El DeLorean DMC-12, objeto de disputas legales

La viuda de John DeLorean ha demandado a DeLorean Motor Company, actualmente propiedad de Stephen Wynne, por el uso ilegal del legado de su marido, fallecido en 2005. El DMC-12 se hizo mundialmente conocido por la saga cinematográfica ´Regreso al futuro´.


El DeLorean DMC-12 es, sin lugar a dudas, uno de los coches más famosos de la historia del cine. Su protagonismo en la trilogía ´Regreso al futuro´, cuya primera entrega fue estrenada en 1985, le hizo saltar a la fama como la máquina del tiempo con la que Marty McFly y Emmett ´Doc´ Brown se trasladan a diversas épocas. En concreto, en la película original, viajan al año 1955, mientras que en la segunda la historia principal transcurre 30 años después de la fecha de partida, es decir, en un ficticio año 2015 que poco o nada se parece a la realidad…

Lo cierto es que, de no haber sido por su aparición en la exitosa saga, probablemente el DMC-12 no hubiese adquirido el reconocimiento que tiene hoy en día. De hecho, apenas se produjeron 9.000 unidades y la empresa, creada por John DeLorean en 1975, quebró apenas siete años después. Además, DeLorean se vio implicado en diversos escándalos, como el tráfico de drogas, y finalmente tuvo que declararse en bancarrota. El empresario Stephen Wynne adquirió DeLorean Motor Company, que reabrió a finales de los años 90 y, en la actualidad, sigue con actividad de la marca.

Sally Baldwin, la viuda de John, que falleció el 19 de marzo de 2005, reclama en una demanda federal que la firma ha empleado el nombre DeLorean para vender diversos artículos promocionales, además de haber comercializado de forma ilegal licencias de uso del nombre e imágenes a empresas asociadas a la trilogía. Por tanto, acusa a la firma de apropiarse indebidamente del legado de John DeLorean así como de la propiedad intelectual.

Además, denuncia que la empresa tiene planes de fabricar una versión con propulsión eléctrica del DMC-12, un hecho que califica como ilegal dado que el diseño del automóvil también pertenece al patrimonio de John DeLorean. En su demanda, Baldwin reclama que dejen de emplear las marcas comerciales, así como una indemnización y la parte proporcional de los beneficios de la empresa derivados del uso fraudulento. Ambas partes están citadas para el próximo mes de febrero para un encuentro, en el que intentarán llegar a un acuerdo.

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