilidad del conductor y aumenta el riesgo de accidente.
Por último, se recomienda que el depósito de líquido limpiaparabrisas no se rellene sólo con agua, sino con liquido anticongelante para evitar que se congele a bajas temperaturas.