Si un día vas a un sitio, más te vale recordar bien la carretera y el kilómetro… porque puede que tu coche sea capaz de girar el volante de forma automática para aparcar, o de frenar para evitar que atropelles a un peatón, pero no tiene ni idea de por qué camino volviste a casa anoche, ni de cómo se llegaba a aquel restaurante que te gustó tanto y del que no recuerdas el nombre. Y más aún; ya puedes estrujarte las meninges cuando te llegue una multa de hace seis meses y estés convencido de que ese día no pasaste por aquel lugar en absoluto.
De hecho, la ausencia de datos de historial en los coches modernos, por caros que sean, afecta también al estilo de conducción. No puedes saber ni el combustible que has consumido en un determinado periodo de tiempo, ni cómo has utilizado el cambio de marchas… nada de nada. Existen marcas que ofrecen sistemas más o menos sencillos para cubrir algunas de estas necesidades, como el Fiat eco:Drive… pero, en general, la atención dedicada a este aspecto es nula. Como resultado, están surgiendo compañías que cubren ese pedazo del mercado ofreciendo un servicio que ayudaría a mejorar la seguridad, el nivel de emisiones, la congestión de tráfico en las carreteras… y, sobre todo, el uso del coche que realiza el conductor. Suelen llamarlas ‘cajas negras’, lo cual lleva a una asociación de ideas recurrente: el esclarecimiento de las causas de un accidente aéreo. Sin embargo, la denominación tiene su sentido: desde aproximadamente el año 2004, la mayoría de los coches que se venden llevan en la centralita que controla el despliegue de los airbags, un módulo llamado EDR -Event Data Recorder- diseñado para tratar de grabar y proteger la información correspondiente a los 8,0 segundos anteriores a un accidente de tráfico. Este informe, que desde hace poco está estandarizado, recoge parámetros como la velocidad a la que circulaba el vehículo, si los airbags han saltado, si el cinturón de seguridad estaba abrochado, la posición del acelerador y el freno o cuántas colisiones secundarias se han producido.Poco tiempo después, aparecieron otro tipo de cajas negras como las de las empresas Detector o Hi Jack. Estas emplean mecanismos orientados a la localización del vehículo en caso de robo que emiten una señal de radio de baja frecuencia, o -desde la expansión de la telefonía móvil– envían sus coordenadas GPS mediante una conexión GPRS. Se trata de un sistema bien puesto a punto, pero mayormente inútil para el conductor… salvo que le sustraigan el vehículo. Y eso que estos localizadores ya cuentan con todo el hardware necesario para prestar un servicio con un apreciable valor añadido. Finalmente, como decíamos, la evolución más sofisticada de este tipo de dispositivos viene a satisfacer una demanda latente que los fabricantes han dejado de lado. Podríamos llamarlo el coche 2.0 -a propósito de ese concepto tan de moda que es la web 2.0-. Un buen ejemplo son las empresas con grandes flotas a su cargo, como la francesa ALD Automotive, que lleva más de ocho años ofreciendo la instalación de uno de estos dispositivos en el Reino Unido -ya hay 25.000 vehículos con él montado- y está empezando a probarlo en España -de hecho, nosotros también lo hemos probado y, una vez te acostumbras a tener esa información disponible, cuesta mucho más comprender por qué nadie lo ofrece-. A través de los parámetros que lee de la red de datos del coche y de los que proporciona un receptor de GPS, compila información detallada sobre los kilómetros realizados, las emisiones, cuándo se abre una puerta o encienden las luces, si salta la alarma, registro de averías, verificar periodos de mantenimiento… toda la informción debidamente presentada de forma entendible en una web que puedes consultar desde tu ordenador, el móvil… Con todo esto, el sistema incluso es capaz de sugerir rutas alternativas para ser más eficientes o dirigirnos a la gasolinera más barata de los alrededores. ¿Conclusión? Pronto el Android Market o el App Store ofrecerán una aplicación similar por apenas 3- , cuando los fabricantes lo podrían ofrecen ya, en opción, por unos 800- . |
![]() Lo hemos probado ALD Automotive -empresa especializada en renting de vehículos- nos ha prestado, durante tres días, un Mini Countryman One D con una caja negra instalada. Después de usar el vehículo realizando los trayectos diarios habituales, y sin variar nuestros hábitos de conducción, el programa nos ha deparado varias sorpresas que nos han hecho reflexionar. Para acceder a los datos, la empresa te facilita una web que te exige introducir un usuario y una clave de acceso. Allí, puedes consultar los recorridos exactos por donde has pasado, la hora a la que lo has hecho o la velocidad a la que circulabas. El programa también se encarga de cruzar los datos de velocidad del coche con la limitación máxima de la vía y hemos descubierto que, en tan sólo tres jornadas, superamos 33 veces el límite de velocidad existente. La posibilidad más atractiva que ofrece es la de retroceder en el historial para localizar un lugar o una situación concreta, y pasar su ubicación al navegador. Además, resulta interesante poder conocer de forma objetiva la duración de los trayectos, o detalles curiosos como qué ruta supone más tiempo de detención en semáforos.
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