El frío anuncia la inminente llegada del invierno y muchos moteros, ya sea por trabajo o por pura diversión, seguirán usando las motos. Aunque no es lo común, existe la posibilidad de que las motos duerman a la intemperie. Precisamente, las bajas temperaturas a las que se exponen las motos pueden resultar en un mal funcionamiento de diferentes sistemas.
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Para las motos que sí duermen en garaje, también deben estar atentos, ya que en sus desplazamientos diarios las bajas temperaturas puede interferir en diferentes elementos e incluso llegar a provocar un accidente.
Los elementos de la moto que más se degradan en invierno

La batería: Se trata de uno de los elementos que más sufre en invierno, llegando a perder la mitad de su potencia cuando el termómetro esté por debajo de los -10ºC y complicando el arranque del vehículo.
Los neumáticos: La exposición a las bajas temperaturas del invierno puede dañar las gomas. Es recomendable comprar las presiones, la profundidad del dibujo y que la carcasa no presente deformaciones.
Las suspensiones: Cuando el mercurio está bajo, especialmente si las suspensiones no están bien mantenidas, se pueden generar posibles accidentes por falta de agarre. Pero también desgastar de forma prematura los neumáticos.
Los frenos: La transferencia de calor puede desgastar de forma no uniforme los discos, pero también afectar al estado del líquido de frenos.
El motor: En invierno, conviene revisar la viscosidad del aceite, pues las bajas temperaturas pueden provocar que pierda sus propiedades. ¿La solución? Bajar el SAE si en nuestra zona las temperaturas son extremadamente frías.
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